Susana Díaz, en modo espera
Sigue 'cosiendo' apoyos en el PSOE para un congreso que la federación andaluza quiere cuanto antes
Lola Tortosa
Domingo, 31 de julio 2016, 00:02
Susana Díaz sigue en 'modo espera', aunque su instinto político nunca baja la guardia. Durante la campaña del 26J cerró filas con Pedro Sánchez haciendo ... incluso olvidar por unos días la rivalidad que todos dentro y fuera del PSOE conocen y que tanto morbo mediático provoca. Tras las elecciones, el morbo resurge y las miradas vuelven a la presidenta andaluza para escudriñar frases que orienten cuándo y cómo dará el paso para pugnar por el liderazgo de su partido. Díaz sigue sin pronunciar las palabras definitivas, pero el solo hecho de no negar que vaya a hacerlo le delata.
Hasta ahora en su entorno dicen que no hará ningún movimiento hasta que no se constituya el Gobierno. Ella misma ha reiterado que ahora «no toca lo orgánico» y que lo primero es España y luego el partido. No deja de ser un mensaje a propósito de su cuidado perfil de estadista, algo en lo que siempre ha trabajado desde que asumió la Presidencia de la Junta en septiembre de 2013. Pero también porque una disputa interna en plena negociación para el Gobierno no le favorece ni a ella ni al PSOE, sobre todo si al final se va a una tercera cita electoral. Y hay otra razón. Necesita asegurarse los apoyos antes de dar el paso, una misión complicada por la propia incertidumbre.
Su modo en espera, con la pantalla en apariencia apagada para no consumir energía, tiene mucho que ver con la situación política en España, que sigue sin un horizonte despejado. La presidenta andaluza hace ver que está quieta a la espera de acontecimientos para no incordiar a Sánchez, pero al mismo tiempo sigue 'cosiendo' apoyos en el PSOE o, al menos, sopesando cuáles pueden ser estos. Sirvan de ejemplo sus viajes a Canarias y Cataluña, comunidad esta que más miembros votos al congreso y a las primarias aporta junto con Andalucía.
En las cuatro semanas posteriores al 26J no ha dejado de moverse en todos los ámbitos. Desde el mediático, con numerosas entrevistas en radio y televisión, hasta el institucional, inaugurando centros de salud u hospitales como si estuviera de nuevo en precampaña.
Mantiene una ajetreada agenda de entrevistas con sus asesores habituales para consultar sobre los acontecimientos, prepararse ante lo imprevisto o previsto. Ha retomado los contactos con Felipe González y otros dirigentes socialistas, salvo, claro, Pedro Sánchez, con quien se sigue hablando tan poco como antes y durante la campaña. Y lo que para algunos es una señal también: Hace una dieta para adelgazar y recuperar el tono físico justo al cumplirse un año de su primera maternidad. Fue lo que hizo en 2013 antes de las primarias exprés con las que cogió las riendas de la Junta y del PSOE andaluz.
Mensajes y dieta
La agenda institucional la sigue llenando de mensajes y avisos sobre la política nacional. Prometió en su viaje a Llobregat «comprensión» para Cataluña, quedando en segundo término su rotundo rechazo al referéndum y a la independencia. Su mensaje no pudo ser más oportuno, días antes de que los independentistas la volvieran a liar con otro órdago separatista en el Parlament, dejando en ridículo al PP que pactó con ellos la Mesa del Congreso.
En otro momento de este julio pidió a los socialistas europeos que retiren la confianza a Juncker cuando este amenazaba con multar a España y Portugal. Y esta última semana lanza una campaña nacional contra la violencia machista, con 26 mujeres asesinadas este año en España, respaldada por numerosos colectivos de mujeres.
A su propia actividad hay que añadirle la de la oposición en Andalucía. Todos los líderes, especialmente Juanma Moreno (PP), la presionan como si estuviera en su mano el desbloqueo al Gobierno de Rajoy, algo que comparte Juan Marín (C's), que ha fingido cierto distanciamiento con ella por este motivo. Tales presiones no hacen más que encumbrarla. «Gracias por preocuparse de mi talla, pero mejor preocúpese de la suya», le espetó este jueves a Moreno después que este le pidiera «talla de líder nacional» para permitir la elección de Rajoy.
Susana Díaz continuará una semana más en modo espera, pero visible. Luego se tomará dos semanas de descanso en la playa para disfrutar de su hijo de un año y de su familia. Todo eso si alguna sorpresa de la imprevisible política nacional no le hace levantar la toalla de la arena y volver corriendo a San Telmo y a San Vicente.
Ni siquiera el anuncio de Rajoy de aceptar la encomienda del Rey de formar gobierno significa que vaya presentarse a la investidura, lo que al día de hoy deja abierta la posibilidad de unas terceras elecciones. En el entorno de Susana Díaz se ha respirado de todas formas con algo de alivio. Entre otras razones porque la aceptación de Rajoy también cercena la tentación de Pedro Sánchez de volver a presentarse. Aún sin querer dar pistas sobre su hoja de ruta, Susana Díaz sí ha sido muy rotunda desde el 26J de que el PSOE tiene que pasar a la oposición y dejarse de aventuras cuando cuenta con solo 85 diputados de los 350 del Congreso.
Ruta complicada
Ahora bien, ¿qué pasa si la formación de gobierno se retrasa 'sine die'? ¿Y si hay nuevas elecciones? A este galimatías se une ahora las elecciones en el País Vasco, anunciadas para el 25 de septiembre por su lehendakari, Íñigo Urkullo. Ante este paisaje la hoja de ruta para poner orden en el PSOE y acabar con las tensiones de liderazgo se complica.
Este mismo lunes pasado, cuando todavía no se conocía lo que iba a decirle Rajoy a Felipe VI, el secretario de Organización del PSOE andaluz, Juan Cornejo, advertía: «No les quepa la menor duda de que, una vez que se pueda formar gobierno, celebraremos nuestro congreso».
Otras fuentes del PSOE agregaron después de la comparecencia de Rajoy que si se alarga la inestabilidad e incluso si hay nuevas elecciones, la federación socialista andaluza sería partidaria de no aplazar más el congreso federal.
Ahora bien, ante este horizonte incierto, hay diferentes voces en el PSOE andaluz sobre la decisión que debe tomar Susana Díaz. Hay quienes observan que un paso al frente de la presidenta andaluza en tales circunstancias sería una «operación de alto riesgo». Para ganar la secretaría general deberá someterse a unas primarias de la militancia, pero además, si hay nuevas elecciones, ¿será ella la candidata? Si fuera así, debería dejar la Presidencia de la Junta para jugárselo al todo o nada frente a Pedro Sánchez en otras primarias. En sus planes estuvo salir a por el liderazgo del PSOE, seguir siendo presidenta de Andalucía y prepararse con tiempo para ser candidata a la Moncloa en unas próximas elecciones, pero no en tres meses.
Otros observadores piensan que no tendrá más remedio que dejar de amagar y dar el paso y ser la candidata si hay unas terceras elecciones. Susana Díaz, pese a perder las generales en Andalucía este 26J, sigue siendo la única alternativa a Pedro Sánchez con fuerza y partido detrás, sostienen. ¿Cuánto partido? Eso solo se sabe con una urna en cada Casa del Pueblo.
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