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SERGIO GONZÁLEZ HUESO
ALMERÍA
Miércoles, 22 de agosto 2018, 00:23
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Si creéis saber lo que es sudar es que no visteis cómo lo hacía ayer el chorizo que Carmen tenía previsto echarle a su arroz campero con verdurita de la huerta. Aquello no había quien lo cogiera sin que se le escurriese de las manos. Lo salvó la pericia de una cocinera veterana. Y es que a esta vecina de El Puche le contemplan 73 años además de una maña curtida en los años del hambre.
A su hija le ha transferido vía genes la pasión por la magia que provoca la cocina. Carmen Junior estaba a su lado, colocada en el segundo puesto de la mesa que la organización del concurso gastronómico puso en el tramo dedicado a este maravilloso universo que tantos placeres da a los sentidos. A diferencia de su madre, ella se decantó por un arroz negro con jibia al que emparejó con un alioli al que dio un toque de miel. No fue la única que se atrevió con este arroz tintado. Otras dos concursantes también lo hicieron y el resultado fue bastante parejo al menos en lo que se refiere a los ingredientes utilizados: todas tiraron de jibia. Eso sí, a Rebeca Ruiz Rueda -a quien no le gusta que los periodistas se dejen su último apellido sobre la libreta de apuntes- le añadió, a este cefalópodo, también gambones, a los que aprovechó el poder saborizante de sus cabezas para el fumet (el caldo en el que cuece el arroz), que es la verdadera llave que abre el cofre de los suspiros cuando se quiere impresionar con un plato de arroz.
A decir verdad, ninguno de los seis concursantes lograron tan magno acontecimiento. Y algunos ni mucho menos. A David Acosta, su arroz con bogavante cocinado en una paila de barro se le pasó un poquito, mientras que a José Manuel Vargas, le faltó 'punch' para una receta que funcionaba mejor sobre el papel que sobre el plato. Se le ocurrió elaborar un arroz sin colorante, solo con salsa de tomate, pimentón, pimiento rojo y pollo. A su sabor le faltaba lo que le sobraba a su tapa, a unas mollejas en 'fritaílla' que aunque se le quedaron algo duras sí que sabían a cocina de las de antes. Y con bien de pimentón, como gusta en Almería.
También Acosta tiró de galones con una tapa de secreto acompañado por un tabernero presentado como relleno de un rollo de pasta filo que acabó pasado por aceite hirviendo. Lo presentó con arte por lo que no dejó lugar a la dudas aupándose con uno de los puestos de privilegio en la jornada de ayer, que a la postre le servirá para partir en el grupo de cabeza en la final que se celebra hoy y donde tocará elaborar un plato libre más una tapa.
La falta de concursantes (hoy falló una por tener compromisos profesionales) contribuyó para que en la semifinal no hubiera purga alguna. Lo que se hizo por parte del jurado fue elaborar una primera lista de participantes que desde ayer ya empezaron a acumular puntos, del 1 al 5, de cara al envite de hoy.
Lidia Guirado obtuvo la mayor puntuación de los examinadores, que valoraron por encima del resto la suma de su arroz negro y alioli con calamar y un par de humus: de remolacha y de aguacate con guisantes, que presentó como aperitivo. Su presentación fue muy apreciada como de la misma forma la que firmó la segunda clasificada Rebeca Ruiz Rueda -de nuevo los dos apellidos- para otro arroz negro bien cargado de jibia acompañado de una tapa de pipirrana de pulpo, ese mismo producto con cuyo caldo 'mojó' su arroz bomba, lo que elevó su sabor al cielo del martes de Feria.
Tras el ya citado David Acosta, en cuarta posición partirá para la final de hoy la veterana del concurso, Carmen García. Su arroz campero cautivó al jurado pero sobre todo a público y prensa, que siempre acaba en jornadas de este tipo entregado a la grasa saturada. En este universo 'fat' el chorizo es el rey al democratizar la seducción de cualquier guiso que le tenga en cuenta.
También en la final estará su hija pese a quedar ayer en quinta posición. Su tapa de queso camembert frito con arándanos y piña no gustó mucho y el jurado lo tuvo presente a la hora de dibujar un cuadro clasificatorio que cierra José Manuel Vargas, que espera hoy darle la vuelta a la tortilla y acariciar uno de los premios que se dan hoy como broche final al concurso culinario de la festividad en honor a la patrona de Almería, la Virgen del Mar.
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