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Volar un dron en Almería, misión imposible: casi el 100% del suelo tiene restricciones

Estos dispositivos voladores con cámara se han popularizado durante los últimos años, por lo que han surgido normas para su uso responsable

David Roth

Almería

Martes, 20 de mayo 2025, 23:58

El zumbido de un dron sobrevolando un paraje natural o una zona urbana ya no sorprende a nadie. Desde hace años, estos dispositivos se han popularizado entre fotógrafos, creadores audiovisuales, agricultores o simples aficionados que quieren capturar las vistas desde un ángulo menos habitual. Pero lo que muchos ignoran es que operar uno de estos aparatos, incluso con fines recreativos, está sujeto a una estricta normativa que, de no cumplirse, puede acarrear importantes sanciones. En Almería, como en el resto del país, volar un dron no es una actividad libre, y conocer las limitaciones legales es fundamental para hacerlo de forma segura y legal.

Un ejemplo reciente lo encontramos el pasado 7 de mayo, cuando la Policía Nacional neutralizó un vuelo no autorizado junto al helipuerto del Hospital Universitario Torrecárdenas, una zona especialmente crítica Y es que, desde finales de 2020, en toda la Unión Europea existe una normativa común que regula el uso civil de drones. Esta norma clasifica las operaciones en tres niveles según su riesgo: vuelos recreativos o sencillos, vuelos con ciertas condiciones especiales, y operaciones complejas que requieren permisos más estrictos.

Volar un dron, aunque sea por ocio, exige algo más que mirar al cielo. Consultar herramientas oficiales como el visor de Enaire Drones o la web de AESA debería ser tan habitual como comprobar el estado de la batería. En municipios como Almería capital, Roquetas de Mar, El Ejido, Adra o Berja, considerados zonas urbanas o entornos sensibles, no se puede volar sin haber comunicado la operación previamente al Ministerio del Interior, al menos cinco días antes. Además, se necesita permiso del propietario o administrador del lugar que se va a sobrevolar y cumplir ciertas condiciones operativas marcadas por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA).

Mapa de nucleos urbanos, aeropuerto, vias de tren y algunos espacios restringidos. En Aire

Estas limitaciones se extienden también a playas urbanas y al entorno del aeropuerto de Almería, donde las llamadas 'servidumbres aeronáuticas' hacen que cualquier actividad aérea —aunque sea con drones menores de 250 gramos, los más pequeños— sea especialmente delicada.

Los aeropuertos, aeródromos y helipuertos suponen otra capa de restricciones. El aeropuerto de Almeríaexige coordinación con AENA al menos 20 días antes del vuelo. Si se vuela fuera del espacio controlado del aeropuerto (CTR) y a menos de 60 metros de altura, se considera una operación básica, pero si se quiere superar esa altura o se entra en zonas más próximas, hay que contar con la autorización del organismo gestor del espacio aéreo.

También están completamente prohibidos los vuelos sin coordinación en puntos como la base forestal de Gérgal, el helipuerto de Alhama de Almería o cualquier hospital que tenga helipuerto, como el de Poniente (en El Ejido) o La Inmaculada (en Huércal-Overa).

En paralelo, hay infraestructuras críticas que imponen sus propias reglas, como las líneas ferroviarias gestionadas por ADIF. En estos casos, incluso para vuelos recreativos, puede ser necesario pedir permiso si se va a volar cerca o sobre sus instalaciones. En vuelos más complejos, se aplica una distancia de seguridad mínima de 25 metros horizontales desde las vías, y restricciones de altura dependiendo del lugar.

Además, hay zonas especialmente delicadas por su uso militar o estratégico. Por ejemplo, el espacio aéreo conocido como LED36, que abarca zonas de entrenamiento de La Legión, puede presentar riesgos para cualquier aeronave. Por eso, conviene consultar el AIP (el boletín de información aeronáutica) antes de programar cualquier vuelo.

Pero si hay un entorno especialmente sensible en Almería, ese es el medio natural. Muchas áreas del territorio provincial están protegidas por su valor ecológico, y volar en ellas requiere permisos específicos. Entre las zonas más restringidas están el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, Sierra Nevada, Sierra de Gádor y Enix, Sierra Alhamilla, el Desierto de Tabernas, las ramblas de Gérgal y Tabernas, y otras como el Islote de San Andrés, la Sierra de Cabrera-Bédar, Punta Entinas-Sabinar, la Albufera de Adra o el Arrecife Barrera de Posidonia en Roquetas. Muchas de estas áreas son también Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA), lo que eleva aún más los requisitos legales. Para volar allí, es imprescindible pedir autorización a la Delegación Territorial de la Junta de Andalucía, que valora cada caso en función del posible impacto ambiental.

También hay que tener cuidado si se quieren hacer fotos o vídeos desde el aire. Algunas zonas tienen restringida la captación de imágenes, incluso si el vuelo está autorizado. Es el caso, por ejemplo, de una zona concreta de Roquetas de Mar (según el plano 1058-3 del Instituto Geográfico Nacional), donde es obligatorio solicitar permiso al Centro Cartográfico y Fotográfico del Ejército del Aire (CECAF). Además, una vez hecha la grabación, las imágenes deben entregarse para su revisión. Este permiso suele tener una validez de varios meses.

Almería, sin alas

En el caso concreto de Almería capital, volar un dron está especialmente condicionado por varias restricciones acumuladas. Por un lado, se trata de un núcleo urbano, lo que ya implica la necesidad de notificar el vuelo al Ministerio del Interior con al menos cinco días de antelación y contar con la autorización del propietario o responsable del lugar que se va a sobrevolar. Además, hay que respetar las condiciones operativas fijadas AESA, como no volar sobre personas, mantener siempre el dron a la vista y no superar ciertos límites de altura.

A esto se suman otros condicionantes geográficos y de seguridad. El espacio aéreo del aeropuerto de Almería (LEAM) abarca parte del término municipal, por lo que en determinadas zonas es necesario coordinar previamente cualquier vuelo, incluso recreativo, con AENA. Por ejemplo, si se vuela dentro del área controlada (CTR), hay que pedir autorización específica, y si se opera fuera, pero se superan los 60 metros de altura, también se requiere permiso.

Otro punto especialmente sensible es la cercanía al Hospital Universitario Torrecárdenas, que dispone de helipuerto operativo. Esto lo convierte en una zona crítica, donde cualquier vuelo de dron debe estar previamente autorizado y coordinado para no interferir con los traslados sanitarios en helicóptero. 

Además, algunas áreas naturales del término municipal, como las playas urbanas, también están sujetas a restricciones, especialmente en temporada alta, y requieren autorización si se quiere volar por ocio o capturar imágenes.

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