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Rocío Ruiz, consejera de Igualdad. EFE
Una maestra de la resiliencia: así es Rocío Ruiz, la consejera de Igualdad de la Junta

Una maestra de la resiliencia: así es Rocío Ruiz, la consejera de Igualdad de la Junta

Su vehemencia en las críticas al PSOE por la gestión en políticas sociales y la dependencia parte de su propia experiencia vital

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Domingo, 7 de abril 2019, 01:32

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La resiliencia se define en psicología como la capacidad de los seres humanos de adaptarse en positivo a situaciones adversas. Al conocer en el plano corto a la consejera de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación y diputada de Ciudadanos, Rocío Ruiz Domínguez (Huelva, 1966), y preguntar por ella a personas de su entorno, la conclusión primera que se saca de esta mujer de apariencia frágil y discurso pasional, con casi 30 años como docente y madre de una niña y un niño, es que la adversidad en su vida no le ha desdibujado la sonrisa ni le ha hecho flaquear. «No me rindo fácilmente, tengo mucha fortaleza. La resiliencia la he tenido que practicar en mi vida personal», apunta en una conversación en el pequeño despacho del Parlamento asignado. La charla se produce en un intervalo de pocos minutos entre una intervención en el Pleno y salir corriendo como un torbellino para ir a votar. «Ella se implica mucho en todo», apunta un colaborador. «Me tomo todo muy a pecho», había comentado antes la consejera.

Tanto que su arranque como titular de las políticas sociales de la Junta ha suscitado polémicas a un lado y a otro de las bancadas ideológicas de la Cámara. Rocío Ruiz tuvo que enfrentarse nada más llegar a su despacho de la avenida Hytasa de Sevilla con la petición de Vox de su renuncia por un artículo escrito en 2013 sobre la Semana Santa. En este escrito tildaba las procesiones de «desfile de vanidad y rancio populismo cultural» y a los cofrades de «grandes hombres inflados de autoestima piadosa a punto de reventar». La consejera pidió excusas por aquel desahogo de años atrás y recibió el respaldo del presidente, Juanma Moreno, y del vicepresidente, Juan Marín.

El segundo ataque le ha llegado del PSOE, partido al que ha puesto de vuelta y media por su gestión de la dependencia cuando estaba al frente de la Junta debido a la lista de espera de las personas sin recibir ayudas contempladas en la ley, que aprobó el gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero en 2007. Ruiz llegó a decir en una comparecencia ante los periodistas para explicar un plan de choque contra la demora que sentía «vergüenza» por los más de cien mil andaluces en espera de la ayuda fuera de plazo. En su última intervención puso el foco en los más de 27.000 que fallecieron sin recibir la prestación de acompañamiento. «Vamos a rebelarnos ante tanta injusticia y pasar a la acción», manifestó en la tribuna del Parlamento en el Pleno esta última semana.

El denuedo de sus intervenciones exacerba a la oposición, que la tacha de poco rigurosa y sensacionalista con un asunto tan delicado como la dependencia. La trayectoria vital y profesional de Rocío Ruiz, que escribe sus propios discursos o los modifica a su estilo cuando se los preparan los asesores, tiene mucho que ver con esa vehemencia, que sus colaboradores consideran afán de lucha contra situaciones injustas. «Esta es una consejería que trata de las situaciones vulnerables de las personas. Ella quiere saber todo lo que pasa con ellas y se implica mucho por eso». Donde unos ven cifras, ella ve historias personales. Y algunas ha conocido en su vida.

Licenciada en Ciencias de la Educación, Rocío Ruiz descubrió desde joven su vocación por la docencia y los que la han tratado destacan también su sensibilidad social. Cuando decidió dar el paso a la política en las pasadas elecciones autonómicas del 2 de diciembre, había sido directora durante 14 años del instituto de educación secundaria Pérez Mercader de Aljaraque (Huelva). Allí había cogido fama por su labor de integración social.

Antes del instituto Pérez Marcader, había sido maestra de infantil, primaria, hasta llegar a secundaria y bachillerato. Marcó su trayectoria como docente su paso por el colegio Onuba de una barriada humilde como la del Torrejón de Huelva. En ella obtuvo conocimiento de los colectivos vulnerables, de las historias personales y de los obstáculos sociales.

Ha gestionado situaciones difíciles como coordinadora durante ocho años de programas de mediación en el ámbito escolar y de reeducación en tres casas de acogida a menores. En ambos proyectos trabajó con el mismo ahínco que ahora exhibe en su labor política. «Ante la injusticia no puedo, me rebelo».

Ruiz también ha participado en proyectos de intercambio de experiencias con centros de Europa sobre Educación no sexista. Ella confiesa que le gusta fijarse «en las buenas prácticas» de los países del norte europeo; «más avanzados y con políticas liberales», anota

El perfil que aparece en la web de la Junta de Andalucía explica que también es socia de la Fundación Laberinto, en Huelva, para integración de personas con discapacidad; y colaboradora con el programa 'De familia a familia' de la asociación Aspapronias, una red de padres que apoyan a las familias con hijos con discapacidad; Pero no añade el por qué, porque no desea hacer público algo de su ámbito privado.

«Siempre he estado muy desbordada; mi vida personal ha sido complicada», afirma quien dice sentirse contenta de que pese a todo ello ha podido llevar un sueldo a fin de mes a su casa durante 28 años. Otras mujeres con dificultades personales no tienen esa suerte que ella considera de justicia y por la que quiere luchar. «Muchas mujeres tienen que renunciar a su trabajo con un hijo con discapacidad», pone de ejemplo. De ahí parte el ímpetu que derrocha en la tribuna del Parlamento para que la dependencia llegue cuanto antes a quienes lo piden y lo necesitan.

Defensora de la igualdad

Gran defensora de la igualdad, recuerda que el 30% de las cuidadoras son mujeres que afrontan «una carga emocional muy fuerte». De ahí también su empeño en que la aplicación de la ley de dependencia sea más efectiva en Andalucía de lo que opina que ha sido hasta ahora. «Hay un margen de mejora grande», sostiene. Apunta que la Junta paga 2,3 millones de euros en alquileres de edificios vacíos. «Ante la injusticia no puedo, me rebelo. Vamos a luchar hasta el final», dice anotando ese dinero perdido en alquileres para programas sociales.

Ciudadanos presenta a Rocío Ruíz como una profesional dentro de su estrategia de fichajes de personas sin experiencia política para conectar con la gente que deplora la imagen de los políticos. Ruiz fue en las listas por Huelva al Parlamento como independiente. Su fichaje se debe a Carlos Hermoso, candidato de Cs al Congreso. La conocía porque llevaba a sus hijas al colegio de Ruiz. La oferta fue en octubre. Se lo pensó creyendo que solo era para ser diputada y desde el Parlamento intentar «cambiar algo las cosas». Tres meses después se vio no solo como diputada, sino como consejera de las políticas que tanto había defendido en las aulas del instituto.

Zona de confort

Sabía que el ser diputada le haría salir de su «zona de confort», pero no contaba con formar parte de un gobierno, el primero de la derecha en Andalucía, el primero de una alternativa al PSOE. Lo aceptó «porque asumo los retos», aunque insiste en que «vengo con humildad».

Amante de la literatura, de la poesía y el teatro de la generación del 27, de García Lorca, Pedro Salinas, también le gusta García Márquez y Lucía Etxebarría. Su vena de escritora no solo se circunscribe a los artículos y conferencias, también a cuentos y poesía. Con gran sensibilidad para la cultura -hizo teatro cuando estudiaba en la universidad- no le importa reconocer cierto eclecticismo en sus gustos, también en la música, en la que pasa del jazz al flamenco, o de Manuel Carrasco a Joan Manuel Serrat.

Sobre el autor de 'Mediterráneo' coincide con el consejero de Salud y Familias, Jesús Aguirre, con quien compite internamente en políticas de la familia. Ella ha logrado empatizar bastante bien no solo con los consejeros de Ciudadanos, también con los del PP y con el presidente, Juanma Moreno. Entre las habilidades que le atribuyen sus conocidos, además de mano izquierda con su equipo, está la de una gran habilidad para calar a las personas sin apenas conocerlas.

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