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Estado de abandono en una parcela de equipamiento en la calle Movimiento Indaliano, donde los vecinos quieren un mirador.
Las Colinas: donde la avaricia rompió el saco

Las Colinas: donde la avaricia rompió el saco

Pensado inicialmente para viviendas unifamiliares, el barrio presenta muchos problemas por su aumento de edificabilidad | Los despropósitos y errores se cuentan por docenas en un barrio que lo tenía todo para ser privilegiado

JULIO VALDIVIA

Domingo, 3 de mayo 2015, 01:33

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Las Colinas de Aguadulce lo tenía todo para convertirse en un lugar privilegiado en la costa de Almería. Sus laderas le proporcionan unas vistas espectaculares del litoral y todo el Poniente, y se encuentra a escasos metros de la Autovía del Mediterráneo. Pero las ambiciones urbanísticas le han llevado a convertirse en todo lo contrario. Hoy el barrio de Las Colinas es puesto de ejemplo en toda España por el daño que ha hecho el urbanismo depredador de los últimos años, hasta el punto de que su asociación de vecinos lidera una plataforma estatal de barrios inacabados que trasladará casos como este hasta la Unión Europea.

El problema, según explicaba ayer el presidente de la asociación, Juan Carlos Oyonarte, que recorrió junto a IDEAL todo el barrio, está en el modelo urbanístico elegido en su momento. Concebida como una urbanización de viviendas unifamiliares en 1998, que tenía similitudes con otras cercanas como La Envía Golf, Las Colinas acabó convirtiéndose en una colmena con miles de viviendas, 1.500 de las cuáles siguen desocupadas a día de hoy. Ese incremento de edificabilidad ha generado no pocos problemas en el barrio, entre otras cosas porque el trazado de las calles, su anchura e incluso sus canalizaciones y servicios, mantienen el diseño inicial con una previsión de ocupación mucho menor a la que se produjo finalmente.

«Esto se ha diseñado en función del catastro, siguiendo las parcelas se ha hecho el diseño de las calles, con lo que nos encontramos con un barrio completamente fragmentado», dijo el presidente de los vecinos, que consideró que lo hecho en Las Colinas es propio de «una república bananera», como repite a menudo cuando trata de resumir todo lo que ha pasado en estos años.

Enajenaciones

Ese aumento de la edificabilidad tan espectacular se produjo por «presiones de los promotores» que a cambio cedieron al Ayuntamiento una serie de parcelas que posteriormente enajenó ingresando con esa venta importantes cantidades económicas. En el reparto de terrenos, los ciudadanos fueron los que se quedaron con la peor parte, ya que los de equipamiento se ubicaron en los peores sitios, en muchos casos sin posibilidad de llegar a desarrollarse. «Todo lo que se queda como suelo público es terreno malo, intransitable, en taludes, barrancos y zonas con fuertes pendientes, mientras que el terreno bueno se ha destinado a viviendas», afirmó Oyonarte.

Se trata de algo que es habitual en Roquetas. En los últimos años, en los desarrollos urbanísticos el equipamiento se ha fragmentado y se ha ubicado en los peores sitios, siempre en beneficio de los promotores. Ya pasó en los acantilados de Aguadulce, cuyo proyecto fue anulado por el TSJA, con zonas de equipamiento y espacios libres ubicadas en la zona más escarpada, según denunció la oposición, y ocurre en Las Colinas, donde el instituto y el nuevo parque se han acondicionado en un barranco.

Las constantes quejas de los vecinos han conseguido para el barrio algunas mejoras que la asociación de vecinos considera «medidas correctoras» en una zona que se recepcionó sin terminarse y sin el equipamiento considerado mínimo por sus residentes. Así, el Ayuntamiento ha invertido en los últimos meses más de medio millón de euros en el nuevo parque y los polémicos viales peatonales de escaleras, reclamados en numerosas ocasiones y cuya existencia fue negada por el equipo de Gobierno del PP hasta que tuvo que dar marcha atrás y asumir unos costes que, de haberse exigido a los promotores no se tendrían que haber pagado con fondos públicos.

A pesar de todo, la asociación de vecinos sigue considerando insuficientes las inversiones, ya que su presidente se preguntó por «¿cuánto dinero se ingresó con las enajenaciones de parcelas en su día y cuánto dinero se ha invertido en el barrio? Eso sin contar los impuestos, hablamos de más de 3.000 viviendas que están pagando su IBI».

Fruto del urbanismo permitido en Las Colinas, el barrio ha pasado de tener el potencial de zona de lujo, a ser una zona preocupada por los ocupas y con algunos focos de marginalidad y problemas.

Irregularidades

La lista de irregularidades cometidas, a juicio de la asociación de vecinos, es interminable. Desde residenciales que no tienen una plaza de garaje para cada vivienda como manda la normativa, hasta aparcamientos ubicados en zonas verdes como el del IES Mar Mediterráneo, pasando por calles «ilegales» no contempladas en los planos, zonas como el sector 33 sin accesos adecuados previstos, aceras que se desprenden por las fuertes pendientes, edificios cuyos saneamientos están encima de las viviendas, espacios libres públicos que se han añadido a los residenciales con total impunidad, ausencia de zonas de amortiguación, e incluso viviendas entregadas en las que sus propietarios tuvieron que pagar posteriormente los saneamientos a Hidralia porque no estaban acondicionados.

Los problemas de agua son constantes como consecuencia de la mala previsión, y como los aparcamientos, los vecinos aseguran que el sistema no aguantará la llegada de nuevos residentes cuando se vendan las 1.500 viviendas vacías actuales y se construyan las otras 1.500 previstas. Por haber, en Las Colinas hay incluso una comunidad en la que sus promotores tienen dos plantas enteras de plazas de garaje por las que pagan solo la cuota de una plaza por planta, porque así lo contemplaron en los estatutos de la comunidad de vecinos con la complicidad de los administradores de fincas.

La asociación de vecinos ya ha perdido la esperanza de que el Ayuntamiento cumpla con el compromiso adquirido por el alcalde en 2011 para hacer un informe de incumplimientos de un barrio que los técnicos municipales consideraron en perfectas condiciones cuando fue recepcionado. Pero sí reclama ahora que se aprovechen las fianzas pagadas por los promotores por las licencias de obras, para hacer una serie de mejoras en los accesos y el equipamiento, con el fin de evitar que estas deficiencias sean costeadas por todos los ciudadanos.

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