Casi una treintena de almerienses falleció en 2024 por un golpe de calor
Si no se trata a tiempo, puede provocar daño cerebral, insuficiencia orgánica, parada cardiorrespiratoria e incluso la muerte
B. A.
Almería
Miércoles, 20 de agosto 2025, 22:48
Los golpes de calor se están convirtiendo en un verdadero problema de salud pública en países como España, donde las temperaturas en verano son cada ... vez más intensas y frecuentes. Solo durante el pasado 2024, el sistema de monitorización de mortalidad diaria por todas las causas (MoMo) atribuyó 1.386 muertes al exceso de calor de manera oficial en España; de ellas, 145 fallecimientos por esta causa se registraron en Andalucía, entre los meses de julio y agosto.
Ante la llegada en verano de las olas de calor a Almería y el riesgo que suponen, los especialistas de la Sociedad Andaluza de Medicina Intensiva y Unidades Coronarias (Samiuc), lanzan un mensaje de advertencia y de prudencia, ya que un golpe de calor puede poner en riesgo la vida en pocos minutos, pudiendo requerir el ingreso en la UCI. «El golpe de calor es una urgencia médica, puede poner en riesgo nuestra vida en pocos minutos. Pero puede prevenirse si actuamos con responsabilidad y su detección rápida puede salvar la vida», señala la vocal de Samiuc, Tania Amat Serna.
El golpe de calor ocurre cuando el cuerpo se sobrecalienta por una exposición prolongada al sol o al calor extremo. Nuestro cuerpo pierde la capacidad de regular la temperatura, por lo que la temperatura corporal puede elevarse por encima de los 40 grados, provocando daño cerebral, fallo de órganos, problemas cardiacos e incluso la muerte.
«Algunos de los síntomas que produce son mareo, confusión, debilidad, piel muy caliente y enrojecida, dolor de cabeza, náuseas, vómitos, visión borrosa, el pulso acelerado, convulsiones o incluso pérdida del nivel de conciencia», explica la intensivista.
La población de riesgo sobre todo son niños, ancianos, mujeres embarazadas, personas con enfermedades crónicas, trabajadores con exposición prolongada al sol y deportistas sin hidratación adecuada. «Cuando sospechemos que está ocurriendo un golpe de calor, a nosotros o a alguien que tengamos cerca, debemos de llevar a la persona a un lugar fresco y ventilado, retirarle la ropa y aplicar compresas frías o agua en el cuerpo, no dar agua si la persona está mareada o inconsciente y llamar a emergencias». Si la persona pierde el conocimiento y no responde, se debe iniciar la reanimación cardiopulmonar (RCP), al tiempo que se espera la llegada de los servicios de emergencia.
«Durante las olas de calor debemos usar ropa ligera, mantener una hidratación constante bebiendo líquido con frecuencia, evitar la exposición directa al sol entre las once de la mañana y las cuatro de la tarde y no dejar nunca a niños ni mascotas en vehículos cerrados», recuerda la especialista. También es aconsejable consumir comidas ligeras y frescas, como frutas y verduras, ya que esto ayuda a mantener el cuerpo hidratado y evitar el sobrecalentamiento.
Miramiento a los mayores
El Consejo de Gobierno andaluz ha tomado conocimiento del Protocolo Andaluz de Coordinación frente a los efectos de las Temperaturas Excesivas sobre la Salud 2025, que identifica los tres grupos de población más vulnerables a los efectos del calor, entre los que se encuentran personas mayores de 65 años con patologías previas, embarazadas, personas sin hogar o con discapacidad y menores de cuatro años.
La Consejería de Salud y Consumo activó el 16 de mayo este protocolo, que estará activo hasta el 30 de septiembre, si bien el propio plan introduce un criterio de flexibilidad que permite ampliarlo los 15 días anteriores y posteriores, de modo que puede permanecer activo hasta el 15 de octubre si continúan las altas temperaturas, según se detalla en la referencia del Consejo de Gobierno.
Este protocolo, que tiene como objetivo general «reducir el impacto sobre la salud de la población de las temperaturas de calor extremas», involucra a las consejerías de Salud, Inclusión Social, Presidencia, Desarrollo Educativo, Turismo, Cultura y Empleo, así como a Emergencias 112 y a la Federación Andaluza de Municipios y Provincias.
Como objetivos específicos, el protocolo traslada el Plan nacional de actuaciones preventivas de los efectos del exceso de temperaturas sobre la salud de 2025 en Andalucía y «facilita la respuesta intersectorial de manera coordinada». El protocolo establece tres grupos de población «en especial riesgo». El Grupo I engloba a las personas mayores de 65 años, con una o más patologías --EPOC, insuficiencia cardiaca, demencia, insuficiencia renal, obesidad excesiva, hipertensión o diabetes mellitus--; y que tomen medicación del tipo diuréticos, hipotensores, anticolinérgicos, antidepresivos y psicótropos; mujeres gestantes; personas sin hogar o en exclusión social; personas con discapacidad y algún otro factor de riesgo personal, ambiental, social o laboral; personas incluidas en el Proceso Asistencial Integrado del trastorno mental grave; y menores de 4 años, especialmente lactantes.
En el Grupo II, se incluye a las personas mayores de 65 años que vivan solas o con su cónyuge mayor también de 65 años, que tengan más de una de las patologías citadas; o presenten alguna discapacidad; que tomen más de una medicación -diuréticos, hipotensores, anticolinérgicos, antidepresivos y psicótropos-, y que tengan una vivienda «difícil de refrigerar».
Finalmente, el Grupo III se refiere a las personas que vivan sin hogar o vivan solas, que tengan más de una de las patologías mencionadas anteriormente o presenten alguna discapacidad; que tomen más de una medicación --diuréticos, hipotensores, antidepresivos, anticolinérgicos y psicótropos--; y que tengan una vivienda difícil de refrigerar y que no reciban nunca visitas.
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