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Yolanda Jiménez, Belén Martín y María Victoria López, frente a los resultados del proyecto. R.I.
Resultados elecciones municipales en Almería: niños de 13 años en Tabernas aciertan

Niños de 13 años de Tabernas clavan en una encuesta el resultado de las municipales

Doce alumnos del IES Manuel de Góngora hicieron un estudio que conllevó 310 entrevistas segmentadas por edad, sexo y ubicación geográfica

MIGUEL CÁRCELES

ALMERÍA

Viernes, 31 de mayo 2019, 00:20

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Todo empezó como un ejercicio para que unos alumnos de segundo de la ESO aplicaran sus conocimientos en las materias de Geografía e Historia, Matemáticas y Lengua y Literatura a un ejemplo práctico, de esos que se van a encontrar por decenas a lo largo de su vida: una encuesta preelectoral. Y pese a que las pretensiones eran solo esas, aprender, acabaron haciendo una predicción casi exacta de lo que sus vecinos tabernenses mayores de edad confirmaron, voto en urna, el pasado domingo. El máximo de los errores, un 1,1%, es muy inferior al que se da de forma habitual en las encuestas y sondeos electorales.

«Todo surgió de una Unidad Didáctica Integrada, un plan para aprender tres asignaturas de forma conjunta», relataba ayer a IDEAL la profesora Yolanda Jiménez, especialista del área de Matemáticas y coordinadora del proyecto en el IES Manuel de Góngora de Tabernas, en donde se ejecutó el ejercicio. Explicaron a los alumnos -que están con sus primeros pinitos en estadística- cómo se hacen las encuestas, de dónde salen los datos, qué son las muestras, cómo se hace para que sean representativas y cómo se maneja después en excel el contenido de los resultados. «Hicimos una segmentación poblacional idéntica a la de los sondeos: por zonas geográficas, por sexos y por franjas de edad después de estudiar la estructura poblacional de Tabernas», recuerda.

En total, una docena de alumnos del Instituto ejercieron de encuestadores de una suerte de 'CIS tabernense' que compiló 310 entrevistas personales. «El muestreo era amplio y segmentado, por eso era tan fiable», reivindica Jiménez. Y todo mediante una tabla de recogida de datos base que incluía los datos a recoger en un sondeo de esas características: la intención de acudir a votar, la edad, el sexo o el partido al que tenía la intención de apoyar. «Llevaban una lista de candidatos para las personas que no sabían por qué partidos se presentaban. En los pueblos se vota al candidato, no al partido», subraya la profesora.

Sin embargo, lo más difícil no era el tratamiento previo o posterior de los datos -no se utilizó la cocina, no encontraron datos disparatados que obligaran a despreciar alguna de las entrevistas-. Lo más difícil era que los encuestados se dejaran entrevistar. «El primer día detectamos algunos problemas que fuimos solventando explicando que sólo era un ejercicio, que no se pedían más datos personales que el de la intención de voto... Incluso permitimos que los propios electores pusieran de su puño y letra el palito en el cuadrado del voto de la tabla base para salvaguardar su identidad», relata la profesora.

Los datos de la encuesta se recogieron la primera semana completa de la campaña electoral y, una vez reunidos, ubicados en una tabla de excel y tratados, el Instituto hizo público su resultado el último día en el que es legal publicar encuestas: en Tabernas, el PSOE arrasaría y se llevaría ocho de los once concejales que conforman el plenario. «Cuando vi el resultado de la encuesta no confié mucho en su labor, más que nada porque el resultado era arriesgado. El pronóstico de ocho a tres me parecía excesivo», rememora el alcalde en funciones -y, dada su mayoría absoluta, se puede decir que renovado en el cargo- José Díaz, del PSOE. «Pero después el resultado ha demostrado que son unos perfectos aspirantes a sociólogos. Ha sido una auténtica sorpresa», revela.

El estudio amateur no sólo clavó el número de escaños, también se acercó de forma sorprendentemente acertada al porcentaje de voto de los comicios. El mayor de los errores se quedó en poco más de un punto, pero para el resto de casos, no alcanzó esa levísima cifra -algo raro incluso para los grandes estudios demográficos profesionales-. «Tenía mucha fiabilidad porque ellos mismos podían poner el palito en la casilla del partido», subraya Jiménez. Eso y el hecho de que los encuestadores -apenas unos niños de 13 o 14 años- lo hicieran para un trabajo escolar habría podido llevar a los entrevistados a relajarse y responder de forma fehaciente y realista.

«Teníamos un margen de error de dos puntos al que no hemos llegado», subraya la coordinadora del proyecto. Todo un logro. Y si no, que le pregunten a Tezanos y las polémicas que han circundado a sus estudios sociológicos desde que llegó al timón del instituto sociológico público.

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