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Así es la Geoda de Pulpí.

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Así es la Geoda de Pulpí. RAMÓN L. PÉREZ

Abre al público la Geoda de Pulpí: la mina de los tesoros

Abre al público la geoda gigante de Pulpí, el monumento natural de este tipo más importante de Europa

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Lunes, 5 de agosto 2019, 10:53

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Impresionados. Así han salido los primeros visitantes que se han adentrado en la Mina Rica y que han visto la geoda gigante del municipio almeriense de Pulpí. A las 10.30 horas de la mañana un grupo de 15 personas ha pasado a la gruta con un guía que les ha acompañado hasta el mismo acceso de la cavidad tapizada de cristales de yeso, la más grande de este tipo visitable del mundo.

Antes, el presidente de la Diputación de Almería, Javier Aureliano García, la delegada del gobierno andaluz, Maribel Sánchez, y el primer edil de Pulpí, Juan Pedro Garcia, han dado por inaugurado una nueva etapa en la historia del municipio, donde la apertura al público de la geoda se espera con el deseo de que se convierta en una revolución para toda la provincia.

La visita dura alrededor de una hora. La mayor parte del tiempo se pasa recorriendo las galerías visitables de la Mina Rica, ubicada en la carretera que une Pulpí con la localidad costera de San Juan de los Terreros. Concretamente, en el paraje de Pilar de Jaravía. Tras un camino de grava que serpentea se accede a la gruta, donde a principios del siglo XX se extraían minerales como bronce, hierro y plata. En el interior la visita permite adentrarse en una auténtica «catedral» de ingeniería minera, en palabras de Francisco Fernández, el geólogo encargado de las obras de adecuación interior. Una actuación que ha supuesto una inversión de medio millón de euros y que han financiado el Consistorio pulpileño y la Diputación provincial.

Gracias a las obras, a la vista de los visitantes están qalerías kilométricas, cámaras enormes, pasillos con sus techos de madera intactos y rastros de la actividad que un buen día tuvo a mina. Se conservan desde las cajas de dinamita que se usaban para extraer el mineral, hasta paquetes de cigarrillos abandonados y que hoy se exponen junto a lo demás.

¿Y qué es lo demás? El inmenso patrimonio geológico que alberga esta ciudad bajo tierra hecha por el hombre. Hasta llegar a la estrella de la visita, el recorrido se hace entre piedras luminiscentes, planchas de yeso con millones de años u otras pequeñas geodas también a la vista.

La geoda

Para llegar a la geoda gigante, la joya de la Corona, nunca mejor dicho, hay que bajar una escalera vertical de 20 metros. Y en un espacio previo se debe esperar pues la visita se realiza de uno en uno. El tamaño es reducido y la fragilidad de los famosos cristales obliga a que así sea. Sin casco ya y con música épica de fondo, el visitante puede asomarse a ver el espectáculo que brinda la naturaleza en este lugar. Escondida hasta el año 1999, cuando unos amantes de los minerales la descubrieron por casualidad, no se han podido ver hasta ahora a personas mirando los cristales de yeso que ha formado el paso del tiempo.

«Es algo impresionante, supera todas las expectativas que me había hecho», ha explicado Carmen, una de las primeras personas de fuera de Pulpí (la semana pasada se abrió para vecinos) que ha podido ver la geoda. En su grupo, el primero de la mañana, también ha estado Gracia, venida desde Barcelona expresamente. Después de asomarse, le ha contado la experiencia a IDEAL: «Parece que estás en otro mundo. Una se quiere quedar allí a vivir. La pena es que te dejen tan poco rato», ha añadido. Y así es, 1 minuto mirando, y que pase el siguiente.

Estas primeras personas han abandonado una hora y media después las galerías. A partir de ellos serán muchos más. El Ayuntamiento espera que pasen 100 personas al día por la geoda, que abre mañana y tarde. El precio de la entrada son 22 euros adultos y 10 los niños.

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