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Rodrigo Sánchez, consejero de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, ojea el periódico IDEAL en la sede de la Delegación del Gobierno de la Junta en Almería. J. E. R.
«Cuando no se utilizan los mecanismos de gestión de crisis se pierden oportunidades»

«Cuando no se utilizan los mecanismos de gestión de crisis se pierden oportunidades»

Rodrigo Sánchez Haro Consejero de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía | Para el titular andaluz de Agricultura es necesario que las empresas dejen atrás situaciones del pasado y cooperen para ser más competitivas

JOSÉ ESTEBAN RUIZ

ALMERÍA

Sábado, 21 de julio 2018, 00:15

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Rodrigo Sánchez suma algo más de un año como titular del agro andaluz. Un tiempo en el que el almeriense tuvo que afrontar diferentes problemáticas que afectan a los sectores de su competencia, con el convencimiento, como el bien apunta, de la superación gracias a la profesionalidad y entrega de los productores de esta tierra.

-¿Qué balance hace de su primer año al frente de la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural?

-Un balance positivo. El trabajo que hemos desarrollado ha sido bueno en diferentes líneas. Nos planteamos como uno de los principales retos el relevo generacional y hemos destinado a ello más de 150 millones de euros en incorporar a jóvenes al sector. También impulsar la digitalización, la bioeconomía y la incorporación de la mujer al mundo rural en términos de igualdad. En todo ellos damos pasos importantes. Pero además, hemos trabajado por el desarrollo de los grupos de innovación, por el cumplimiento de nuestro Programa de Desarrollo Rural sobre el que tenemos el 80% del presupuesto convocado y el 50% comprometido, a pesar de que tenemos para su ejecución hasta 2023.

-¿A nivel personal, cómo pasaron estos trece meses?

-Fue un año fascinante en lo personal. Lo he vivido con mucha intensidad. Me encontré un sector muy productivo, competitivo, emprendedor, que busca estar presente en los mercados internacionales, integrado por una agricultura y ganadería profesional y por pequeños y medianos productores. Todo ello configura la idiosincrasia de nuestro sector agroalimentario andaluz.

-¿Le ha quedado algún rincón de Andalucía por visitar o alguna actividad agraria o pesquera por conocer de cerca?

-Creo que no. He tratado de acercarme a todos los sectores. Cada provincia de Andalucía es totalmente diferente aun tratándose del mismo sector. Además, cada provincia lidera una actividad.

-En Almería, no se espera un buen balance final de la campaña hortofrutícola...

-Bueno, si los datos los comparamos con la última campaña, que fue extraordinaria en todo, seguro que la situación no la supera. Los precios medios de la pasada rondaron los 0,69 euros por kilogramo y en esta se encuentran en torno a los 0,60 euros. Pero si tomamos como referencia la media de los tres últimos años vienen a mantenerse los precios y el resto de datos. Por ello se podría calificar como una campaña normal. Además, las cifras en exportación siguen situándose al alza. Tenemos que ser optimistas porque partiendo de una excepcional campaña mantenemos el nivel de este sector.

-Si tuviese la oportunidad o el poder de cambiar algo de la dinámica de las empresas, ¿qué sería?

-Sin duda la cooperación. Es fundamental la colaboración entre las empresas hortofrutícolas para ser más competitivos en el mercado. Necesitamos estar juntos. Si nos elevamos un poco y somos capaces de ponernos por encima de las situaciones personales, y visualizamos en conjunto, estoy convencido de que la agricultura almeriense y andaluza va a mejorar en el futuro. Es necesario actuar unidos en el mercado internacional para ser relevantes y tener recorrido. Las empresas cuentan con gente muy profesional, que está preparada para afrontar este tipo de cambios y estoy convencido de que se van a dar pasos en esta dirección.

-¿Qué cambiaría en los agricultores?

-A los agricultores lo que haría es darles las gracias por la capacidad de adaptación que demuestran una y otra vez. Han superado todas las dificultades que se le han planteado hasta el momento para seguir manteniendo a flote su actividad y la economía de esta provincia. Lo único que les puedo sugerir es que tengan una visión más a medio y largo plazo, así como tener claro que la unión conlleva crecimiento.

-¿Qué piensa cuando ve que se vende el producto por debajo del precio que marca la retirada para distribución gratuita que se fija en los mecanismos de gestión de crisis?

-Pienso que este sector desaprovecha oportunidades y sobre todo que se pierden recursos que podrían quedar en esta tierra. Ello nos genera situaciones de desventaja competitiva. Al hilo de esta cuestión, me viene a la cabeza los fondos que podrían llegar a Andalucía con un mayor grado de concentración en Organizaciones de Productores de Frutas y Hortalizas. Almería pierde cada año 40 millones de euros por no agruparnos. En 2017 las OPFH recibieron en conjunto 41 millones de euros, podría doblarse. Es un dinero que llega directamente al agricultor. No podemos permitirnos dejar de avanzar a un mayor ritmo porque no utilizamos fondos que tenemos a nuestro alcance para modernizar el sector.

-Sobre el Programa de Desarrollo Rural (PDR), Asaja criticó recientemente que sólo está el 12% ejecutado. ¿Se van a volver a perder fondos europeos en este marco?

-Tenemos 1.789 millones de euros para el PDR 2014-2020, ejecución hasta el 2023. Lo primero que tenemos que hacer es convocar todas esas ayudas. Hasta el momento ya van más de 1.400 millones de euros. El 50% está resuelto y en torno al 20% pagado, no el 12% al que hizo referencia Asaja. Andalucía es la comunidad autónoma que más fondos tiene y comparativamente con otras por lo que la gestión que se debe hacer aquí es mayor. No es cierto de que Andalucía pierde fondos. En el marco anterior se convocaron ayudas comprometiendo todos los fondos. Debido a las circunstancias del mercado no se pudieron ejecutar todas. Tenemos la mayor implicación y ponemos toda la maquinaría para pagar en funcionamiento. Pero, claro, depende también de las empresas, de los productores, etcétera, que vayan ejecutando sus proyectos.

-¿Qué soluciones definitivas propone para la problemática de la gestión de restos vegetales?

-Junto a la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, ejecutamos la Estrategia para la Gestión de los Restos Vegetales, una solución que puede ser una oportunidad para el sector, reforzando la sostenibilidad de nuestras producciones y su diferenciación en el mercado. Entre las actuaciones puestas en marcha con esta estrategia están las ayudas agroambientales y las ayudas a las OPFH, que hemos conseguido al solicitar al Ministerio que los agricultores puedan financiar actuaciones de gestión sostenible de restos vegetales. Entre otras, el uso de rafia biodegradable, el abonado en verde y para la elaboración de compost. De las ayudas agroambientales, ya se han abierto dos convocatorias (2017 y 2018) y en breve se va publicar la resolución provisional de la convocatoria 2017, con un importe total de 2,1 millones de euros. En Almería son 423 los agricultores beneficiarios. Y en los programas operativos de las OPFH ya se han podido incluir en 2018 las inversiones en la gestión de restos vegetales. También hay financiación para la adquisición de trituradoras de restos, a través de las ayudas para la modernización de explotaciones. De igual modo, estamos trabajando en la creación y mejora de pequeñas y medianas plantas por agentes autorizados, para tratamiento de restos vegetales. Se están tramitando dos proyectos en Almería para la generación de energía eléctrica utilizando la biomasa agrícola como combustible. Y no podemos olvidarnos de las actuaciones que la Delegación Territorial de Agricultura desarrolla en el marco del Compromiso Verde, que contempla tanto actuaciones informativas como de control en la retirada de restos vegetales. Estas actuaciones han dado un resultado extraordinario los últimos años diez años, como el propio sector reconoce. Además, para mejorar la logística en el transporte, convocamos la línea de mejora y modernización de caminos rurales. Línea que se puede aplicar en colaboración con las diputaciones provinciales. De este protocolo se ha desvinculado la Diputación de Almería, haciendo que los municipios tengan que aportar mayor financiación. Igualmente, el Ifapa ha incorporado un módulo de formación dirigido a jóvenes agricultores que incluye el compostaje y la gestión de restos en la explotación. Además, próximamente se van a impartir dos jornadas técnicas, sobre subproductos y emisiones. Por último, hay cuatro proyectos de Grupos Operativos de Innovación de Almería trabajando en la mejora esta materia.

-¿Y para la gestión de plásticos? ¿Habrá un nuevo Cicloagro o fracasó el sistema?

-Es cierto que nos hemos encontrado en esta campaña con un problema en la gestión de los plásticos agrícolas. Actualmente, se generan en Almería más de 30.000 toneladas de residuos plásticos procedentes de la agricultura cada año. Ésta es la realidad y, por supuesto, porque no miramos -ni lo vamos a hacer- para otro lado, buscamos soluciones. De hecho, hasta ahora se venían gestionando más o menos correctamente, pero en esta campaña nos hemos encontrado con dos problemas: por un lado, la decisión de China, a principios de 2018, de no importar plásticos que tengan más de un 5% de impurezas, lo que ha dificultado su salida comercial, afectando al coste de gestión. Y, por otro lado, el vacío legal de siete años del Gobierno de Rajoy, que ha impedido renovar la autorización a Cicloagro. Según la ley estatal de residuos de 2011, corresponde únicamente al Estado la regulación de estos sistemas colectivos de gestión de residuos, como ya funcionan en el vidrio, los envases o el papel. Esta ley nacional dice claramente que «el establecimiento de estas medidas se llevará a cabo mediante Real Decreto por Consejo de Ministros». Fue una sentencia del Tribunal Supremo la que dictaminó en este sentido. Y el Gobierno de Rajoy hizo caso omiso a esta sentencia. Por el contrario, la Junta dio un paso al frente promulgando el Reglamento de Residuos (Decreto 73/2012), precisamente, para tratar de cubrir este vacío legal de siete años. Además, ante esta situación, desde la Junta de Andalucía se han adoptado medidas, tales como las reuniones con las partes implicadas para agilizar las autorizaciones de gestores de residuos y puntos de acopio; la difusión de trípticos informativos sobre la recogida de plástico; se han limpiado cauces, entre otras. Dada la situación, no me cansaré de decirlo, es fundamental la colaboración de todas las partes, para solucionar este problema, en especial en un momento como en el que nos encontramos, en plena campaña de renovación de cubiertas.

-No ha cambiado su discurso sobre las necesidades de Almería en cuanto a recursos hídricos frente al Gobierno central, a pesar del cambio en el que su partido tomó las riendas del Ejecutivo. ¿En qué se puede avanzar en materia de agua con este nuevo Gobierno central sobre las reivindicaciones que viene haciendo?

-Lo que percibo es que hay un cambio en cuanto a sensibilidad con la problemática que padece Almería y Andalucía en materia de agua. Antes no se podía hablar. Nos cansamos de insistir en que el problema de esta tierra es el déficit hídrico como consecuencia de la falta de ejecución de las infraestructuras que debías existir. Las que están pendientes pueden aportar 150 hectómetros cúbicos de agua. Estamos hablando de las depuradoras de El Ejido, Roquetas y Adra; la ampliación de la desaladora de Carboneras; o la reparación de la de Villaricos, entre otras. Tenemos que seguir demandando su ejecución, esté quien esté en el Gobierno porque tenemos que garantizar los recursos hídricos para nuestros agricultores. El ministro de Agricultura conoce nuestra realidad y lo he visto especialmente sensible en esta problemática.

-A pesar de que no es de su competencia directa, supongo que estará al tanto de la situación de los regantes del Bajo Andarax y conocerá que están a la espera de recibir la concesión del uso de las aguas depuradas de El Bobar. Van a comenzar la campaña y necesitan ese recurso. ¿La tendrán en los próximos días?

-Estoy al tanto de ello. Al parecer, se está resolviendo el expediente y próximamente estará resuelto. Es una cuestión de necesidad, e insisto, tenemos que garantizar el agua a nuestros agricultores. El Bajo Andarax precisa esa concesión del agua y con la calidad que demanda el exigente mercado al que se dirigen los productos hortofrutícolas. Tenemos una normativa exigente que se debe cumplir.

-¿Cómo ve la Junta de Andalucía la 'Autovía del Agua' que demanda la Federación de Regantes de Almería y que apoya la Mesa del Agua?

-Las cosas se tienen que hacer por consenso. Lo primero que debemos hacer es hablar con los productores del entorno del embalse de Rules, también con los de Almería, claro. Sobre esta cuestión quiero hacer una reflexión. Almería tiene que tener una garantía hídrica y viene dada a través de las aguas desaladas y las regeneradas, con independencia de que tenemos que utilizar todas las fuentes. Además, tenemos que seguir modernizando nuestros regadíos, de lo que somos un ejemplo. Mientras que el resto de España cuenta con un 47% de superficie de riego localizado en esta tierra, en Andalucía, tenemos el 74%. Además, cada gota de agua aquí es más eficiente que en otros territorios. Por ello, este año, desde la Consejería de Agricultura hemos puesto a disposición del sector este año 66 millones de euros para modernización de regadíos y eficiencia energética. Y tenemos que seguir avanzando en materia de agua desalada y regenerada. Próximamente vamos a publicar una convocatoria de ayudas, con 43 millones de euros, para los ciclos terciarios y las conexiones de las comunidades de regantes a las depuradoras y desaladoras.

-Cuando el sector se ha diferenciado, como con el control biológico, se ha pasado desapercibido en el mercado, sin llegar verdaderamente al consumidor, y por tanto, sin obtener la valoración que se merece. ¿Cómo podría sacar más partido a sus bondades el sector productor de Almería?

-Sinceramente, creo que en la diferenciación está el camino, el éxito para seguir creciendo y en este sentido es una realidad que el control biológico conecta con las exigencias de los nuevos consumidores, que reclaman productos socialmente sostenibles, ecológicos y con la menor carga posible de fitosanitarios. Hablamos de una exigencia que no es de futuro, sino del presente más actual y los consumidores europeos saben que producimos unas hortalizas plenamente seguras desde el punto de vista alimentario. Almería, que tan merecidamente ha acuñado la definición de la despensa de Europa, cuenta con un sector agroalimentario avanzado y diferenciado, referente y modelo para la agricultura de otras zonas de Europa.

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