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Vista de la calle Rueda López durante las horas del apagón. Chema Artero
Almería se convierte en uno de los últimos lugares del país en recuperar la normalidad

Almería se convierte en uno de los últimos lugares del país en recuperar la normalidad

Las industrias evalúan sus daños sin saber si podrán reportarlos y redoblan esfuerzos para compensar la producción perdida en la jornada negra

Miguel Cárceles y Laura Ubago

Almería | Granada

Martes, 29 de abril 2025, 23:26

En la esquina sureste.Lejos de la intercomunicación energética con Francia, lejos de la interconexión con Marruecos, Almería se convirtó ayer en el fondo de saco de la normalización de la vida digital y electrodependiente. En el último rincón en el que normalizar la vida previa al 'gran apagón', como ya se ha denominado de forma popular a la caída cero del sistema eléctrico español sobre la que aún no hay una explicación oficial. Los últimos núcleos de población urbana tenían que esperar hasta ayer a a las 13.30 horas para observar cómo las bombillas volvían a iluminarse, los cargadores a devolver la vida a los móviles y los tostadores a calentar el pan sobrante del día anterior después de una madrugada de amasar sin cocer.

En torno a mediodía, el Gobierno de España informaba de que el 95% de la demanda nacional había sido cubierta. A esas horas, no solo amplias comarcas del interior de Almería como el Almanzora, Los Vélez o Los Filabres seguían sin luz sino que tampoco tenían suministro algunos barrios de la capital como San Luis, Los Molinos, Regiones Devastadas, Retamar o La Cañada, entre otros.

No obstante, y pese a este hecho diferencial y singular, Almería ha vivido un martes de reinicio con aires pandémicos pero normalidad recuperada de un solo golpe. El día comenzaba como uno cualquiera y tan solo las anécdotas de este lunes históricamente extraño recordaban que la provincia había pasado del negro más absoluto a la luz durante una noche larga, singular, silenciosa e incluso de aires místicos. Todo era extraño pero usual. Un término medio desconcertante.

La sensación de alivio era grande en colmados y tiendas de conveniencia, en donde rehacían la caja que ayer hicieron a mano. Los clientes se desperezaban después de una jornada en la que compraron de manera urgente agua, ingredientes para bocadillos, papel higiénico –sí, como en la pandemia– y pilas con la que cargar transistores y linternas. Paqui, carnicera, junto a Ana, encargada y Alfonso, segundo encargado de un pequeño establecimiento protagonizaron ayer el 'saldremos mejores' que no acababa de relucir tras la pandemia. «Fuimos felices porque pudimos ayudar a la gente». En el súpermercado de barrio la jornada del lunes fue complicada pero gratificante. Lo hicieron todo a la antigua usanza y hoy enseñan orgullosos los datos de la caja, que ahora hay que cuadrar. El pan lo vendieron en 15 minutos. «La gente se llevaba pilas y latas, estaban nerviosos». A las 20.50 echaron la persiana de forma manual hasta hoy que comienza un día de normalidad.

Una vez satisfechas las primeras necesidades y ya sin apagón encima, los clientes entraban con cuentagotas a las tiendas. Como con miedo a comprar cosas superfluas y sin precisar las vitales que ya adquirieron ayer cuando el miedo a quedarse sin todo les pisaba los talones. «Se supone que es la semana de más trabajo del año, la del Día de la Madre y la gente no está entrando esta mañana. Todo está raro, las gasolineras a tope, cuesta volver a la normalidad», decía Emilio, de una empresa de floristerías, con la jornada del lunes salvada mientras descargaban un camión de flores de Holanda y conservaban las de la cámara.

En un despacho de pan, Carmen derrochaba simpatía con Conchi, una clienta y trabajadora de un hotel que quería comprar dulces para sus compañeros de trabajo.

Un centenar de avisos

La Policía Local y los Bomberos de Almería atendieron tan solo en la capital almeriense cerca de un centenar de servicios relacionados con el apagón eléctrico que durante este lunes y la mañana del martes afectó a la ciudad, en el marco de la incidencia ibérica. Las actuaciones incluyeron la asistencia a personas atrapadas en ascensores, el auxilio a vecinos vulnerables y la gestión de incidencias derivadas de la falta de suministro eléctrico.

Según informaron fuentes municipales, los Bomberos prestaron durante la jornada de este lunes más de 40 servicios, centrados fundamentalmente en el desbloqueo de ascensores. Por su parte, la Policía Local realizó más de 30 intervenciones para ayudar a personas mayores que no podían acceder a sus domicilios, facilitar gasolina a residencias para alimentar generadores o gestionar ambulancias, equipos de oxígeno y grupos electrógenos.

Durante la noche y la madrugada, ambos cuerpos atendieron en torno a una veintena de servicios adicionales, como la quema de contenedores en El Puche, el rescate de un herido en las obras del soterramiento, la asistencia para acceder a viviendas o nuevos rescates en ascensores. Asimismo, se desplegaron patrullas en una quincena de puntos conflictivos para regular el tráfico en principales vías como la avenida del Mediterráneo, carretera de Ronda o la avenida de Federico García Lorca.

La alcaldesa de Almería, María del Mar Vázquez, mantuvo este martes nuevas reuniones con su Equipo de Gobierno, subdelegado del Gobierno, delegada del Gobierno de la Junta, así como con Policía Local, Bomberos y Protección Civil «mientras la ciudad recuperaba la normalidad».

El subdelegado del Gobierno, al timón de la coordinación de la emergencia después de que la Junta de Andalucía reclamase el nivel tres de protección civil y renunciase al mando, presidió ayer por la mañana la reunión de gestión, en donde se comentó cómo «la práctica de la totalidad» de la provincia había recuperado «el suministro eléctrico» pese a la existencia de «pequeñas islas» con «dificultades» en la alta tensión. Además, apuntó a que el servicio ferroviario con Madrid había quedado suspendido, si bien se espera que este miércoles pueda recuperarse. Lo mismo ocurre con las líneas con Granada. «También hemos estado trabajando en que se recupere la producción de las plantas desaladoras», dijo Martín, quien apuntó que la infraestructura dependiente de Acuamed en el Campo de Dalías «ya ha iniciado la operativa para volver a suministrar agua desalada» mientras que la de Carboneras «está en proceso de arranque».

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