El efecto del 26J en Andalucía

El primer efecto de este 26J deberá ser la vuelta a la normalidad de todos los partidos y sus dirigentes, empezando por la presidenta y sus consejeros, para seguir trabajando por una región de 8,4 millones de personas. Para que sea así habría que desear que tras el recuento de los votos quede claro por parte de los partidos de que no habrá nueva convocatoria electoral, sea cual sea el resultado. Unas sextas elecciones en dos años (contando las europeas de 2014) no hay cuerpo que lo resista. Solo con la perspectiva de tres meses más de espectáculo de una clase política tirándose los trastos a la cabeza y con el ventilador del y tu más todo el día puesto, dan ganas de borrarse como la protagonista Lila de Elena Ferrante.

Tras este primer efecto deseable, hay otros con interrogantes. Pero están ahí. Nadie duda del papel protagonista que Susana Díaz seguirá teniendo en el PSOE tras esta noche sea cual sea su resultado. Parece lógico que solo si Pedro Sánchez gana las elecciones y sale elegido presidente evitará que la andaluza dé el definitivo paso al frente para hacerse con las riendas del PSOE. Lo cual no implica que deje la Junta de inmediato, aunque sí se abriría un plazo a la búsqueda de sustituto o sustituta para las próximas elecciones autonómicas.

También sea cual sea el resultado, Juanma Moreno, líder del PP andaluz, deberá afrontar, ya sin excusas electorales, cómo consolidar su liderazgo en Andalucía. Si supera a Díaz o queda casi en empate como el 20 de diciembre lo tendrá más fácil. Entre los principales escollos está Sevilla, una provincia que aún se resiste a su mando. Cualquier movimiento va a depender de cómo quede el PP a nivel nacional, si Rajoy sigue siendo presidente del Gobierno y del partido o no; y de quiénes en el PP tomen el relevo en caso de cambios. Moreno, como Díaz, también tendrá un ojo en Sevilla y otro en Madrid. En el caso del líder popular para seguir contando con el favor y respaldo de quien mande en Génova.

Durante la campaña ha llamado mucho la atención la sintonía de la pareja Teresa Rodríguez-Antonio Maíllo. Han compartido ocho actos juntos en Andalucía. Esta armonía personal no coincide con la de Podemos e IU en Andalucía, donde sí hay algún roce. El resultado en Andalucía de Unidos Podemos también será clave para la relación que el partido morado y la organización izquierdista adopte en el Parlamento andaluz, donde suman 20 diputados frente a 33 del PP (la segunda fuerza), ocho de Ciudadanos y 47 del PSOE. Hasta ahora han ido cada uno por su cuenta, sin molestarse entre ellos, pero muchas veces con posiciones distintas. Habrá que ver si Podemos e IU_unifican su actividad y aún con dos portavoces desarrollan una estrategia común cara a las autonómicas, donde, entonces sí, solo habría un candidato. ¿Quién, Teresa o Maíllo?

Otra cuestión sin resolverse a la espera del nuevo gobierno de la Nación es la posición de Ciudadanos en Andalucía y de su líder regional Juan Marín. ¿Acabará o no entrando en el Gobierno de la Junta? Esa pregunta ronda desde que el partido de Albert Rivera apoyó la investidura de Susana Díaz hace un año. Sigue siendo su bastón de apoyo en el Parlamento, como se ha visto con el anuncio en plena campaña electoral del acuerdo sobre el impuesto de sucesiones. Muchas preguntas que buscarán respuesta tras este 26J. La campaña solo ha sido un tiempo de espera en la política andaluza.