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Empleado de un concesionario comprueba el interior de uno de los vehículos diésel que hay en exposición. JORGE PASTOR
El crepúsculo de los diésel

El crepúsculo de los diésel

La cruzada contra el gasoil llena los concesionarios de coches en «stock», con un claro descenso de ventas en los últimos años, muy acelerado este mes

M. á. CONTRERAS

Almería

Domingo, 9 de septiembre 2018, 00:56

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«El diésel tiene los días contados». La frase podría atribuirse a cualquiera, pero en voz de una representante del Gobierno de España cobra un valor especial. La pronunció hace casi dos meses la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, y fue un auténtico torpedo contra la línea de flotación del sector de la automoción, que representa el diez por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) de España y que sustenta muchísimos puestos de trabajo. También aquí, en la provincia de Almería. Los datos que maneja el segmento de la distribución son concluyentes y apuntan a que sus días de gloria han quedado atrás, como los de Norma Desmond en el Crepúsculo de los Dioses. El crepúsculo de los diésel.

Si hasta que habló Ribera las ventas se repartían a razón de en torno al 50% entre automóviles de gasolina y de gasóleo, los porcentajes han variado de forma notable: en las últimas semanas la ratio ha pasado a cerca de un 65-35. ¿Qué sucede? Pues que, en función de cómo estaba evolucionando el mercado, los concesionarios se habían provisto para cerrar el ejercicio con unos objetivos, y ahora hay algunos de ellos que acaparan un 'stock' de vehículos diésel. Por eso existe cierta preocupación en el sector.

En el conjunto de lo que va de julio los de gasolina han crecido a nivel nacional un 56% de las ventas, por lo que ya se apunta a descuentos agresivos en los diésel por el stock que poseen muchos concesionarios y al que se deben dar salida. Ni siquiera que Hacienda haya salido al paso diciendo que los ciudadanos van a notar «de forma mínima» el alza de 10 céntimos por litro porque se realizará «progresivamente» ha calmado las aguas.

Concesionarios en la capital almeriense confirman que han aumentado las ventas de gasolina en los últimos tiempos mientras caen los que se surten con la manguera negra. Entre ellos los hay que apuntan a la desinformación que hay al respecto, que creen que está creando un poquito de miedo, diciendo que los diésel se van a prohibir. «Y no es así. Solo van a tener más impuestos», señalan. «No van a tener problema para circular por ninguna ciudad, solo en alguna no podrán hacerlo por el centro pero tanto los de diésel como los de gasolina. En 2020 se pondrá más dura la normativa pero los nuevos diésel la cumplen. Contaminan menos que los de gasolina», señala Julio, al frente del departamento comercial de un concesionario de las marcas Peugeot y Citroën que se ha visto obligado a sacar infografías «para que las repartan los comerciales entre los clientes y se aclaren».

Las alternativas

El debate no es primar un carburante tradicional frente a otro tradicional, consideran, sino fomentar el paso a los coches híbridos, eléctricos y con cero emisiones. Al igual que ya sucede en otros países, como Francia, las administraciones deben realizar un esfuerzo inversor para dotar las carreteras de puntos de recarga y, al mismo tiempo, poner en marcha planes de ayuda para los que apuesten por una tecnología que poco a poco se impondrá en Europa -todo indica que la evolución será más lenta en España-. Ya hay modelos como el Zoe de Renault que tienen un alcance de cuatrocientos kilómetros, una distancia que cubre el noventa por ciento de los desplazamientos más habituales que realiza un conductor a diario.

A pesar de todo ello, la realidad es que la mayor parte de las ventas de vehículos nuevos en Almería y en toda España empiezan a liderarlas los de gasolina. Hasta hace poco más de un año era todo lo contrario: las estadísticas mostraban un liderazgo de los vehículos de gasoil, influido fundamentalmente por las ventajas en los precios de este combustible.

No obstante, conforme este ha ido subiendo se ha ido igualando la venta de coches con los de gasolina. En la provincia, en 2008, de 12.166 vehículos que se vendieron, 9.802 eran diésel, el 80%, según datos de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac). La proporción se mantuvo más o menos estable durante la crisis pese a la reducción en la venta de coches (tocando suelo en 2012 con solo 6.001 matriculaciones, 4.942 de ellas de diésel). En 2015 aún eran en torno a esa cifra. Al curso siguiente comenzó el descenso: un 72% de 8.117 vendidos. El pasado ejercicio cayó hasta un 65% de 7.753 totales.

Eléctricos puros en Almería

Hasta julio de 2018 los vehículos de gasolina y gasoil prácticamente se han igualado: 3.448 de los primeros contra 4.041 de los segundos. Y según avanza el año ya parece claro que el 'sorpasso' en los próximos meses es un hecho, tras las declaraciones y las medidas anunciadas del Gobierno, vendiéndose ya más los que tienen motor de gasolina.

En julio se han vendido en Almería 623 diésel, 663 gasolina, 46 híbridos y cinco eléctricos puros (29 en lo que va de año). La diferencia con el mismo mes del año pasado es más que evidente, con 715 diésel entonces, 388 de gasolina, 40 híbridos y dos eléctricos puros.

Viendo las perspectivas hay quien estima que para 2025 con el 20% del mercado los diésel estarían satisfechos. En cualquier caso, la desaparición del gasoil de nuestras carreteras tardará en llegar. Más aún en una provincia como la almeriense con un parque móvil especialmente envejecido, como señala la propia Dirección General de Tráfico (DGT), lo que repercute en el número de accidentes y en la gravedad de los mismos para sus ocupantes.

Almería es de las provincia andaluzas donde el porcentaje de vehículos de más de cinco años es mayor. La media de los vehículos que han sufrido siniestros superan los diez años.

¿Por qué ahora?

¿Y por qué esta 'cruzada' contra el diésel? El Gobierno, apercibido por Bruselas, quiere atajar cuanto antes los problemas de mala calidad del aire que se registran en las grandes urbes y en entornos metropolitanos. Y lo hace, según la patronal de los fabricantes Anfac, «demonizando» el gasóleo. Por lo pronto, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, confirmó que se estudia la equiparación de los impuestos sobre el diésel y la gasolina dentro de la nueva fiscalidad verde, pero reiteró que será progresiva y que excluirá el combustible usado por los profesionales del volante».

Montero subrayó que el objetivo es desincentivar el uso de las energías lesivas con el medio ambiente. «No se trata tanto de igualar de un día para otro el precio del diésel al de la gasolina sino de ir progresivamente recorriendo ese camino y disuadir de la utilización del diésel», remarcó.

Parque móvil envejecido

La ministra indicó que estas medidas tributarias las está orientando el Ministerio de Transición Ecológica siguiendo las recomendaciones de la UE, que pide eliminar las prácticas que puedan ser contaminantes o nocivas para la salud, como los carburantes. De hecho valoró las decisiones de algunos ayuntamientos, como el de Madrid, de restringir la circulación en determinadas jornadas. Las medidas «no incidirán sobre las cuentas de resultados de las pequeñas empresas o de los autónomos», aseveró.

Por su parte, desde Anfac se considera que «es innegable que el diésel tiene un impacto decisivo en la calidad del aire de las ciudades, pero la solución no es poner fecha de caducidad a este tipo de vehículos, sino hacerle frente eliminando de manera decisiva los vehículos viejos que siguen circulando, que emiten un 90% más que un vehículo moderno diésel Euro6. Y pensando en una descarbonización del transporte y una movilidad cero y baja emisiones en el sector del automóvil, que se articule a través de una transición ordenada y unos plazos adecuados; una nueva fiscalidad orientada al uso que contemple la unificación del impuesto de matriculación y del de circulación con un enfoque medioambiental integral y medidas que impulsen el achatarramiento».

También hay criticas al argumentario del Gobierno, basado en que los niveles de polución por óxidos de nitrógeno bajarán, porque el impacto contaminante es muy próximo: la combustión de gasolina supone una emanación de 0,06 gramos por km recorrido, por 0,08 del diésel.

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