Los ambigús vuelven al Paseo al mediodía tras más de un lustro

Tres años después, tras el obligado y largo parón por la pandemia, este sábado a las 13.00 horas se inaugurará la Feria del Mediodía de Almería. El corte de cinta oficial tendrá lugar, como es habitual, en Puerta Purchena. Lo hará, por primera vez como alcaldesa, aunque todavía en funciones, María del Mar Vázquez.

La principal novedad de la Feria del Mediodía de este 2022 será que, tras más de un lustro, vuelven los ambigús al Paseo de Almería. Frente a los cinco que se instalarón en las plazas del centro en fiestas de antes de la pandemia, las de 2019, este año habrá casi el doble. Serán exactamente nueve los ambigús que concentrarán la actividad en el centro de la ciudad hasta las 17.30 horas y estarán ubicados en la plaza Pablo Cazard (2), en la plaza Virgen del Mar, en la plaza de las Flores y en el Paseo de Almería (3). Estos últimos estarán situados en el cruce con la calle Castelar, en el cruce con la plaza del Educador y en el cruce con la calle Poeta Villaespesa.

«La vuelta de los ambigús al Paseo era una reclamación que teníamos los hosteleros todos los años con el Ayuntamiento desde que los quitaron de esa ubicación. Esperamos que esa concentración de casetas y de lugares donde se va a celebrar la Feria del Mediodía conlleve un mayor ambiente festivo», dijo Sánchez-Fortún, quien espera que sea «una buena Feria» y que los ciudadanos «la disfruten tras más de dos años sin poder hacerlo». «Eso sí, que se celebre con responsabilidad», añadió.

«Sabemos que la situación económica no está bien, los precios han subido una barbaridad y los clientes no tienen el mismo dinero disponible para gastar en ocio, pero esperamos que en feria sea algo distinto, que la gente salga, gaste y podamos tener una feria buena», explicó el presidente de la patronal hostelera en declaraciones a Europa Press.

«Tenemos la esperanza de que lo no se hayan podido gastar durante el verano, que sea para disfrutar la feria a tope, ese es nuestro pensamiento», indicó Sánchez-Fortún, quien mostró sus reservas ante la posibilidad de que esta feria iguale a la de hace tres años.

No obstante, apuntó que, según los datos de los que dispone la asociación, los hoteles del centro de la ciudad cuentan con una ocupación del «cien por cien» para la semana de feria, lo que invita al optimismo. Lo que hace falta ver es cuál va a ser el gasto por cliente», advirtió al tiempo que recordó que el ticket medio ha bajado «en torno a un 20%» mientras que los costes de producción ha subido «más de un 30 %»; cifras con la que la rentabilidad «es nula».

«Un hotel en concreto, que en julio del año pasado gastó 8.000 euros de electricidad, este año ha gastado 27.000 euros de los que 7.840 son del coste de la excepción ibérica del gas», puso como ejemplo Sánchez-Fortún, quien detalló que un bar de entre 50 y 60 metros cuadrados pagó el año pasado en su recibo de luz unos 1.300 euros frente a los 3.500 euros de este año.

«A partir de septiembre y octubre las perspectivas no son buenas, creo que después del verano va a haber muchos cierres o empresas que se van a plantear si se merece seguir abiertas o no con los costes disparatados que tenemos», aseguró el presidente de Ashal, quien ha recordado que el aumento del gasto no puede repercutirse completamente en los clientes.

El aumento de la inflación y la consiguiente subida de precios ha hecho también que las visitas se hayan reducido en número de días y que las reservas de última hora en las que confiaba el sector no se hayan producido en la medida esperada para cubrir «la bajada de ocupación».

Del mismo modo, el intenso calor ha hecho huir a los comensales de las terrazas, especialmente al mediodía, lo que ha podido repercutir también en una bajada de la facturación, según interpretan desde Ashal. Las medidas de ahorro energético decretadas por el Gobierno, con el control de la climatización, ha hecho que la opción de consumir en el interior de los locales sea también menos atractiva.

«Ahora al postre o a la copa ya no se quedan», dijo Sánchez-Fortún, quien asegura que «la gente se queja porque hace calor cuando se llena el establecimiento», de modo que a pesar de que «se les explica y lo entienden», las estancias son más cortas.

En cualquier caso, desde la asociación confían en que la celebración con plena normalidad de la feria suponga un acicate para el consumidor «después de dos años sin feria» y que sea motivo de «disfrute», por lo que han animado a vivir los festejos «con responsabilidad y sosiego» y «disfrutando a tope con amigos y familiar».