Nos guste o no estamos atravesando un entorno económico sin precedentes. La nula actividad en muchos sectores clave, como el turismo, y la incertidumbre están ... lastrando el presente y sembrando de dudas el futuro de todos. La pandemia se está llevando por delante muchas vidas, demasiadas, pero también la economía y la forma en que estaba organizada nuestra sociedad. Estamos en el prólogo de las navidades, que es tiempo de compras, de salir y entrar, de cenas y viajes. Bueno, eso era antes, porque estas fiestas son diferentes. No habrá cotillones, ni campanadas en la Puerta del Sol. Adiós a las mega reuniones familiares y a las comidas de empresa. Conformémonos con que a Papa Noel y los Reyes Magos les salga la PCR negativa y puedan repartir los regalos.
Lo peor de todo es que llevamos así nueve meses y no sabemos cuánto nos queda, a pesar de que ya se han comenzado a administrar las vacunas contra este maldito coronavirus. En Almería, como en todas partes, hay gente que lo está pasando mal. Seguramente, si no esto no se arregla, cada vez serán más los necesitados. Sin embargo, como se suele decir, aquí podemos llorar con un ojo. Nuestra economía también se resiente, pero menos. La diferencia la pone la agricultura. Sí, los invernaderos y todo lo que les rodea también están ayudando al conjunto de la sociedad cuando más falta hace. Tiene mucho mérito, porque se trata de un sector hecho a sí mismo, levantado de la nada durante cincuenta años, muy poco subvencionado, totalmente internacionalizado, que da trabajo directo e indirecto a decenas de miles de personas y suministra productos frescos a toda Europa.
El agro se ha adaptado a la pandemia como nadie. Las medidas de seguridad y todas las actuaciones que se han puesto en marcha las han sufragado, como siempre, los propios agricultores y las empresas. Una vez más, ha sido ejemplo de compromiso, responsabilidad y esfuerzo. Cajamar ha presentado esta semana su informe de la pasada campaña, ya marcada por la pandemia desde el mes de marzo. El trabajo confirma que la agricultura ha resistido a prueba de virus. Con un volumen ligeramente inferior, crecieron los ingresos hasta sumar 2.300 millones de euros. Hemos exportado el 80% de los 3,7 millones de toneladas producidas.
El trabajo realizado por la entidad financiera almeriense también confirma la subida del consumo de frutas y verduras en los hogares, como resultado de una mayor preocupación por la salud de los consumidores. Esta es una de las claves de futuro para el sector, que los ciudadanos continúen identificando los productos frescos de nuestros invernaderos con la salud, de manera que cada vez tengan más peso en su dieta, comiendo cuota de mercado a otros entre ellos los ultraprocesados.
En 48 horas, la FAO –Organización de las Naciones unidas para la Alimentación y la Agricultura– va a presentar en público el Año Internacional de las Frutas y Verduras, con el lema «elementos esenciales de tu dieta». De este modo, 2021 se convertirá en un periodo fundamental para la promoción de los productos de nuestro campo a nivel mundial. Si quiere seguir el evento en directo, podrá hacerlo el martes de una a tres y media de a tarde, desde la web fao.org/fruits-vegetables-2021. Se han marcado cuatro objetivos fundamentales. En primer lugar, concienciar sobre los beneficios del consumo de frutas y verduras para la salud y la nutrición, orientando las políticas hacia dichos beneficios. La segunda meta es la de promover dietas y estilos de vida saludables, equilibrados y diversificados, mediante el consumo de frutas y verduras. El tercero pasa por reducir la pérdida y el desperdicio. Finalmente, otro propósito es el de difundir las mejores prácticas sobre fomento del consumo y producción sostenible, así como en los procesos de almacenaje, comercialización o transporte.
El modelo agrícola de la provincia a base de invernaderos solares es un buen ejemplo para el mundo, ya que destaca por su capacidad productiva, la calidad de sus productos, el uso eficiente de los recursos y su sostenibilidad desde una perspectiva económica, social y medioambiental. La directora técnica de la FAO, Ismahane Elouafi, decía hace sólo unas semanas que «Almería es maravillosa», porque aquí «se ha hecho un gran trabajo, que ha permitido una concentración de la cadena de valor de las verduras desde la nada».
La importancia de nuestra agricultura está demostrada y fuera de toda duda, a pesar de que todavía existen agoreros, unas veces interesados y otras desinformados, que siguen tratando de ponerla en cuestión. Lo que se echa en falta es una respuesta equilibrada y eficaz de los gobiernos, que facilite el día a día de un sector que cada vez cuenta con más costes de producción y mayor competencia desleal. La nueva Ley de la Cadena no contenta a nadie y no está resolviendo los problemas de precios bajos. La agricultura es clave hoy para sostener nuestra economía y lo seguirá siendo en el futuro. Un poco más de interés por parte de las administraciones nos vendría muy bien a todos.
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