Gérgal llegó a los 5.000 habitantes en la gran época de la minería
Las explotaciones de hierro hicieron que multiplicara su población aunque muchos vecinos acabaron emigrando a Cataluña o Alemania
J. L. PASCUAL
Lunes, 29 de mayo 2017, 03:01
Si algo destaca de Gérgal es su privilegiada ubicación, en la falda meridional de la Sierra de los Filabres, frontera con el Desierto de Tabernas ... y nexo de comunicación entre las provincias de Almería y Granada. Su larga historia ha ido dejando un amplio legado en el municipio, por ejemplo en sus calles, estrechas y empinadas, que recuerdan a su pasado morisco y convierten algunas de sus barriadas en interesantes laberintos.
Fue precisamente la salida de los moriscos la que propició uno de los puntos de inflexión que la localidad almeriense ha tenido en su historia, con la repoblación del municipio con gentes procedentes de otras partes de España que fueron instalándose en la parte baja del pueblo. De esta época datan también el trazado de sus calles e incluso la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen.
Otro momento clave de su historia fue durante el primer tercio del siglo XX, cuando el cultivo de la uva de barco y las explotaciones de mineral de hierro cobraron un gran auge que propició que se multiplicara la población, llegando a contar con más de 5.000 habitantes, quintuplicando el censo actual. La crisis minera de finales de los años 20, como ocurrió con otros municipios almerienses, provocó que muchos de estos vecinos hicieran las maletas y que desapareciesen, igualmente, muchas de las viviendas que se habían construido al amparo de estos tiempos de bonanza. se abandonaron estas viviendas más altas.
Fue entre finales del siglo XIX y el primer cuarto del siglo XX cuando funcionaron a pleno rendimiento sus explotaciones mineras de hierro que aprovecharon el ferrocarril Linares-Almería, primera línea de vía ancha electrificada de España.
Este despoblamiento llegó a ser más acusado a mediados del siglo pasado, en una etapa de hambre y miseria que muchos vecinos de Gérgal trataron de solventar emigrando, principalmente para trabajar en Alemania en la construcción y el sector servicios y también en Cataluña, mayormente en la provincia de Barcelona, donde muchos de estos gergaleños encontraron un empleo.
Esta emigración, al contrario de lo que ocurrió en otros pueblos fue, en la mayoría de los casos, temporal. La gran mayoría de los que se fueron al extranjero regresaron en pocos años, una vez que mejoraron su situación económica, mientras que los que optaron por Cataluña sí que tuvieron un mayor arraigo y, en la actualidad, hay un importante número de catalanes que tienen ascendencia o alguna relación familiar con Gérgal. La transformación del municipio en los últimos años es evidente, con una fuerte apuesta por el turismo rural y nuevos modelos para su economía.
Su situación alimenta perspectivas de crecimiento y, en este sentido, pese a la crisis que azotó durante los últimos años la construcción, se han venido impulsando diferentes urbanizaciones que han venido atendiendo la alta demanda de viviendas existente, principalmente entre parejas jóvenes que se han instalado en el pueblo para trabajar en los invernaderos. El auge del turismo rural se ha plasmado en la rehabilitación de viviendas en régimen de alquiler y apartahotel, con una buena oferta gastronómicas y alojamientos en los que se mezcla la tradición y la comodidad para el visitante.
Su agricultura tradicional, que siempre ha sido su principal base económica, también vive momentos de cambio con la instalación de nuevos cultivos que están arrojando grandes resultados económicos. Es el caso de los tomate cherry que, durante los últimos años, se han convertido en un referente dentro de las explotaciones agrícolas gergaleñas.
Entre sus anejos, destaca Aulago, a siete kilómetros del municipio y que se encuentra a las faldas del observatorio del Calar Alto. También a esta zona ha llegado la eclosión del turismo rural, con viviendas que son alquiladas los fines de semanas o para periodos vacacionales y que cuentan con una gran aceptación. Quienes pasen por Aulago tienen la oportunidad de conocer interesantes elementos como su Almazara, el Cortijo de Cura Morales, el Hueco o la Piedra de la Cruz. Sus momentos álgidos coinciden con las fiestas en honor a San Antonio y la romería que se celebra en junio.
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