El conflicto de los patinetes se lleva 52 multas en solo un mes
Los vecinos de Almería celebran que el Ayuntamiento actúe contra los patinetes eléctricos, pero lo consideran insuficiente
Clemen Solana
Almería
Domingo, 17 de agosto 2025, 23:27
Pepa Márquez es vecina del barrio de Ciudad Jardín. A escasos pasos de la playa San Miguel, avista a una docena de conductores de vehículos ... de movilidad personal (VPM). En apenas tres minutos, otra oleada de afines a este medio de transporte cruza la acera. Son los conocidos patinetes eléctricos los que generan la mirada de buena parte de quienes marchan en el Paseo Marítimo. El pasado mes de junio, la Policía Local de Almería tramitó 52 denuncias por el incumplimiento de la normativa que establece la Dirección General de Tráfico (DGT).
Márquez bien conoce la situación. «Hay calles corticas, como la Marina donde no te pillan de milagro», comenta. La vecina de Ciudad Jardín condena que los conductores circulen en dirección contraria, sin casco, en la acera y con auriculares. Todas las infracciones comentadas conllevan multas: desde los 200 euros por circular con teléfono móvil o con sistemas de música inalámbricos hasta los 1000 euros si se prueban efectos de drogas. La falta de alumbrado o de prendas reflectantes en horario nocturno también se castigan.
En plena Rambla, Isabel García -nombre ficticio de una ciudadana que prefiere el anonimato- sufrió un conato de impacto frente a un VPM. «Los patinetes tienen eso, en las aceras van como locos y no cruzo tranquila», mantiene. El pasado lunes, la octogenaria relata cómo «uno» casi la tira al suelo en un choque «evitable». García se refiere, tal y como indica la normativa vigente, que estos vehículos no pueden transitar por aceras ni vías interurbanas, entre otras travesías.
Los VMP en conjunto -inclusive patinetes, monociclos, segway y demás sistemas eléctricos- tal y como establece el Reglamento General de Vehículos, constan de una o más ruedas y una única plaza cuyo motor puede proporcionar una velocidad máxima entre 6 y 25 km/hora. Esta última cuestión es parte sustancial de las críticas de los detractores, quienes califican como trucados» buena parte de los motores de VPM para conseguir mayor velocidad.
María José Ferrer es otra vecina del centro. Cada mañana observa cómo conductores de VPM cruzan pasos de peatones. «Ya han atropellado a dos alumnos míos yendo por un paseo de cebra», condena la maestra. En el colegio donde trabaja, Ferrer reconoce que la «mayoría» del alumnado tiene patinete y critica que sea la familia quien otorgue el acceso. «No es normal que niños con 11 y 12 años tengan un VPM, pero los padres se lo compran», apostilla.
Uno de los conductores habituales de VPM es Supian Omuyal. En la misma zona donde a Isabel García le ocasionaron un amago de accidente, el joven habla con IDEAL. Omuyal encontró en el patín eléctrico una «alternativa» de movilidad. Sin carné de conducir, pero con trabajo, el joven acude al Puerto de la ciudad de esta forma. Las miradas con «recelo» se concatenan para el vecino de Quemadero y afirma: «No me llegan a insultar, sí que me hablan mal, pero yo cumplo con lo que hay que hacer». De esta forma, condena que las acciones de una «minoría» perjudiquen al total de conductores 6y celebra que la Policía Local sea intransigente con actos incívicos. «Hay que respetar que la gente pueda caminar tranquilamente», concluye.
Las principales infracciones por conducción negligente han ocasionado visitas a los servicios médicos. En una escueta respuesta del Hospital Universitario Torrecárdenas, revelan cómo hay un incremento de pacientes, víctimas de conductores de VPM. Aunque sin ofrecer datos, afirman que «llegar, sí llegan».
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