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Recreación virtual de cómo se proyecta la nueva calle Artés de Arcos, en Almería capital.
Artés de Arcos expulsará las terrazas de unos soportales embellecidos con 170 jardineras

Artés de Arcos expulsará las terrazas de unos soportales embellecidos con 170 jardineras

El proyecto de la obra contempla eliminar un carril o el aparcamiento en batería, actuar en dos plazas y más zonas de esparcimiento

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Martes, 18 de diciembre 2018, 00:17

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Ya lo dijo el teniente alcalde de Almería Miguel Ángel Castellón hace un par de semanas, la céntrica calle Artés de Arcos de la capital almeriense va a sufrir una transformación «radical» en los próximos meses. Y lo hará de la mano de una actuación de cirugía urbanística cuya ejecución tiene como objetivo principal convertir a esta vía, entre otras cosas, en «la de referencia para el sector hostelero en el lado Este de la ciudad».

Dos plazas que se transforman completamente

Actuar en Artés de Arcos también implica tener que hacerlo en las plazas Ibiza y Vicario Andrés Pérez Molina.  En estos espacios más amplios se propone eliminar el aparcamiento en batería y llenarlos de especies arbustivas o arbóreas. En el primer caso, en la plaza donde se ubica el bar Nevada se creará un espacio con una banda central totalmente ajardinada con zonas de estancia y dos bandas laterales destinadas a terrazas de bares y cafeterías. El objetivo es fomentar la actividad económica. Asimismo, en el espacio comprendido entre las entidades bancarias de Unicaja y Cajamar, se propone directamente peatonalizar, pues hasta ahora la zona sirve para aparcar. A la arboleda existente se añadirán más arbustos y plantas tapizantes.

Así al menos consta en la memoria del proyecto, diseñado por la mercantil Ordaz Arquitectura y al que ha tenido acceso este periódico. Del documento de 115 páginas se deduce que Artés de Arcos pasará a ser en su zona la columna vertebral del ocio centrado en establecimientos comerciales y negocios de hostelería. Para ello se parte de un patrón básico centrado en lograr una fórmula en la que prime una ecuación clara: menos vehículos y más peatones y espacios de esparcimiento. Pero no solo en la citada calle sino también en dos plazas de su entorno como lo son Ibiza (Bar Nevada) y Vicario Andrés Pérez Molina (entre Cajamar y Unicaja).

En el proyecto se evidencia que este lugar debido a su diseño tiene un «grave problema de proporción entre su anchura y la altura de los edificios que le rodean», se puede leer. De ahí que -continúa el equipo redactor- sea una «calle sombría, oscura y de una baja calidad espacial». El desarrollismo de los años 70 tienen la culpa de que este entorno esté compuesto por bloques altos de «gran densidad» organizados en un esquema de «manzanas cerradas con soportal» sin apenas «dotaciones» ni «zonas verdes».

Las aceras discurren bajo los arcos tan característicos de esta calle. Aquí reside justo su singularidad pero también un problema fundamental: en estos espacios se acumulan las terrazas y veladores de bares y cafeterías, lo que provoca el lógico estrechamiento del paso haciendo más dificultoso el tránsito peatonal.

Estrechar la calzada

La solución aceptada por el área de Fomento, delegación que auspicia las obras, pone en 'negro sobre blanco' la necesidad de aprovechar parte de la calzada para ampliar el espacio de esparcimiento de la mano de hacer crecer las aceras. El equipo redactor potencia la peculiaridad principal de esta calle, la sucesión de arcos, actuando en ellos mediante la «colocación de un arco interior en cada uno de los huecos» existentes. Además, como no se quiere ni puede actuar en la fachada principal, la intención es acompañar estos elementos constructivos de jardineras y ficus. El objetivo es armonizar las arcadas de la calle al mismo tiempo que se reduce el impacto de la fachada en el lugar.

Para liberar a los soportales de las terrazas incómodas, la solución es la citada ampliación de las aceras, que se hará a costa de eliminar uno de los carriles que discurren por Artés de Arcos. La propuesta por tanto consiste en estrechar la calzada dejando un solo carril de circulación central. Este se flanqueará por una banda de aparcamiento lineal (hoy están en batería) a cada lado. Además, el espacio sobrante se dedicará a ampliar el acerado existente, que se dispondrá en dos bandas paralelas: una fuera de los soportales y otra dentro. Esta última se quedará exclusivamente para el tránsito peatonal y como acceso a las tiendas, bares o cafeterías que hay. En cambio, la segunda banda, descubierta y pegada a los aparcamientos, se consagrará absolutamente a las terrazas y los veladores, que compartirán espacio en algunos puntos concretos con el nuevo mobiliario que se instalará o con las baterías de contenedores soterrados previstas.

Según expone la memoria constructiva del proyecto, la reforma es integral y por ende también afecta a los pavimentos, la iluminación, las redes saneamiento y pluviales, de alumbrado público o el citado mobiliario urbano. En lo que respecta a este último, en el documento analizado por IDEAL consta la instalación de jardineras (de piedra artificial), que irán adosadas en las pilastras de los arcos. También se pondrán bancos corridos. Que también diseñados en piedra artificial se complementarán con asientos de chapa metálica en colores, con respaldo y apoyabrazos. Llevarán integrados además maceteros amplios con sus propios sistemas de riego.

En cuanto a las papeleras, estas se mantendrán tal y como están en la actualidad. No habrá cambios ni de diseño ni tampoco de ubicación, tan solo se retirarán durante el tiempo que duren los trabajos para volverse a reponer una vez acaben. Respecto a la iluminación nocturna, esta permanecerá casi inalterable salvo en las galerías, donde se prevé ganar luz con la instalación de «luminarias en forma de farol suspendidas del techo de las mismas», tal y como lo especifica el texto que compone la memoria.

Pero si cabe destacar entre los remates alguno cuya importancia o preponderancia se hace evidente en el proyecto, este es la vegetación. Tanto en la parte expositiva como también en la gráfica se hace hincapié en una idea: embellecer con 'verde' esta vía para armonizar algunos espacios hoy degradados. Con la ayuda de estas especies, en su mayoría florales y coloridas, se espera crear ambientes separados: las dos bandas peatonales y ambas de la zona de tráfico rodado.

Haciendo cuentas, serán 169 las jardineras que se ubicarán en las pilastras de las arcadas. Asimismo, se plantarán árboles en las zonas más amplias (del Cielo, del Paraíso, entre otros) y se mantendrán los existentes. En definitiva, se prevé dar un giro radical a unos 8.203 metros cuadrados. A través de la inversión de casi un millón de euros en unas obras que durarán unos ocho meses.

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