Detenida una 'celestina' que amañaba parejas para regularizar a extranjeros

Hasta aquí la traducción lingüística, porque también hay una criminal: el dispositivo 'Insolación' ha servido para destapar un grupo criminal que se dedicaba a amañar uniones de hecho para que ciudadanos marroquíes en situación irregular pudieran residir legalmente en España.

Al frente de la trama estaba una joven, también marroquí, que cobraba cinco mil euros a sus compatriotas a cambio de buscarles una pareja española para formalizar el engaño.

La 'celestina' y sus colaboradores captaban a mujeres españolas con escasos recursos para que se prestaran al fraude. Como contrapartida, recibían una recompensa económica que oscilaba entre los 100 y los 200 euros, aunque en un principio les habían prometido que serían mil o dos mil.

Presumiblemente, los candidatos a novios habían llegado a España clandestinamente, es decir, a bordo de pateras, aunque las fuentes consultadas por IDEAL no pudieron confirmar este extremo. Lo que es evidente es que carecían de los permisos pertinentes para residir en España y tenían un necesidad perentoria de conseguir documentos para legalizar su situación. Y ahí entraba en juego la organización criminal.

La operación 'Insolación' se saldó con la detención de siete personas, según la información facilitada por el propio instituto armado. Los sospechosos son cinco mujeres y dos hombres de entre 32 y 47 años. A todos ellos se les imputa la presunta comisión de los delitos de organización criminal, contra los derechos de los ciudadanos extranjeros y falsedad documental. Además, la Benemérita investiga a otras 21 presuntos implicados en las provincias de Almería, Granada y Málaga.

Las pesquisas de la Guardia Civil han determinado que la trama arregló catorce parejas de hecho fraudulentas.

El caso se destapó cuando una mujer presentó una denuncia en el acuartelamiento del instituto armado de Maracena. Fue el pasado 21 de marzo de 2018, y la testigo manifestó que alguien había usurpado su identidad. Los agentes, que entonces no podían imaginar que detrás de aquel incidente aparentemente rutinario había una banda de delincuentes, pidieron a la denunciante que señalase a la persona que podía haberla suplantado y ella mencionó el nombre de un varón marroquí con el que aseguraba que había convivido. Fue el principio del fin. Las pesquisas posteriores desvelaron la existencia de la red dedicada a 'fabricar' parejas de hecho de conveniencia.

Las mujeres que se prestaban a la farsa se empadronaban con hombres norteafricanos, con los que nunca llegarían a convivir, y a realizar los trámites administrativos necesarios, como contrato de alquiler de vivienda o alta en la Seguridad Social, con el fin de inscribirse fraudulentamente en el Libro Registro de Parejas de Hecho.

Una vez formalizada la pareja de hecho, la organización acompañaba a su cliente hasta la Subdelegación del Gobierno para que entregara la documentación necesaria para conseguir el Número de Identificación de Extranjero, presentando como aval su condición de familiar de un ciudadano español.