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«Esto no va de de dónde viene cada uno o de con quién ha estado en los últimos tiempos, si seguimos ahí no tendremos ... la capacidad de sumar a la totalidad del partido, que la necesitamos para ganar». La secretaria general del PSOE-A, María Jesús Montero, volvió a mostrar este viernes su decisión de que el socialismo andaluz deje atrás su división interna y asuma en conjunto el objetivo de recuperar el gobierno de la Junta de Andalucía.
Lo hizo en una reunión de la interparlamentaria celebrada en Córdoba, donde exigió a los diputados, senadores y parlamentarios andaluces de su partido que trabajen por la unidad del partido. El PSOE de Andalucía celebra su congreso dentro de cuatro semanas y ese el tiempo del que la nueva secretaria general dispone para conformar su ejecutiva. «Tenemos que ser capaces de tener vocación integradora», dijo en lo que podría interpretarse como un aviso de que tiene el objetivo de conformar una dirección que deje atrás la confrontación interna de los últimos años,
En una intervención en la que integró en la misma categoría indistinguible de adversarios a la extrema derecha y al Partido Popular y fijó en las elecciones autonómicas el objetivo central de su partido, aseguró que «conquistar la Junta es una tarea de cada casa del pueblo, no de los dirigentes», por lo que reclamó a estos que movilicen a los más de 40.000 militantes con los que cuenta el socialismo andaluz.
Para ello, dijo, es necesario que el foco esté centrado en la oferta que el PSOE haga a los ciudadanos y no en las luchas internas. «Cuando en vez de estar a lo interno estamos a lo que esperan los ciudadanos, somos imbatibles», aseguró.
Respuestas
En ese sentido, subrayó la necesidad de ofrecer respuestas en los asuntos que le importan a la gente, entre los que destacó la vivienda, la sanidad, la reindustrialización de Andalucía, la lucha contra el cambio climático y la igualdad.
Montero arremetió también contra el presidente de la Junta, Juanma Moreno, a quien acusó de ocultarse bajo una falsa apariencia de moderación para hacer las mismas políticas que el resto de los presidentes autonómicos del PP y de recurrir a una estrategia de doble cara, ya que mientras que personalmente se negó a referirse, por ausencia de pruebas, a la acusación lanzada contra ella por el empresario Víctor de Aldama de tener cuentas millonarias en el extranjero, envió al consejero de Presidencia, Antonio Sanz, a exigirle responsabilidades por el mismo motivo. «Sabemos cómo funciona el reparto de papeles –afirmó–, lo tenemos que desenmascarar».
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