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El director británico Ken Loach llega al hotel María Cristina en San Sebastián. Efe
Ken Loach: «Con el 'brexit' la economía será aún más despiadada»

Ken Loach: «Con el 'brexit' la economía será aún más despiadada»

El director más combativo del cine británico denuncia la falacia de la 'economía colaborativa' y el drama de los falsos autónomos en 'Sorry we missed you'

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Jueves, 26 de septiembre 2019

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Ken Loach ha cumplido 83 años pero su energía a la hora de denunciar los dramas de las clases más desfavorecidas del Reino Unido no desfallece. En 'Sorry we missed you', que compitió en Cannes, demuestra que está al tanto de las nuevas formas de 'economía colaborativa' al dar protagonismo a un padre de familia que pone todo su tiempo y su furgoneta al servicio de una empresa de mensajería que le martiriza sin ningún tipo de cobertura. Un falso autónomo, vamos, en un tiempo en el que los trabajadores ya no necesitan un jefe despiadado porque se explotan a sí mismos. La cinta, programada en la sección Perlas, llegará a los cines el 31 de octubre.

-Se echa de menos el humor que antes había en su cine.

-Depende de la historia que cuente. Mis dos últimas películas quizá sí son sombrías, pero es que tocan temas muy serios. En el Reino Unido sí hay risas con las escenas entres los hinchas de fútbol y la hija tiene algunos golpes. Es un humor más de diálogos que de comedia física que quizá se pierde en la traducción.

-Habla de la economía colaborativa, en la que el trabajador se explota a sí mismo.

-Sí. Es algo muy conveniente para los empleadores y un desastre para el trabajador, que ya no necesita un jefe que le diga qué hacer. No tiene vacaciones pagadas ni puede ponerse enfermo, porque si no trabaja no cobra.

-¿Cree que la educación de los hijos es otra víctima del capitalismo salvaje?

-Desde luego. Cuando nos documentamos para la película hablamos con muchísimas familias. Todas coincidían: si trabajo catorce horas acabo agotado, pero la que realmente sufre es la familia. Si el padre y la madre se pasan el día fuera y llegan exhaustos, los hijos van a sufrir las consecuencias.

-¿Ve en la familia como la primera frontera para protegernos de esos excesos?

-Si estableciéramos un nuevo sistema económico, lo primero que se debería hacer es dar seguridad a la familia. Estar seguro implica un puesto de trabajo estable, un salario digno, vivir bajo techo, educación y un sistema sanitario gratuito. Porque si te sientes seguro, puedes ayudar a tu vecino. Si no lo estás, solo quieres protegerte y defenderte del exterior. Aunque estés cansado del trabajo, con esa seguridad puedes tener paciencia para los demás. No temes que vengan emigrantes a tu país.

-¿Cómo describiría su acercamiento a sus personajes: piedad, rabia, amor?

-Creo que lo primero de todo es respeto. También es importante nombrar a mi guionista, Paul Laverty, y a mi productora, Rebecca O'Brien, formamos un equipo. Si tuviera que resumirlo en una palabra, quizá hablaría de solidaridad. Los tres entendemos las situaciones en las que se encuentran los personajes. Eso sí, tiene que ser algo implícito, no puede ser explícito, con los personajes dando un discurso, eso sería propaganda aburrida. El espectador debe sentir la situación de los personajes y de ahí surgir la solidaridad.

-¿Por qué el cine británico ha perdido su punch ideológico y su compromiso?

-La gente que decide qué películas se hacen en mi país ya no son los directores ni los guionistas. Son los inversores privados, los distribuidores, organismos como el British Film Institute y compañías de televisión. Ninguno de ellos quiere películas radicales, porque todos son parte del sistema. Prefieren comedias románticas o filmes de superhéroes y de ciencia-ficción. No quieren sacudir el 'establishment'. Directores como Mike Leigh y yo crecimos en los años 40 y 50, después de la guerra, y en ese momento en Europa había una sensación de trabajar para el bien común. La siguiente generación creció bajo Margaret Thatcher, que inculcó el individualismo. Había que tener éxito personal, adiós al bien común. Ahora hay mucha gente que quiere hacer películas con ese sentimiento solidario, pero nadie les financia.

-¿Cómo afectará el 'brexit' a los protagonistas de sus películas, a la clase trabajadora?

-No habrá una gran diferencia. Depende del acuerdo que alcancemos. Si nos vamos de Europa sin llegar a un acuerdo, su situación empeorará. La economía será todavía más despiadada, irá directamente a por ellos y tendrán todavía menos protección. Si llegamos a un buen acuerdo, lo que significa que la economía sigue estando cercana a Europa, a un mercado único, con libertad en la agricultura y la pesca, y además tenemos un gobierno de izquierdas, se podrían establecer leyes para impedir el trabajo precario.

-En la película sigue mostrando la solidaridad obrera, pese a la dureza de las condiciones laborales.

-Creo que apoyarse unos a otros es algo natural. Siempre hay individualistas, pero creo que la tendencia natural sigue siendo echarse una mano.

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