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El profesor José Antonio Lorente es una eminencia científica reconocida mundialmente por sus trabajos de investigación. RAMÓN L. PÉREZ
En el sarcófago del Libertador de Venezuela

En el sarcófago del Libertador de Venezuela

El fallecido presidente Hugo Chávez contactó en el año 2006 con el profesor de la UGR José Antonio Lorente para tomar muestras de Simón Bolívar

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Domingo, 17 de febrero 2019, 00:37

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Habría que mirar directamente a los ojos de Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios Ponte Blanco para saber qué piensa el Libertador de Venezuela de lo que sucede en su país de nacimiento. España se ha sumado a la lista de países que, desde el pasado 23 de enero, han reconocido a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, compareció en el Palacio de la Moncloa para anunciar su decisión, concluido el plazo de ocho días que el sábado 26 de enero concedió a Nicolás Maduro para convocar unas elecciones «limpias, democráticas y transparentes». De igual forma, Guaidó recibía el lunes el reconocimiento de una parte de Europa.

Hace una década mal contada, en el año 2006, ni Guaidó ni Maduro gobernaban Venezuela. Hugo Chávez era el indiscutible líder de la denominada revolución bolivariana hasta su fallecimiento en 2013. Y fue precisamente el comandante Chávez quien miró a los ojos a Simón Bolívar. No es fantasía.

«Nicolás Maduro era ministro de Asuntos Exteriores. Una persona muy callada»

Ocurrió un 15 de julio de 2010 en pleno verano de Caracas, «pródigo en tormentas vespertinas, mientras que las mañanas suelen ser tranquilas y agradables, con una fuerte luz que ya desde muy tempranas horas inunda ese peculiar valle donde se enclava -alargada y sinuosa cual reptil- la capital de Venezuela», publicaba sus reflexiones en el periódico IDEAL el catedrático de la UGR José Antonio Lorente, a quien el presidente Hugo Chávez había confiado la secreta y delicada tarea de abrir el sarcófago del Libertador de Venezuela, Simón Bolívar, nacido en Caracas en 1783 y fallecido en Santa Marta en 1830, para realizar una serie de pruebas científicas.

Imagen principal - En el sarcófago del Libertador de Venezuela
Imagen secundaria 1 - En el sarcófago del Libertador de Venezuela

La apertura del sarcófago del Libertador Simón Bolívar, enterrado en el Panteón Nacional, fue toda una operación militar de intendencia, táctica y estrategia. «Vestidos todos con fundas de un solo cuerpo (monos), guantes, gorros y máscaras para evitar contaminaciones, sobre las 7 de la mañana del día 15 de julio de 2010 comenzó el proceso de apertura de la tumba, que sólo se cerraría a las 7.15 horas de la mañana del día de la Virgen del Carmen, 16 de julio, tras 24 horas y cuarto de un intenso, exhaustivo e ininterrumpido trabajo de ocho equipos diferentes», recuerda.

No fue hasta la tarde de aquella jornada cuando el deseo de Hugo Chávez se hizo realidad. «Vino esa tarde a ver los trabajos. Entonces nos pidió que le dejáramos a solas con los restos del Libertador. Hugo Chávez, yo lo vi, se arrodilló tres minutos a solas ante los restos de Bolívar. El silencio era sepulcral, increíble». Fue entonces cuando Hugo Chávez, arrodillado, en el Panteón Nacional de Caracas, miró a los ojos del Libertador de Venezuela.

El número uno

José Antonio Lorente es almeriense. De Serón, para más señas, y catedrático de la Universidad de Granada, además del número uno del mundo en su disciplina. Hasta el propio Hugo Chávez se lo reconoció con una frase que el catedrático recuerda ahora en su despacho de director científico de Genyo: «Eres la única persona del mundo y de la historia que ha tenido en sus manos los huesos de quien descubrió América y quien la liberó: Cristóbal Colón y Simón Bolívar», le soltó Hugo Chávez en su despacho presidencial en Caracas, cuando le encargó los trabajos para abrir el sarcófago del Libertador.

Recuerda que «el encargo comenzó allá por 2006. Hugo Chávez se enteró de las investigaciones que realizábamos sobre los restos de Cristóbal Colón. Y se daba la circunstancia de que Venezuela tiene un problema con la identificación de Francisco de Miranda, el precursor, el intelectual que lideró la independencia de las América». Así que «siguiendo el ejemplo de lo que se estaba realizando con Colón, Chávez quiso que se buscara la forma de identificar los restos de Miranda, que falleció prisionero en Cádiz».

Lorente cuenta que los trabajos con Simón Bolívar se aprovecharon para dos cuestiones. Primero había que «preservar los huesos en un féretro que no estaba herméticamente cerrado y se hacían polvo, el proceso normal. Venezuela quería preservarlos al máximo. Se construyó un féretro de metacrilato grueso al vacío y metías un gas inerte. A su vez se metió en otro féretro metálico y a su vez en un féretro de madera normal. Y se preservó». Luego, en segundo lugar, «se quería ver si era Simón Bolívar. Y lo era».

Venezuela ayer y hoy

La Venezuela que Lorente conoció hace una década, en el trienio 2007-2010, no se parece mucho o más bien nada a lo que ahora ocurre. «Las primeras veces sí me gustaron algunas cosas. Vi una Venezuela donde estaban empezando a construir las misiones sanitarias en los barrios periféricos de Caracas -que es una ciudad encajada con barrios paupérrimos-, con compañeros cubanos».

«Habían construido centros de salud en zonas de absoluta miseria. Había gente con 40 años que nunca había visto un médico». «Lo que vi es una ilusión por hacer algo, añade. Y junto a estas misiones las escuelas, muy básicas, bien hechas»

También conoció en aquella época a Nicolás Maduro. «Era ministro de Asuntos Exteriores. Maduro era una persona muy callada, apenas hablaba cuando surgía un debate. Estuve con él dos veces».

-¿Cómo está hoy la situación en Venezuela?

-Pues de todos los amigos que tengo concluyo que hay mucho miedo. Mucha incertidumbre. Lo que yo pienso es que el venezolano es optimista y tiene una gran capacidad para recuperarse. Otra cosa va a ser la capacidad de recuperación económica del propio país».

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