Borrar
El concurso gastronómico de la Feria de Almería suele atraer a muchos curiosos.

Ver fotos

El concurso gastronómico de la Feria de Almería suele atraer a muchos curiosos. ÓSCAR MESA

Algo se está 'cociendo' ya en el Paseo

Comienza el Concurso de Gastronomía de la Feria, que repartirá premios por valor de 1.100 euros

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Martes, 21 de agosto 2018, 01:07

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

«El nivel está subiendo», decía Juan Fernández mientras pedía agua a gritos como Cable Hogue vagando por el desierto solo y desarmado. El miembro del jurado, que siempre dice que él no come sino degusta y que «se la juega» probando que es gerundio, resumió con sencillez lo que fue la primera jornada del concurso de gastronomía de Feria, que con la edición de este año son ya 24 los que se vienen celebrando con motivo de los fastos en honor a la patrona de Almería, la Virgen del Mar.

El de ayer fue el día inaugural y, por tanto, sirvió como presentación de los concursantes que se jugarán el honor y la pasta durante los dos próximos días en el espacio dedicado a la gastronomía que el Ayuntamiento ha tenido a bien ubicar en parte del Paseo de Almería, ese invernadero que da calor como para suicidarse. En parte por ello, Silvia Orta, Carmen García y su hija, también Carmen pero de apellido Sánchez, José Manuel Vargas, Lidia Guirado y David Acosta, los concursantes, acabaron sudando de lo lindo. Y eso que no les tocó cocinar. Eso lo harán hoy. Lo que debían hacer ayer era montar los platos que ya traían elaborados de casa. Un proceso de presentación que fue mejor que el de años anteriores. Quizás los programas de la tele hayan tenido que ver, pero a pesar de la tradición que suele predominar por el concurso, allí se llevaron saquitos de pasta filo, tartares y hasta hubo presencia de ingredientes exóticos para este evento como el cilantro.

Los concursantes, a los que se une hoy la ganadora del año pasado, trataron de agradar a jurado y público asistente, que pudo probar algo del menú de seis platos que se sumó. Aunque ayer no se elaboró un ranking de méritos, aquellos que mejor salieron parados de las valoraciones del jurado fueron los participantes más míticos: Carmen madre e hija y José Manuel. La primera presentó un guiso de patatas al ajillo coronado con un huevo frito. Plato hedonista y sin pretensiones para comer con cuchara con ansia viva. El truco era el 'majao', que era infartante, si es que existe esa palabra. Llevaba ajo, comino, sal y después pimentón dulce. Carmen es generosa, y bien se nota en boca. «Se fríen las patatas, que se cortan previamente en panadera, y se prepara el 'majao', que se vierte encima de las patatas una vez cocinadas revolviendo todo bien. Luego se presenta en el plato y se le pone un huevo frito por encima», explicó.

Su hija se decantó por una ensalada de verano, a la que le echó más ingredientes que un gin tonic de esos de terraza pija. Estaba caliente y aún así estaba bueno. Luego reconoció que no sabía que había neveras y que de saberlo hubiera aprovechado la coyuntura. Al jurado también le gustó, pues además del tomate, atún, aceitunas, jamón de york, queso, cebolleta, palitos de cangrejo, huevo cocido que llevaba la ensalada, esta la acompañó con unos boquerones fritos. Todo más almeriense que el cañillo. A la ensalada la aliño con una vinagreta de mostaza, aceite y vinagre. Su plato fue tan apetecible como las migas sacramentales que presentó José Manuel, otra leyenda del concurso y con muy buena mano para los guisos de toda la vida, sobre todo los de influencia marinera.

Aunque quisiera no podría evitarlo siendo de Pescadería. De este barrio antaño de pescadores se trajo esta delicia de la despensa pobre de nuestra cocina. De trigo, para más datos, las acompañó con pimientos verdes, choriceros, chistorra y magra. «Son migas, migas, migas», enumeró Fernández, como queriendo destacar que no se necesitan artificios cuando lo de siempre se hace bien. A pesar de que le achacaron que le sobraba algo de grasa, la olla de barro en la que presentó su receta quedo brillante pero por el éxito que tuvo entre los presentes.

Además de ellos y también conocida de anteriores ediciones, Lidia Guirado concurrió con el plato más sofisticado de cuantos se degustaron ayer. Esta almeriense de apariencia tímida, presentó unos saquitos de setas que acomodó en el plato sobre una cama de gamba acompañada con un pisto. Según señaló, el ingrediente principal, los champiñones, los había cuidado a fuego lento con cebolla y berenjenas. Despacio sabe todo mejor y así hasta el estremecimiento que supone probar una cocina de verdad de las manos de alguien a la que no le pesa ver pasar el tiempo si este lo hace frente a los fogones. El plato de la concursante no llegó a tanto aunque sí fue resultón, lo que agradeció allí todo el mundo.

Dos debutantes tuvo ayer el concurso gastronómico: Silvia Orta y David Acosta. La primera fue con dos platos: un salmorejo al que puso queso y huevo de codorniz «porque lo vio en Arguiñano» y un arroz alpujarreño con chorizo, pollo y pimientos. Lo hizo así porque no puede repetir hoy por trabajo. El segundo, de Colombia, apostó por un guacamole al que acompañó con un tartar de pico de gallo (que es una salsa mejicana que lleva tomates, cebolla, algo de cítrico y jalapeños) y un disco de queso parmesano. Muy fresco y con guiños a sus dos patrias. Al menos eso dijo.

Tanto él como el resto, seguirán hoy, ya cocinando en directo, dando de comer al personal. Y ya, de paso, competir por los premios económicos que hay en juego: 600 euros al primero, 300 el segundo y 100, al tercero y cuarto.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios