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La belleza del clasicismo almeriense

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Baltasar Gálvez
Angustias

La belleza del clasicismo almeriense

La Hermandad sale cada año desde la Compañía de María por la imposibilidad de hacerlo desde San Juan, su sede canónica, desde donde se trasladó para regresar el Sábado Santo

Aroa García

Almería

Viernes, 18 de abril 2025, 00:59

Cuatro nazarenos con cirio escoltan la Cruz de Guía, mientras la Real e Ilustre Congregación-Hermandad del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Nuestra Señora de las Angustias inicia su estación de penitencia. Los nazarenos, vestidos de morado con la cola recogida en un brazo y ceñidos con cinturón de esparto, comienzan a salir, portando cirios de color tiniebla en alto. Son las siete de la tarde, y el colegio de la Compañía de María ha abierto sus puertas para que la Hermandad de las Angustias procesione un Jueves Santo más.

Un cortejo que crece año tras año, siendo cada vez más numeroso, gracias a la gran cantera que tiene debido a la estrecha vinculación con el Colegio de la Compañía de María, no solo por la salida de la Hermandad desde allí cada Jueves Santo, sino por la labor pastoral que realizan durante todo el año con la comunidad educativa. Muchísimos niños acompañan a la Hermandad esta tarde, algunos de los más pequeños con roquetes y esclavinas, y los mayores con túnicas sin capirote, todos ellos ordenados y bien formados.

E imponente, como el sublime crucificado que es el Santísimo Cristo de la Buena Muerte, se vislumbra al final de los cirios tiniebla de los nazarenos, esos cirios que portan al cuadril. «Siempre por Él», es la respuesta unánime de los costaleros a las llamadas de Sebastián Gámez Hernández, el capataz del Señor.

Este año, el paso luce aún más espectacular, estrenando la talla completa de la trasera, obra del tallista Manuel Oliva. El exorno floral, compuesto por rosas, eucalipto, hypericum, alstroemerias, lentisco, iris, calas blancas y flor de cera, en tonos rojos y morados con pequeños toques blancos, ha sido distribuido con esmero por Juan Miguel Ojeda.

Y sale el Señor, sale la Buena Muerte, y su Banda, la de Cornetas y Tambores Nuestra Señora del Carmen, que interpreta la Marcha Real, seguida del toque de oración por los hermanos difuntos.

Y, por primera vez, tras el Señor, la marcha 'Angustias', otro de los estrenos de la Hermandad, que va construyendo un patrimonio musical con marchas dedicadas a sus titulares.

En el segundo tramo, el color de los cirios cambia a marfil. Y la Señora, la Señora de las Angustias, con su Hijo en brazos, luce inmensamente bella. La Señora, vestida por Juan Rosales, quien sabe realzar la belleza de esta imagen clásica, lleva un rostrillo blanco y dorado que enmarca su rostro, dándole un aire antiguo, serio y especialmente hermoso. El resto del atuendo, negro y sobrio, está bordado en oro. Una estampa de sublime belleza.

Este año, el paso presenta una nueva distribución, con cuatro faroles en las esquinas que iluminan el altar donde se ofrece el cuerpo muerto del Señor, permitiendo apreciar aún más esta maravillosa talla en brazos de su Madre. Además, la Hermandad ha querido evocar momentos pasados, cuando la Virgen se mostraba de esta manera.

El exorno floral del paso de la Señora, en tonos blancos y rosas, dulce, tenue y refinado, compuesto por calas blancas, hypericum, alstroemerias rosas, rosas de jardín, rosas rosa, flor de cera, eucalipto y lentisco, realza su belleza. Y cuando sale la Señora, la Banda de Música de Berja interpreta la Marcha Real, seguida de la marcha 'En tus manos, Angustias'.

Una Hermandad que irradia clasicismo, que nutre su cortejo, que cuida los detalles, que crece día a día y que sigue soñando con nuevos proyectos. Una Hermandad con impronta, seria y de toda la vida, con un Crucificado especialmente bello y sentido, una Hermandad que lo tiene claro: «Siempre por Él».

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