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La mano que mece la cuna

Curro Díaz abre la puerta grande con una faena de su corte, con excelentes pasajes de toreo al natural en la despedida sin premio para Ruiz Manuel

JUANJO AGUILERA

Jueves, 23 de agosto 2018, 02:17

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El próximo 27 de octubre, el linarense Curro Díaz tiene una cita para un bautizo especial, tan especial que el Capote de Paseo que ayer le entregó el Ayuntamiento, ganado en 2017, no lo utilizó durante el paseíllo y sí que lo estrenará su hijo en tan solemne liturgia. Es de suponer que la edad del niño requiere mucha cuna, mucho mecer para acallar posibles llantos. Tiene mano para ello, para mecer, porque su toreo, el que exhibió ayer en el coso donde ha triunfado en sus dos primeras visitas, mostró sus formas. Tal vez más lucidas ante enemigos de otro 'empaque', pero de enjundia, que 'abrigó' el postrero triunfo, con tal vez más número que el preciso, pero justo para abrir la puerta grande, como en sus dos anteriores presencias.

No se pudo abrir sin embargo para un Ruiz Manuel, el otro protagonista de la tarde, que tantas veces cruzó el umbral de la misma, pero la despedida de ayer fue eso, un acto protocolario que nadie quiso. Dejó mal sabor de boca porque el almeriense tuvo disposición, pero no encontró el fruto, pese a la calidad que siempre tuvo y que ayer también mostró durante sus dos actuaciones. El mal lote impidió otra cosa merecida por su trayectoria. Pero ya se sabe que en los toros, el torero dispone y el toro lo descompone.

Esa descomposición pudo deparar que la voluntad de Joselito Adame acabara de otra forma su segunda actuación en el coso de la Avenida de Vilches, que pronto cumplirá 130 años. Demasiado encimista en sus formas, pero decidido para tratar de tocar pelo, lo consiguió con el que cerraba la tarde, con una tanda por el 'pitón de la verdad', el izquierdo.

Ruiz Manuel brindó la faena del toro de su adiós a los ruedos a su mozo de espadas y hermano PabloUn tercio del aforo en el coso de la Avenida de Vilches en la primera de feria, floja respuesta en un día especial

Pisa fuerte

La llave dio la primera vuelta en el primero de la tarde, ante el que pronto y bien se acopló el linarense Curro Díaz, triunfador de la pasada feria de Almería. A aquel le frenó con toreros lances con la capa, doblándose para llevárselo a los medios. Con la muleta comenzó la faena por el pitón derecho, moviendo la mano con desmayo, metiendo los riñones, dominando al animal, que acudió al encuentro manejado por la excelencia con la que movió la franela el torero linarense, que tuvo una lucida actuación igualmente por el pitón izquierdo, con naturales profundos, de un gran calado.

Rabia

Ruiz Manuel seguro que se fue de 'su' plaza con la misma rabia que sus seguidores. El almeriense acomodó al flojo primero con toreo a la verónica, sin exigirle por la condición del animal. El diestro almeriense tuvo que utilizar el mimo y la distancia corta para tratar de hilvanar una faena que contó con el punto en contra de la sosería del toro de 'El Torreón'. Con la muleta en la izquierda, los pases fueron sueltos, pero de calidad, como una completa tanda de toreo al natural marcada por la pausa -Ruiz Manuel, conocedor de una buena técnica, supo que no podía obligarle-.

Gustoso en los cambios de mano y los inicios de tanda, el diestro almeriense toreó a gusto, aunque en una faena desprovista de emoción por la escasa colaboración del animal, al que tuvo que lidiar en la parte final más como enfermero, ante los conatos de 'echarse' del animal con alguna de las tandas.

Esencial, el toro de la despedida de Ruiz Manuel, no tuvo nada de esencia, la faena tampoco tuvo pasajes destacados porque el de El Torreón fue un toro que no repitió y que probó mucho. Eso, sin lugar a dudas, 'cortó' las intenciones de un Ruiz Manuel que puso mucha voluntad, pero que obtuvo escaso fruto para cerrar una etapa que, como las despedidas -siempre tristes por lo que supone el hecho de empezar una nueva vida-, no tuvo el final deseado. La que concluyó ayer no respondió a lo que el torero almeriense se había granado después de más de 23 años de alternativa -se cumplieron el pasado 30 de julio-.

Voluntad

Se lució con el percal Joselito Adame. El hidrocálido, después de los primeros lances de recibo, hizo lo mejor de la primera parte de la tarde en el tercio de quites, con una gustosa lidia en la que toreó por chicuelinas a su primer enemigo. Con la franela, demasiado encimista, compuso con variedad, pero sin ligazón, adoleciendo las citas con el burel de la preceptiva distancia.

Con el que cerraba plaza, el diestro de Aguascalientes usó el estoicismo de sus formas para encelar al burel en el trasteo con la muleta, con cuatro ayudados por alto al hilo de las tablas. Se fue acoplando, pero sus formas fueron en detrimento. De nuevo le faltó distancia ante un animal que exigió mucho y al que lidió con tandas cortas con la mano derecha.

Ese defecto de la proximidad que 'detestan' los toros apareció más acuciante cuando el mexicano quiso hacerle faena con la izquierda, viéndose obligado a 'vivir' entre los dos pitones para 'encelar' al público.

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