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Alicia Amate, redactora de IDEAL, entregó el premio a Francisco Domingo, director de la EEZA. fran muñoz
«Nuestro objetivo es, en especial, poder acercar la ciencia a la sociedad almeriense»

«Nuestro objetivo es, en especial, poder acercar la ciencia a la sociedad almeriense»

Francisco Domingo, director de la Estación Experimental de Zonas Áridas, recogió el galardón y repasó los hitos de 75 años de actividad científica

nerea escámez

ALMERÍA

Sábado, 27 de noviembre 2021, 23:39

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El premio Trayectoria en la gala recaló en la Estación Experimental de Zonas Áridas, que el 19 de octubre cumplió medio siglo de la constitución del Parque de Rescate de Fauna Sahariana (PRFS) en La Hoya, a los pies de la Alcazaba. Francisco Domingo, director de la Estación Experimental, fue el encargado de recoger el galardón y, posteriormente, agradeció el reconocimiento que se dio al instituto perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Un reconocimiento «fruto del esfuerzo de todo el personal, sin distinción, del instituto. Un equipo humano que ha llevado a cabo desde hace ya casi 75 años una actividad científica de prestigio, avalada por liderar proyectos de investigación competitivos, y por una alta producción científica».

En cuanto a la difusión de la ciencia a la sociedad, Domingo reconoció que los medios de comunicación juegan «un papel muy relevante, y desde la Estación Experimental de Zonas Áridas estamos haciendo esfuerzos durante los últimos años por atender a esta responsabilidad, desarrollando una serie de iniciativas de comunicación y divulgación científica que tienen como objetivo fundamental acercar la ciencia que desarrolla nuestro instituto a la sociedad en general, y muy especialmente a la sociedad almeriense».

En este contexto, el premiado explicó que «la responsabilidad de los medios de comunicación en la divulgación científica va más allá de la estricta información y transmisión del conocimiento, ya que juegan un papel clave para responder a la demanda de los ciudadanos en conocer en qué se están empleando los fondos públicos de I+D, un compromiso y una responsabilidad compartida, entre los científicos y los medios de comunicación, para con la sociedad».

Los orígenes de la Estación Experimental de Zonas Áridas en Almería comenzó el 23 de enero de 1947, cuando el Consejo Superior de Investigaciones Científicas acuerda la creación del Instituto de Aclimatación de Almería, cuya actividad investigadora se enmarcaba en el campo de la ingeniería agrícola.

Francisco Domingo realizó un rápido resumen de las primeras investigaciones que fueron pioneras en diversos aspectos hoy cruciales para la economía de la provincia. Como por ejemplo, los primeros estudios de aprovechamiento de la humedad atmosférica, origen del invernadero en 1947. Otro de los hitos fueron los ensayos de variedades de maíces híbridos en 1949. También con variedades de uvas resistentes a virus en 1951, y se consiguieron los primeros racimos de uvas sin pepitas en 1958. Domingo recalcó que, muy importantes han sido «las expediciones florísticas y faunísticas en los años 60, 70 y 80, que tuvieron como resultado la descripción de numerosas especies nuevas para la ciencia, algunas de ellas endemismos provinciales, y que hoy se atesoran en la Colecciones de Historia Natural de la EEZA cuyos fondos albergan hoy en día más de 150.000 especímenes de ejemplares de invertebrados, fósiles, insectos, anfibios, reptiles, aves, mamíferos, ungulados y un herbario».

La sede del Instituto, construida en 1952, con el tiempo, quedó pequeña y obsoleta y en 2010 se inauguró la actual sede que se encuentra en el campus de la Universidad de Almería.

También existe una finca de 20 hectáreas localizada en el barranco de La Hoya, al norte de la Alcazaba, denominada hoy en día 'Finca Experimental la Hoya'. A principios de los años setenta con el traslado de las primeras gacelas, la finca fue denominada Parque de Rescate de la Fauna Sahariana (PRFS). Este año celebran así el 50 aniversario de la llamada 'Operación mohor' como se llamó al traslado de los primeros ejemplares en 1971.

El director de la EEZA subrayó que «esta empresa impulsada por el profesor Valverde, reconocido ecólogo, fue posible gracias a la colaboración de numerosas personalidades como el director del entonces Instituto de Aclimatación, Manuel Mendizábal, que puso a disposición la finca La Hoya para albergar a las gacelas y de Antonio Cano, que asumió la responsabilidad de hacerse cargo de las gacelas en la finca y asegurar su bienestar animal, incluso con aportaciones económicas personales en muchos casos. Su labor la desempeñó durante más de 12 años, en compañía de su hija la investigadora de la EEZA, Mar Cano, que consiguió años después llevar a cabo las primeras reintroducciones de gacelas en sus lugares de origen».

La urgencia de la operación quedó evidenciada con la extinción de la gacela dama mohor en el norte de África y la meta es alcanzar «para cada especie un tamaño de población que asegure su viabilidad futura y permitan realizar proyectos de reintroducción en su hábitat natural».

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