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Las UCI han sido el ojo del huracán de la pandemia. R. I.
Coronavirus en Almería | Las cinco claves de un año maldito

Las cinco claves de un año maldito

Análisis del impacto de la pandemia en Almería ·

Almería ha encontrado en una situación de especial riesgo sanitario limitaciones inexploradas y retos para el futuro más inmediato

Miguel Cárceles

Almería

Sábado, 27 de febrero 2021

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De amenaza local en una desconocida ciudad de Wuhan (China) a pandemia global. De mal ajeno, a amenaza ubicua. De aquello que salía por televisión, a lo que ha puesto contra las cuerdas la salud de cerca de 50.000 almerienses. El SARS-CoV-2, un misil invisible para el ojo humano, ha cambiado de forma radical la forma de vivir la vida de los almerienses. Enclaustrados, alejados del ruido habitual de las calles y plazas, de la populosa forma de vivir bajo el sol, de moverse, de abrazarse y de besarse, a la distancia insalvable de las mascarillas y el gel hidroalcohólico. Todo ha cambiado en estos 366 días que han transcurrido desde que se certificaba en Almería el primer caso de covid-19. Hasta el punto de que lo que hace unos meses nos parecía neolengua ha acabado imponiéndose como una «nueva normalidad» subyugada por cinco claves a las que Almería tendrá que prestar atención en su futuro más inmediato.

1. El sistema sanitario

De sacar pecho de la mejor sanidad del mundo a descubrir que tiene sus fallas. El sistema ha demostrado estar preparado para soportar carros y carretas, incluso en situaciones tan extraordinarias como la de una pandemia histórica, gracias al empuje de quienes se ganan la vida cuidando de la que otros tienen pendiendo de un hilo. Unos 50.000 almerienses se han contagiado de covid y cerca de 3.000 han tenido que ingresar en alguno de los hospitales almerienses debido a la gravedad de sus síntomas. Las cifras son tan gruesas que han aflorado las grandes debilidades de la red sanitaria almeriense. El Hospital de Poniente tiene las costuras demasiado estrechas y ya amplía su UCI. Además, las dimensiones del Hospital de la Inmaculada no permiten una presión hospitalaria desbordada y ha tenido que deslocalizar servicios (como rehabilitación) a locales en Huércal-Overa. La inversión sanitaria se ha convertido en la prioridad máxima del Gobierno andaluz. Pero faltan médicos, reconocen desde la Consejería de Salud y Familias. Y eso es una inversión a muy largo plazo.

2. La crisis económica

La pandemia ha obligado a tomar decisiones que impiden una actividad económica normalizada. Aunque algunas medidas como los ERTE estén actuando como una especie de colchón, un bálsamo temporal, la realidad es que Almería afrontará -ya está haciéndolo- una crisis de actividad y de empleo de dimensiones históricas. Especialmente en sectores del ámbito de los servicios como la hostelería, el comercio o el turismo, que han llegado a ofrecer caídas del 80% en los ingresos en algunos meses de cierre duro. La falta de liquidez y de ayudas directas puede acabar desembocando en la muerte de centenares de estos negocios. Hará falta, de nuevo, recomponerse tras otra crisis repentina y profunda.

3. El pilar agrícola

Pese a todo lo anterior Almería será una de las provincias españolas con menor afección debido al importantísimo componente de la agricultura intensiva en su estructura económica. El Banco de España ha cifrado recientemente la caída de la actividad en el territorio almeriense en el 9,1%, a años luz del hundimiento del 27% de Baleares o del 17% de Málaga. El campo ha sostenido a Almería una vez más a flote. La agroalimentación ha ofrecido en el peor momento económico desde la Guerra Civil española nuevos récords de exportación al extranjero. Su producto es, a día de hoy insustituible y necesario. Ya pasó con la crisis del ladrillo: la industria agroalimentaria es un refugio estable y duradero, con necesidad intensiva de mano de obra. Un salvavidas cuya temporada se extiende casi todo el año.

4. La vacunación funciona

Los países en los que la vacunación ha avanzado más –Israel o Reino Unido– la estadística epidemiológica se ha revertido. En Almería mismo hay muestras de que la inmunización masiva funciona:apenas se han detectado ocho positivos en residencias entre personas vacunadas. Ninguna de ellas ha tenido síntomas graves. Ninguna de ellas ha requerido de ingreso hospitalario o ha tenido su vida en el filo de la espada. La limitación en la fabricación de dosis es la única limitación frente a una vacunación masiva que podría entrar en velocidad de crucero a partir de los meses de marzo o abril.

5. Aún estamos en riesgo

Un total de 633 personas de Almería han fallecido con la covid en su organismo. Más de la mitad lo han hecho en los últimos dos meses, en los que la tercera oleada del coronavirus ha embestido con fiereza en la provincia de Almería. Aún estamos en riesgo. «Actuemos de forma responsable. No salgamos ahora como en Navidades, como los toros en San Fermín», ejemplificaba hace escasos días el delegado territorial de la Consejería de Salud y Familias en Almería, Juan de la Cruz Belmonte. «Esto no ha acabado, puede haber un nuevo repunte». Sólo la responsabilidad individual puede servir para contener socialmente el virus ahora que los epidemiólogos advierten de que podría haber un nuevo golpe pandémico en abril. Si tres golpes han sido lo suficientemente duros, mejor no imaginarse lo que podría ocurrir con un cuarto.

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