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Fran Gavilán
Domingo, 27 de diciembre 2015, 00:20
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La localidad de Roquetas de Mar trata de volver a la normalidad tras la muerte durante de la madrugada del pasado viernes de un hombre de origen guineano, identificado como A. M. y de 41 años, que recibió varias puñaladas mortales en el abdomen tras una discusión de tráfico en la calle Valle de Orotava del municipio.
Al cierre de esta edición, más de un centenar de agentes del Grupo de Reserva (GRS) de la Guardia Civil, apoyados por guardias de los puestos de Roquetas de Mar, El Ejido, Vícar y Almería, se mantenían desplegados en la zona para evitar nuevos altercados por un grupo de unos 300 subsaharianos que el pasado viernes, ataviados con palos y «descontrolados», quemaron contenedores, lanzaron cócteles molotov e hirieron a varios agentes y ciudadanos como forma de protesta ante el apuñalamiento mortal de su compatriota.
«La situación es de máxima tranquilidad». Así lo manifestó a este periódico el subdelegado del Gobierno de Almería, Andrés García Lorca, quien señaló que la investigación para aclarar la muerte violenta del ciudadano de Guinea Bissau «permanece abierta» y de momento no hay ningún detenido.
Asimismo, García Lorca destacó que el dispositivo formado por un centenar de agentes de la Guardia Civil, que ayer recibieron la visita del coronel jefe de la Comandancia de Almería, Francisco Jiménez, busca «evitar nuevos rebrotes» en los barrios del Joaquinico, las 200 Viviendas y Cortijos de Marín.
«Estamos patrullando en el interior del casco urbano de Roquetas de Mar por si hubiera algún rebrote, pero ahora mismo no se aprecia ningún problema de inmediato», añadió el subdelegado del Gobierno de Almería, quien reconoció que tampoco se ha detenido a nadie en unos disturbios que «fueron mínimos para una población de 3.000 subsaharianos».
«Un hecho aislado»
Por su parte, el alcalde de Roquetas de Mar, Gabriel Amat, abogó ayer por la necesidad de dejar actuar a las fuerzas de seguridad para que esclarezcan el fallecimiento violento. De igual modo, el también presidente de la Diputación de Almería incidió en que «no se puede criminalizar a un colectivo por un hecho aislado».
El alcalde aseguró, en este sentido, que se ha reunido con los familiares y compañeros de la víctima, y estaban de acuerdo en que «hay que esperar y dejar trabajar a las fuerzas de seguridad para que esclarezcan lo ocurrido».
Asimismo, Amat descartó que lo sucedido en la calle Valle Orotava sea un acto racista, sino «un hecho aislado». «La convivencia se demuestra día a día y no con hechos aislados», indicó el primer edil roquetero tras asegurar que las 110 nacionalidades que residen en su municipio conviven «con normalidad».
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