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Holt McCallany, Jonathan Groff y Thomas Francis Murphy en una escena de 'Mindhunter'. Promocional
La versión de 'True Detective' para todos los públicos

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'Mindhunter' supone el regreso de David Fincher a la pequeña pantalla tras 'House of Cards'

Eduardo R. Paneque

Jueves, 26 de octubre 2017

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Aquellos que hayan visto 'Zodiac', 'Mentes Criminales' e incluso 'Mad Men' vienen con los deberes hechos y con la lección aprendida. En cambio, para los que 'True Detective' les pareció pretenciosamente intensa, es el momento de reconciliarse con el género. Los seguidores de la 'liga británica' que encabezan 'Happy Valley' o 'Broadchurch', son cosa al margen, juegan en Champions.

Todo eso y mucho más (a veces mucho menos) es 'Mindhunter'. Es David Fincher en estado puro, el que da con precisión lo que todo amante de su filmografía pide, y del que las nuevas generaciones seriéfilas solo dirán aquello de 'me suena' pero que se lanzarán a consumir su cine, ese que para desconsuelo de muchos también incluye 'El club de la lucha'.

A pesar del ritmo pausado de los primeros capítulos, la extensa duración y la ausencia de poderosos 'cliffhangers' -nada que ver con'House of Cards'- el destino de ésta (y casi todas) serie parece claro: un maratón de fin de semana. Y si es con lluvia y metiendo la cabeza en el otoño-invierno, mejor.

Entre sus virtudes, la capacidad para superponerse sobre la manida etiqueta de 'thriller piscológico'-que ya se convertido en un cajón de sastre en el que parece tener cabida casi todo-, gracias a los brillantes diálogos y aceleradas réplicas de guión al más puro estilo Aaron Sorkin.

Adaptación de una novela

La serie de Fincher adapta la obra de Mark Olshaker y John Douglas ('Inside FBI´s Elite Serial Crime Unit') sobre la pelea de dos agentes del FBI, interpretados por Jonathan Groff y Holt McCallany, para revolucionar la agencia introduciendo técnicas de análisis de conducta y psicología como método para atrapar asesinos en serie. En concreto, la puesta en marcha de la Unidad de Ciencias del Comportamiento. En este punto es cuando se aleja de los clásicos procedimentales autoconclusivos ('Mentes Criminales') y lo acerca a las inmerecidamente desapercibidas 'Hannibal', la serie de Bryan Fuller.

Aquí lo importante no es la caza del asesino sino los por qué de un depravado asesino en serie. Y si quedasen dudas de esta declaración de intenciones, las conversaciones entre el ingenuo -y subliminalmente ambicioso- Holden Ford (Jonathan Groff) y el convicto Edmund Kemper (Cameron Britton). "Me entregué porque me desesperó no ser atrapado", le espeta este último. O la no menos lapidaria: "La psicología es para niños del sótano", pronunciada por un superior de la institución.

Y todo esto en 1979, en una FBI con técnicas de olor a naftalina y atmósfera que bien podría recordar -en otro ámbito- a aquella que ilustraba 'Mad Men'por con el estilo visual característico de Fincher.

Un camino sin grandes alardes que nunca aburre. Y en la atmósfera del espectador, atormendo su conciencia, la pregunta: ¿Debemos esforzarnos en interpretar a los asesinos?

Los 11 capítulos de Mindhunter están disponibles en Netflix desde el 13 de octubre de 2017.

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