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Marta Pérez, la propietaria. R. P. A.

Larga vida a la música de la Caverna

Una reliquia musical ·

Discos Caverna lleva 20 años con las puertas de su local abiertas, convirtiéndose en la única tienda especializadaen discos de Almería

raquel pablo alcalá

Almería

Sábado, 4 de diciembre 2021, 23:05

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Camuflada en pleno centro de Almería, entre pequeños –y no tan pequeños– locales corrientes y molientes, como zapaterías, boutiques de ropa o joyerías, se encuentra un pequeño negocio que nada tiene que ver con el resto. Una tienda fuera de lo común, aunque corrientes ha vivido unas cuantas. Este lugar fue bautizado en 1995 bajo el sagrado nombre de Discos Caverna y, desde entonces, Marta Pérez abre sus puertas cada mañana para ponerle un poco de ritmo a la Calle Minero.

Marta lleva siendo la propietaria de esta disquería más de veinte años. Sin duda, una larga trayectoria en la que la almeriense ha tenido que afrontar diversos «altibajos», pero siempre regalando buena música de todos los colores y sabores. Algo para lo que siempre estuvo predestinada, en cierto modo. «Yo estudié Fotografía en la Escuela de Arte cinco años, y justamente en el último año vinieron de la Confederación de Empresarios de Andalucía a dar unas charlas a la Escuela de Arte de Almería sobre creación de empleo. Era el último año, el momento en el que terminas de estudiar y te planteas qué salidas laborales, qué caminos vas a tomar». Y su camino fue el de dar el paso y montar su propia tienda de discos. «Dijimos 'oye, vamos a crear nuestra propia empresa, nuestro propio empleo, y vamos a probar a ver qué tal funciona'. Y eso fue en el 95», recuerda feliz.

Discos Caverna es uno de esos oasis musicales con los que a veces se topa uno al perderse por las grandes ciudades. O más bien, el único. Ya que este negocio especializada en vinilos y música alternativa es la única tienda especializada en discos que ha sobrevivido en Almería. Del interior del local proceden sintonías de canciones que, para muchos, ya quedaron en el olvido. Grupos de rock, punk o blues ya extintos suenan a través de sus altavoces, atrayendo así a los clientes, que entran, curiosos, como si de los ratones de Hamelín se tratasen.

La decoración de la tienda hace honor a su nombre, cuyo mérito se lo debemos a Marta. «Siempre nos ha gustado mucho la estética retro y vintage». Esta disquería se conoce como Discos Caverna porque el local que tenían antes era un sótano, al que tenían que acceder bajando como si fuera una cueva. «Era todo muy cavernoso, nos encantaba, y de ahí el nombre». También pretendían con ello hacer una especie de referencia, de homenaje quizá, a los Beatles y a ese legendario bar conocido mundialmente por albergar los primeros conciertos de los cuatro de Liverpool.

En esta tienda puedes encontrar desde el último disco de Izal hasta el primero de AC/DC. «Desde que abrimos, nuestra idea era hacer un producto diferente, siempre muy especializado en música rock, soul, pop, blues, rhythm and blues, rock and roll, etc. Tanto desde la década de los 50, hasta ahora, y trabajamos todo lo que son novedades también, y el tema de segunda mano». La compra-venta o el intercambio de artículos es una de las prácticas que más de moda se ha puesto en los últimos años entre los aficionados. Y aquí, en Discos Caverna, ofrecen esa opción. «Nosotros compramos colecciones completas. Tanto colecciones grandes de gente que, a lo mejor, se muda o hace limpieza y ya no quiere los discos, como gente que simplemente tiene varios discos que ya no escucha y quiere venderlos o cambiarlos por otros artículos. Suele acudir mucha gente a venderlos. El mercado de segunda mano es muy dinámico», explica con detalle.

Un rincón que apoya a los artistas y grupos locales emergentes

La disquería almeriense acoge en su interior, además, un espacio reservado para la música producida por artistas y grupos de la provincia.

Se trata, sobre todo, de cantantes jóvenes que están empezando y necesitan apoyo y, sobre todo, visibilidad para darle valor a su arte, y también un lugar desde donde lanzar sus trabajos.

«También colaboramos con grupos y artistas de Almería que quieran vender su obra. Le permitimos que tengan aquí un espacio para sus productos, porque a lo mejor pues les suele costar más tener una plataforma o algún sitio para lanzarlos y venderlos. Y también colaboramos con diferentes festivales y conciertos y vendemos las entradas, como por ejemplo el Cooltural Fest», explica Marta, propietaria de Discos Cavernas.

Pese a sus bondades, no es nada fácil regentar este tipo de negocios tan volubles. Y más en estos tiempos que corren, de comodidad, digitalización y brevedad, queriendo vivir la vida a contrarreloj. ¿Sale rentable? «Lo justo», responde Marta un poco resignada. Sin embargo, ella asegura que no lo cambia por «absolutamente nada del mundo». «Porque la música es mi pasión. Soy mi propio jefe, hago lo que quiero. Y, aunque económicamente no sea un negocio boyante, sí es lo suficientemente rentable como para vivir de ello. Y qué hay mejor en la vida que vivir haciendo lo que te gusta. Entonces, realmente, merece la pena», admite Marta.

Ahora la gente ni se molesta en comprar los discos de sus artistas favoritos, se conforman con darle al play a alguna que otra lista predictiva de Spotify. O eso creíamos. Hay muchos que se niegan a despedirse del tocadiscos. No todo está perdido. «A partir del 2000, toda la revolución digital hizo que cayera muchísimo la venta de discos de música física. Entonces mi pareja se quedó con una sección mucho más pequeña, para aquellos coleccionistas y melómanos que siguen apreciando el valor del formato. Realmente no es lo mismo escuchar música digital que escuchar música física. Cuando compras el disco estás comprando toda la obra del artista. El concepto. Desde la carátula, hasta las letras interiores. Sin embargo, la música digital pues es consumo y consumo. Estás escuchando música pero no sabes ni lo que estás escuchando. No sabes, por ejemplo, qué disco de Lez Zeppelin estás escuchando. Es una cultura la que hay alrededor de este formato. Entonces, bajaron mucho las ventas y ya me quedé yo sola». Pero, como todo en la vida, «esto es cíclico», sostiene la propietaria.

«Hoy en día, las ventas se han incrementado un poquito con el tema de la pandemia. La gente apreció de nuevo las aficiones, aprendió de nuevo a valorar lo que tenían en casa. Sus colecciones de películas, de libros, de cine, de música... ha habido como un repunte, un resurgir. Como pasamos más tiempo en casa y hay menos conciertos, hay mucha más música en casa. Ahora mismo, estamos pasando un buen momento, musicalmente hablando. Hay un interés de la gente de nuevo hacia la música, de sacar sus colecciones, comprarse tocadiscos, desempolvar los discos de vinilo que tenían...».

Lo que sí ha notado Marta es un cambio drástico en la clientela habitual de su tienda. «Antes, mi clientela rondaba los 30, 40 o 50 años aproximadamente, y ahora hay muchísima gente joven. Tengo gente desde los 15 años que ya vienen los grupos de amigos y amigas a ver discos, y se nota que les interesa. Son hijos de gente amante de la música, la mayoría de ellos ha escuchado buena música, ven los discos de los padres, y entonces, de nuevo, tienen interés por conocer el formato»

El despertar del vinilo

En sus orígenes, la Caverna estaba especializada en discos de vinilo, pero con el cambio de siglo, las compañías apostaron más por lo digital, y ahí nació el CD. «Quisieron retirar los vinilos del mercado. Y digo 'quisieron' porque si hoy en día tenemos vinilos es porque un montón de sellos discográficos y compañías discográficas siguieron apostando por el vinilo». Actualmente, y más concretamente, antes de la pandemia, hubo un evidente «resurgir», porque «cuando las compañías vieron que querían retirar este formato, y la gente seguía demandándolo, decidieron seguir cubriendo esa demanda de discos». «Este formato es más cálido y tiene mayor calidad y calidez». Habla la voz de la experiencia, la de una niña que se crió en los 70, tratando siempre de coger el tocadiscos de su padre para escuchar algún disco de música, de esos que, en su casa, había por doquier. Aunque no tarda en recordar que, si tienes un buen equipo, hay que saber tratarlo con «mucho mimo».

¿Chuck Berry o Los Ramones? Marta no es capaz de decantarse. Los prefiere a todos. La música, al fin y al cabo, es como «un gusanillo» que les nace a aquellos para los que la música supone una parte esencial de su vida. «Es como a quien le gusta bailar o le gusta el deporte. Es algo que tú tienes ahí», añade Marta, que asegura que espera jubilarse vendiendo discos. «Hay mucha gente extranjera que viene a Almería buscando tiendas de discos. Nosotros siempre que viajamos vamos buscando a ver dónde hay tiendas de música. Es casi tan necesario como una farmacia», sostiene con firmeza, añadiendo que «los pequeños comercios especializados son los que le dan encanto a la ciudad». Y es que razón no le falta.

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