Díaz sopesa si abordar el debate de la comunidad antes o después del 25-S

Este debate, reclamado con premura por el líder de la oposición, Juanma Moreno, debería dar el pistoletazo de salida al curso político en Andalucía, después de que Susana Díaz modificara en cierto modo el formato tras su primera investidura como presidenta en septiembre de 2013. Entonces se comprometió a comparecer dos veces ante el Pleno del Parlamento para dar cuenta de su gestión, una la del debate tradicional sobre el estado de la Comunidad, y otra de forma extraordinaria. Entre uno y otro debate debería mediar al menos seis meses. Lo tradicional hasta entonces era que el debate de la Comunidad se celebrará con el último pleno antes del verano, en junio, ya que julio era inhábil desde el punto de vista parlamentario hasta hace dos años.

Solo en 2014 hubo dos debates. El siguiente será este, ya que en 2015 al ser año de elecciones autonómicas no correspondió debate de la comunidad. Díaz hizo su debate extraordinario el pasado marzo en plena tensión por la investidura fallida de Pedro Sánchez como presidente. Ahora toca el ordinario, al que aún no le pone fecha pendiente de acontecimientos nacionales.

Este será el acontecimiento político más esperado en Andalucía al arranque del curso político, sobre todo porque en él Susana Díaz deberá marcar las líneas de su gestión cara al Presupuesto de 2017 y se verá si sigue buscando la complicidad de Ciudadanos o se acercará a Podemos e IU, como estos dos partidos pretenden. Sobre el Presupuesto de 2017 podría avanzar este jueves algunas pautas. La pregunta del portavoz socialista, Mario Jiménez, en la sesión de control va sobre ello.

El Gobierno de Susana Díaz reconoce que el bloqueo a la formación de gobierno dificulta la elaboración del Presupuesto para el próximo año. La Consejería de Hacienda que dirige María Jesús Montero no tiene todavía información sobre ingresos a cuenta por la recaudación de impuestos y tampoco la liquidación de 2015. Sin estos datos y tampoco el techo de gasto sobrevenido por las cuentas del Estado (sin poder elaborarse al estar el Gobierno en funciones) es complicado elaborar previsiones para gastar o invertir.