Reserven y acudan
«Ahora que valoramos tanto un buen servicio y una buena atención, pensemos en lo difícil que es lograrlo si todos llegamos a la misma hora a un bar o restaurante, o si lo hacemos sin reservar»
África Mateo
Almería
Viernes, 3 de marzo 2023, 12:25
¿Imaginan que se les presenta en casa un grupo de amigos a cenar sin avisar? Podrán, con suerte, improvisar un picoteo informal y, por ... muy amigos que sean, incomodarán su rutina y se molestarán por no poder atenderlos como les gustaría. Algo parecido sucede en los restaurantes y bares. Si bien, desde que abren la persiana cada mañana, deben estar preparados para dar de comer a cualquiera que entre por la puerta, la realidad es que con previsión se trabaja mucho mejor.
Hay que reservar. Reservar es una de las buenas prácticas que se popularizó durante la pandemia, ya que las salidas se planificaban con más esmero y, sobre todo, la reducción de aforos en los establecimientos de restauración provocaba que restaurantes y bares que normalmente no tenían problema para atender a sus clientes, tuvieran que rechazarlos para no saltarse las restricciones. Pero las buenas costumbres se olvidan pronto y hemos vuelto a acostumbrarnos a aparecer de forma improvisada en nuestros bares y restaurantes de cabecera, con el añadido de molestarnos si no nos hacen hueco, aunque estén hasta la bandera, porque somos (o creemos que somos) los mejores clientes.
Y es recomendable reservar porque muchas barras se han convertido en mesas altas, es decir, se reservan también, con un espacio perfectamente delimitado, para garantizar la comodidad del comensal y, además, cada día vamos a ver más restaurantes de los que tienen grandes salas, que no cubrirán todas sus mesas a diario, por decisión propia. Y es que los costes de personal, que son el principal capítulo de la cuenta de gastos de los establecimientos de hostelería, son cada vez más elevados, por lo que algunos negocios prefieren reducir el personal y los comensales para no acabar el mes en números rojos.
Ahora que valoramos tanto un buen servicio y una buena atención, pensemos en lo difícil que es lograrlo si todos llegamos a la misma hora a un bar o restaurante, o si lo hacemos sin reservar. Y una vez superada la barrera de reservar, es también muy recomendable cancelar esa reserva si no la vamos a utilizar. Muchos clientes han puesto el grito en el cielo en grandes ciudades como Madrid o Barcelona, porque los restaurantes más demandados han impuesto un depósito de dinero al hacer la reserva que se descuenta de la cuenta final, pero que en caso de no acudir al establecimiento, sin previa cancelación, se carga. No es baladí. El temido 'no show', que se produce cuando los clientes no se presentan a su cita, destroza la caja e impide atender a otros comensales interesados en el servicio.
Ayudemos a la hostelería, para que puedan contener sus costes, con gestos tan sencillos como reservar, en lugar de quejarnos de que no dejan de subir los precios porque si todos notamos, al ir a la compra, como sube la cuenta, imaginen lo que supone abastecer la cocina de un restaurante.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión