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LAURA MONTALVO
Domingo, 10 de octubre 2010, 05:51
En ella no vivieron ni el rey moro Boabdil ni Juan de Austria, como cuentan las leyendas, pero por sí sola supone un importante ejemplo arquitectónico digno de preservar. Nos referimos a la 'Casa grande' de la Entidad Local Autónoma de Fuente Victoria, conocida popularmente como el Palacio del Rey Chico.
Muchos han escuchado hablar de que en Fuente victoria vivió sus últimos años Boabdil, y que lo hizo en una gran casa que se puede ver en la calle Real. Incluso fuentes oficiales como la Junta de Andalucía la nombran como residencia de otro insigne personaje histórico, Juan de Austria, y se refieren a ella como Casa del rey Chico (BOJA 137, Resolución de 25 de junio de 2007, de la Dirección General de Bienes Culturales por la que se resuelve inscribir en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, la Casa del Rey Chico, en Fondón).
Pero ni el rey moro ni el militar cristiano hermano de Felipe II de España pudieron vivir en este inmueble barroco, puesto que fue construido en el siglo XVIII, en torno a 1742, dos siglos después de que éstos vivieran. Así lo afirma el historiador almeriense Joaquín Gaona Villegas, fondonero y profesor del IES Villavieja de Berja, quien, en una conferencia ofrecida hace unos días en la parroquia de La Encarnación de Fuente Victoria, fue desmintiendo a través de una amplia documentación las leyendas sobre ese singular edificio. Así además lo refleja en su artículo sobre la Casa grande publicado en el último número de FARUA, la revista del Centro Virgitano de Estudios Históricos, del que es miembro.
«La casa la construye la familia Palomar en 1741, tenemos varios documentos que lo prueban, y nada indica que alguna de las dos casas que anteriormente ocupaban el solar fueran el famoso palacio: ni el tamaño de las casas anteriores, ni referencias documentales o históricas. En el pueblo siempre se la denominó 'Casa Grande'. Es a partir de su estado de deterioro cuando al salir en la prensa hace unos 15 años se la denomina Palacio del Rey Chico, sin duda para atraer más la atención sobre un edificio que de por sí no necesita adornos y, que sin ser la residencia real de Boabdil, tendría que estar en otras condiciones y usos, porque tiene méritos suficientes», asegura.
Después de repasar la bibliografía y fuentes históricas y literarias sobre Fuente Victoria y la zona, este historiador ve que nadie se refiere a esta casa como el Palacio del Rey Chico hasta Bernardo Martín del Rey, a mediados del siglo XX: ni los cronistas de la guerra de Las Alpujarras, ni Henríquez de Jorquera, (describe el pueblo a mediados del siglo XVII), ni otras fuentes históricas como los diccionarios de Tomás López o Madoz, ni los viajeros románticos del siglo XIX. «No hay constancia documental. ¿En qué se basó Martín del Rey? Lo ignoro, él era sobre todo un poeta y escritor imaginativo y fantasioso. Al ser natural de Fondón es posible que conociera alguna tradición local, pero yo no he sido capaz de que alguien me la cuente. Por otra parte, por su condición de archivero de Almería, quizá pudo acceder a alguna fuente, historiadores como Carpente o Martínez de Castro, y entre sus notas encontrara datos, pero más bien pienso que fue un recurso literario en su obra 'Guía Ilustrada de Almería y su provincia'», matiza Gaona.
Los Palomar
La casa, ejemplo único de arquitectura señorial en la provincia de Almería, se construyó en el siglo XVIII por la familia Palomar, que se instaló en Presidio de Andarax (actual Fuente Victoria) en 1664, tras el matrimonio de Diego de Palomar (de Paterna) con María Rosillo López, hija de Juan Rosillo, regidor perpetuo del concejo.
La mujer murió y Palomar se casó con Catalina López, con la que tuvo seis hijos y a uno de ellos, Pedro de Palomar y López de mayor, se le atribuye la construcción de la casa, en la que se puede ver el escudo de esta familia. La familia vivía enfrente de la actual casa y compró dos propiedades donde construiría este famoso inmueble. A comienzos del siglo XIX la familia dejó la vivienda (la última en vivir ahí fue Teresa Morales y Palomar) y se convirtió en casa de vecinos donde en el siglo XX vivieron entre otros Vicente Hita, tatarabuelo del actual propietario, y Diego Villegas y su mujer Remedios Fernández, bisabuelos del historiador Gaona Villegas.
La casa de los Palomar es uno de los mejores ejemplos de arquitectura civil almeriense, y se encuentra en los números 3 y 5 de la calle Real de Fuente Victoria. Tiene planta cuadrangular con alzado de dos pisos, a excepción de la fachada principal que presenta una tercera planta, a modo de ático y la torre mirador, que sobresale en altura del resto del edificio. Su interior consta de un patio central porticado, en torno al que se distribuyen las distintas estancias. Tiene adosada la vivienda de la servidumbre y detrás el jardín, un espacio cerrado aproximadamente de 2.000 m2 con instalación de pérgolas, andenes y un estanque, con diversas especies arbóreas.
A pesar de su importancia esta gran casa, que estuvo habitada hasta hace unos 5 ó 6 años (incluso después de caerse el patio y tras su restauración por la Junta de Andalucía) se viene abajo. Su única salvación, para el historiador Joaquín Gaona, «es que su titularidad sea pública. Falta el convencimiento político, creerse que este edificio tiene una utilidad como promotor de desarrollo de la zona, tanto económico como cultural. Su estado actual es más que lamentable, me gustaría cierta movilización social para la recuperación de este palacio, como la de los Vélez con su castillo o la del Palacio de Almanzora, algo que admiro con cierta envidia».
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