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Dos jóvenes cruzan frente al escaparate de una inmobiliaria que muestra inmuebles de alquiler. A.GÓMEZ
Alquilar un piso en Almería: misión imposible

Alquilar un piso en Almería: misión imposible

La alta demanda lleva a los propietarios a elevar sus exigencias con el arrendatario: varios meses de fianza o recomendaciones, entre las peticiones habituales. El furor del arrendamiento como modo de habitabilidad anima a los inversores a verlo como un negocio

MIGUEL CÁRCELES

ALMERÍA

Domingo, 8 de abril 2018, 01:03

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Jacinto tiene 35 años, trabajo fijo -desde hace más de cinco años- y un sueldo que le permite vivir con cierta holgura. Pero buscar un piso de alquiler en Almería, donde está por trabajo, le ha supuesto una auténtica tortura. «Vivía con mi pareja en un piso de alquiler pero necesitábamos más espacio. Así que busqué un piso con más habitaciones. En un mes apenas me han podido enseñar tres en las inmobiliarias, y uno de ellos porque hice una prerreserva con ingreso incluido», narra. «En la inmobiliaria han llegado a decirme que jamás habían visto una cosa igual. Y eso que el gestor llevaba más de una década trabajando en esto».

Asunción, 36 años -también con trabajo estable- se muda en pocos días. «Llevaba desde diciembre buscando piso. Y al final he encontrado uno porque me ha recomendado al casero una amiga. Si no llega a ser por eso, aún estaría buscando».

Sus historias no son una rareza. Conseguir un piso de alquiler en Almería se está convirtiendo en los últimos años en una carrera de obstáculos. Y no porque no haya crecido la oferta -cada vez hay más inmuebles arrendados- sino porque la demanda ha experimentado un crecimiento tal que resulta difícil de absorber por el mercado. «Hay menos inmuebles libres. Y eso que hay más alquiler que nunca. Pero es que la demanda ha crecido. Y ha crecido mucho», reconoce Joaquín Aynat, presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (API) en Almería.

Y con mayor demanda, los arrendadores incrementan el precio y agregan nuevos condicionantes. «Antes intentabas conseguir un inquilino como fuera, ahora se es más selectivo», añade Aynat. Más meses de fianza -el pedir tres ha llegado a ser algo ciertamente habitual-, avales bancarios o incluso nómina fija están entre los requisitos que algunos caseros imponen a sus arrendatarios. «En el actual contexto, el propietario tiene la posibilidad de elegir», admite Aynat.

Ricardo -34 años- pensó en cambiar de piso hace poco más de un año. «El piso en el que estaba ya se me quedaba pequeño, y quería algo diferente». Tras buscar varios meses, decidió buscar de compra. «Eché cálculos y, con lo que han subido los precios del alquiler, me salía más a cuenta pagar la hipoteca, el IBI y la comunidad que la mensualidad del alquiler».

«El precio al que están los pisos», admite Aynat, «anima a algunas personas a comprar». Pero es la escasez de alquiler la que podría estar provocando un nuevo negocio: las promociones para arrendar. «Un amigo», agrega Asunción, «ha tenido que esperar tres meses para poder entrar en un piso libre en un edificio que es entero para alquilar. Lo gestiona una empresa». «En ese mismo edificio antes había pisos libres siempre», añade. En Almería hay media decena de edificios de estas características.

¿Cuál es la causa? Es algo generalizado. En otras ciudades está ocurriendo algo parecido: Sevilla, Málaga o Granada, por ejemplo, están experimentando dificultades de acceso al alquiler por la extensión de un nuevo modelo de turismo, el vacacional en viviendas. Aquí en Almería, en opinión de Aynat, esta no es la razón primordial. «Hay un cambio de paradigma. Antes había arrendatarios clásicos: los estudiantes y los de desplazados temporales por trabajo. Ahora hay sectores de población que optan por el alquiler como solución habitacional. Especialmente jóvenes», defiende el presidente de los API de la provincia de Almería.

La falta de pisos de alquiler está provocando además una «deslocalización» del mismo. «Como es difícil, la gente ya no busca centro, Zapillo o en las grandes avenidas, ahora con la escasez se busca donde sea», admite Aynat. A esto, en muchos casos, se suma la estacionalidad cíclica del propio arrendamiento. Juan Garzón, de Inmobiliaria Garzón, asevera que de mayo a noviembre hay más oferta -pese a ser Almería una ciudad costera-. «Es cuando la gente se va de vacaciones y los estudiantes dejan los apartamentos», agrega.

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