El padre de la víctima del legionario de Viator testifica que salió «engreído» del piso tras degollarla
El progenitor veía algo en el exmilitar que «no encajaba» y así se lo expresó a su hija cuando supo que habían roto
Yenalia Huertas
Granada
Martes, 17 de mayo 2022, 23:29
Francisco M., padre de la maestra degollada por su exnovio legionario destinado en Viator, declaró ayer como testigo en el juicio que se celebra contra ... el verdugo de su hija en la Audiencia de Granada. Su testimonio, su dolor y su tristeza sobrecogieron al público de la sala. Aquel 8 de febrero de 2020, acudió rápidamente al piso del Zaidín donde vivía Ana María, muy cercano a su domicilio, tras llamarle una vecina que la había oído pedir socorro a gritos.
«Salí corriendo, ¡pero corriendo!, y subí a su casa para ver qué pasaba, pero la llave estaba por dentro», relató Francisco, que ejerce una de las acusaciones particulares en la causa. «Empujé con mucha fuerza mi llave, toqué al timbre, aporreé la puerta e incluso la llamé al teléfono. No hubo forma humana de poder abrir», añadió. Pegó entonces el oído a la puerta y solo escuchó «un silencio absoluto». Permaneció allí «unos ocho o diez minutos» hasta que el acusado, Alejandro M. M., la abrió.
«No sé si dijo algo; yo no estaba pendiente de él. Entré desesperado a ver a mi hija», indicó. Alejandro, que mató a Ana María con un cuchillo de cocina, cruzó el umbral y se marchó. «Salió con firmeza, fuerte, seguro de sí mismo, muy engreído», apuntó el testigo.
Al recordar la escena que encontró a continuación en el interior del piso donde su hija residía, la voz de Francisco se rompió. «Cuando entro me encuentro a mi hija tirada en el suelo, en un charco de sangre», describió entre lágrimas. Trató de reanimarla sin éxito, tenía «un corte en el cuello muy profundo». En la casa «no había desorden», solo «uno o dos teléfonos en el suelo», especificó.
Según Francisco, cuando rompió con el procesado, su hija le aseguró que «no había vuelta atrás», que era una ruptura «definitiva». Se lo comentó durante un café que ambos se tomaron en el barrio y en el que él le manifestó su opinión sobre Alejandro. «Como padre veía que algo no me encajaba», subrayó.
El hombre afirmó que el acusado sí convivía con su hija y tenía llaves del piso. Narró, además, cómo pillaron a Alejandro M. M. en falsedades. Una de ellas fue cuando aseguró a Ana María que su madre había muerto; era mentira. A él le había extrañado que no quisiera que su hija fuera al funeral. En algunos momentos de la intervención de Francisco, Alejandro hizo el gesto de negación con la cabeza. Uno de ellos fue cuando el testigo afirmó que su hija dejó algunas aficiones, como ir al fútbol, a raíz de iniciar la relación con él.
También testificó ayer una amiga de Ana María que aseveró que ella estaba al principio «ilusionada» con el exmilitar. Empezaron a salir en 2018 y no llevaban mucho cuando comenzaron «las mentiras» . Una de ellas, la de la supuesta muerte de la madre del legionario. Ana María llegó por lo visto a ir al cementerio para visitar la tumba y fue cuando Alejandro le confesó que en realidad no había fallecido. El procesado, apuntó, también vigilaba las redes sociales de la maestra. «Le controlaba los perfiles»y exploraba sus contactos. «Ana era tranquila, pacífica y buena persona», expresó la amiga de la víctima, al tiempo que resaltó que «era una buena maestra, implicada en su trabajo».
Arma
Entre otros testigos que desfilaron ayer ante el jurado estaban los dos primeros policías que llegaron a la escena del crimen, que vieron el cuchillo empleado «lleno de sangre y en el fregadero». El juicio continúa hoy con la intervención de los médicos forenses que practicaron la autopsia a Ana María.
Alejandro M. M. se enfrenta a una petición fiscal de 25 años de prisión por asesinato. La fiscal del caso está convencida de que hubo alevosía. El abogado defensor del acusado solicita diez años por homicidio con la atenuante de confesión. En la primera sesión, el procesado declaró que fue Ana María quien intentó atacarle con el cuchillo. El teléfono contra el maltrato es el 016.
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