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E. P. / ARCHIVO
Imponen 18 meses de internamiento semiabierto al menor que encubrió el crimen de Paterna del Río

Imponen 18 meses de internamiento semiabierto al menor que encubrió el crimen de Paterna del Río

El joven, si bien no participó en el crimen, «ayudó a ocultar el cadáver» que fue descubierto días después por la Guardia Civil en una cuneta

E. P.

ALMERÍA

Lunes, 29 de abril 2019, 14:42

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El Juzgado de Menores de Almería ha impuesto 18 meses de internamiento en régimen semiabierto al menor de 17 años que encubrió a un grupo de jóvenes que presuntamente mató a un hombre de origen marroquí de un disparo en el pecho en Paterna del Río (Almería), de modo que si bien no participó en el crimen, «ayudó a ocultar el cadáver» que fue descubierto días después por la Guardia Civil en una cuneta.

El fallo, dictado de conformidad en firme y consultado por Europa Press, impone además al menor otros seis meses de libertad vigilada a tenor de los hechos, después de que los testimonios aportados en el Juzgado de Instrucción número 1 de Berja, en el que se sigue el procedimiento por el homicidio, constataran que el menor no se encontraba presente en el momento en el que la víctima fue disparada, por lo que no pudo ser partícipe de dicho delito.

El menor fue detenido junto con otros cuatro jóvenes en el marco de la operación 'Primales' de la Guardia Civil tras descubrir el pasado 15 de octubre el cadáver del hombre, quien portaba un chaleco reflectante de la Benemérita aunque no formaba parte del cuerpo. Según los indicios de los investigadores, la víctima habría acudido dos días antes a la vivienda de la Plaza Mercados empleada por los acusados para el cultivo de marihuana con el fin de apropiarse de la plantación.

La sentencia declara probado así que el menor, representado por el letrado Antonio Mazuecos del despacho Aránguez Abogados, no participó en la muerte de la víctima, pero «tuvo posterior conocimiento de la misma», con lo que «puesto de acuerdo con los citados mayores de edad y para evitar su descubrimiento, ayudó a ocultar el cadáver».

A tal fin, apunta el juez que trasladaron el cuerpo «en el maletero de un vehículo» y finalmente «lo arrojaron por un terraplén» ubicado en el kilómetro 8 de la carretera AL-5402, en el municipio almeriense de 300 habitantes, donde quedó abandonado hasta su descubrimiento tras una «larga búsqueda».

Según el relato aceptado por las partes, durante las semanas anteriores, «el menor y tales mayores de edad se habían dedicado al cultivo de plantas de marihuana», para lo que habían «colocado en un total de 892 maceteros distribuidos en las siete habitaciones de la casa e instalado el correspondiente sistema de riego, ventilación e iluminación».

En este sentido, las medidas impuestas al menor también obedecen a la comisión de un delito contra la salud pública y otro de defraudación de fluido eléctrico, por el que le impone el pago a él --y solidariamente a sus padres-- de la quinta parte del consumo energético defraudado a Endesa, esto es, más de 4.300 euros de los 21.716 euros reclamados por la empresa.

Mes y medio de investigación

La investigación previa de los agentes de la Guardia Civil se dilató durante más de un mes y medio, a fin de hallar a los supuestos autores del crimen después de encontrar el cadáver, de modo que los agentes solo pudieron hallar en el lugar del crimen los restos de plantas, el cartucho de una escopeta y útiles de cultivo, sin que se diera con todo el estupefaciente. La casa había sido limpiada con lejía y amoníaco.

Las pesquisas permitieron detener en un primer momento al menor y a dos de los presuntos implicados en los primeros momentos, aunque las dos últimas detenciones tuvieron lugar semanas después en El Ejido y Berja, donde los supuestos participantes habrían permanecido ocultos con familiares y amigos.

Según el relato policial, la investigación efectuada en el marco de la operación arrancó el día posterior a los hechos, después de que el hermano del fallecido, de origen magrebí, acudiera a dependencias policiales y denunciara su desaparición, ya no había vuelto a tener noticias de él desde hacía días ni tampoco contestaba a las llamadas.

Ante los datos proporcionados por el denunciante, los agentes calificaron la desaparición de alto riesgo y comenzaron sus averiguaciones entre los círculos sociales, familiares y laborales de fallecido, lo que les permitió conocer su posible presencia en una vivienda de Paterna del Río durante la madrugada anterior.

A su llegada a la casa, los agentes encontraron una vivienda vacía y deshabitada en la que quedaban restos de sangre en el suelo, una posta de cartuchería de una escopeta de caza e indicios de que el inmueble se había empleado para mantener una plantación 'indoor'.

Según las averiguaciones, el finado había sido disparado con una escopeta en el salón de la vivienda por R.O.B., de 23 años, según los agentes, aunque con posterioridad algunos de los supuestos implicados se achacaron este extremo entre sí. Entre ellos se encuentran, además del menor, J.M.F.B., de 23 años, J.M.O.B., de 18, y J.A.V.F., de 30 años.

Otras fuentes del caso apuntaron la posibilidad de que el fallecido no acudiera solo al inmueble en la noche de los hechos y que, incluso, tratara de hacerse pasar por agente de la autoridad para ahuyentar a los posibles moradores al acceder a la vivienda. De hecho, cuando los agentes localizaron el cadáver, este llevaba puesto un chaleco reflectante de la Guardia Civil.

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