Adoración Blanque, presidenta ASAJA Almería

«Para nuestras hortalizas es fundamental tener unas condiciones en mercado a las que podamos hacer frente»

–Tocaba conocer la opinión de los socios.

–Yo me comprometí hace dos años a terminar la legislatura que estaba a medias, porque se produjo una dimisión y el compromiso con los socios y comité ejecutivo que había era terminar la legislatura y luego someterme a la consideración del Comité y de la Asamblea para saber si consideraban que tenía que seguir. Finalmente hemos renovado las personas del Comité Ejecutivo, pero también hay personas nuevas, porque el relevo generacional tiene que ir haciéndose sin prisa pero sin pausa, y hay que involucrar a los jóvenes.

–¿Es también difícil el relevo generacional en la organización agraria como lo es en el sector?

–Yo creo que las dificultades son las mismas. En las organizaciones ha habido una generación de agricultores que apostaron por hacer organización, por unirse y reclamar lo que entendían que son sus derechos y ha sido un trabajo muy duro a lo largo de estos años, pero son gente que lo ha vivido, le gusta y lo lleva en la sangre. Ahora bien, hace 33 años que existe ASAJA en Almería y esos primeros agricultores están ya casi a punto de jubilarse y se necesita relevo.

Los jóvenes ahora lo tienen más fácil, pero no solo en la organización, sino también a nivel de campo. Es la tercera generación ya. La primera generación, la de los abuelos, lo pasaron muy mal. Llegaron los hijos que ya veían todo lo que habían trabajado sus padres y siguieron avanzando. Y esta tercera generación creo que lo tiene más fácil. No se han tenido que bajar tanto al barro como sus abuelos y sus padres. Lo tienen relativamente fácil y lo que tienen que hacer es ser conscientes de eso que sus antepasados les han dejado y están dejando, y cogerlo con muchas ganas.

No se puede perder ese espíritu de reivindicación y unión del campo, de poder hacer algo más no solo por mí, sino también por el resto de agricultores. Es una labor bonita, aunque no es fácil, como todo, porque a veces es desagradecida.

–¿Cómo se plasma ese relevo generacional en el Comité Ejecutivo de ASAJA Almería?

–Yo lo que he hecho en el Comité Ejecutivo es dejar a la gente con experiencia y añadir jóvenes para que vayan aprendiendo y tomando el relevo poco a poco. No se trata de dejarlos solos, sino de acompañamiento. Lo mismo que se hace cuando un joven llega al sector agro, donde al inicio va de la mano de su padre, hasta que llega un momento en que el hijo sabe el manejo de la planta, el abonado, el riego... Aquí hacemos lo mismo, se trata de tutorizar un poco a los jóvenes y en un momento dado soltarlos y que sigan solos. Además, la renovación es buena.Tiene que entrar gente nueva e ideas nuevas.

–¿Cuántos asociados tiene ASAJA Almería?

–En la provincia tenemos más de 5.000 asociados. Trabajo hay.

–¿Qué valoración hace de estos dos años al frente de ASAJA?

–Yo hago personalmente y profesionalmente una valoración buena, si no, no me hubiera vuelto a presentar, pero realmente la valoración son los socios de ASAJA quienes tiene que hacerla y por eso hay que someterse a esa reelección. Pero yo personalmente lo siento, lo creo, lo vivo y es un sector que necesita que se le ayude y que nos va a hacer comer, pero si no tenemos un relevo generacional, esa reivindicación continua con las administraciones públicas, con los poderes públicos y legislativos para intentar hacerles la vida más llevadera a agricultores y ganaderos, lo tenemos francamente complicado, porque el huevo no sale del frigorífico. Y hay que trabajar ahí.

No obstante, esto te tiene que gustar. Si no sientes la agricultura es mejor no estar en un puesto de este tipo, porque a veces las cosas salen como quieres, pero otras te topas con muros y no siempre puedes saltarlo. Y darse con un muro una y otra vez, cansa y da dolor de cabeza. Pero yo soy nieta de ganaderos, hija de agricultores e incluso mi hija el otro día me decía que ella también iba a ser agricultora. Esto es lo que he vivido toda mi vida, de un extensivo a un intensivo y me gusta.

–¿Qué objetivos considera que ya ha cumplido y cuáles le quedan?

–En una organización hay dos partes. Una parte es la interna y otra son los agricultores. Aunque todo va unido, no todo confluye. Nosotros somos la organización agraria más grande a nivel nacional. En Almería somos la hermana coja del resto de España porque tenemos una agricultura distinta. A nivel de organización me fijé como objetivo que las hortalizas estuvieran muy presentes en Madrid, en Bruselas y dentro de nuestra organización.

En ese sentido hemos conseguido estar no solo en la Junta Directiva, sino también en el Comité Ejecutivo nacional y creo que hoy se habla más de hortalizas y del resto de agricultura de Almería que nunca. Y eso nos da muchas más armas para poder defender a nuestros agricultores de hortalizas.

A nivel de agricultura en general, creo que hemos conseguido algo que no es mérito exclusivo de mi organización, como es poner en el foco y en el punto de mira las importaciones de terceros países y que hoy día todo el mundo esté reclamando unas cláusulas espejo para las producciones españolas y europeas. Eso creo que ha sido un punto de inflexión, que no quiere decir que se vayan a conseguir, pero sí que están en el centro del debate.

Luego, hay muchos retos que te marcas y que son de mejora continua, porque para mí uno de los principales problemas que tiene Almería es el tema hídrico. Es verdad que se ha conseguido avanzar un poco, pero hay mucho trabajo por hacer y esto es una mejora continua que hay que realizar. Nos ha azotado una sequía persistente y tenemos que seguir trabajándolo.

–La desalación es fundamental.

–Tenemos que hablar de la desaladora del Bajo Almanzora, inutilizada desde 2012. Se prevé incluso que haya una nueva en marcha antes de que esté arreglada la que ya hay. Somos una provincia que hace milagros con el agua, la utilizamos de una manera responsable y lo que obtenemos a cambio es infraestructura hídrica cero. Ahora se le está dando un empujón al tema de aguas depuradas, pero cuando en Murcia aprovechan desde hace años el 80% de las aguas residuales, en Almería estamos empezando ahora. La preocupación es evidente. No tiene sentido que el año pasado en el Almanzora se quedaran miles de hectáreas sin plantar por falta de agua cuando hay una proyección desde el año 2012 de una desaladora que está estropeada y todavía estamos pensando en el muro de protección para ver si la arreglamos. Es una vergüenza. Almería es la eterna castigada en infraestructuras de todo tipo. Pero a la hora de hacerse una foto y decir el magnífico trabajo que hacemos está dispuesto todo el mundo. Quizás es que nos quejamos poco.

–¿Qué otros temas son clave?

–Tenemos que seguir trabajando también en la PAC, en el uso de productos fitosanitarios, en tema de importaciones de terceros países, cláusulas espejo, soberanía alimentaria... Y un tema que es importantísimo y no es nada fácil de abordar es el tema de la rentabilidad de las explotaciones.

Para extensivo tenemos que seguir peleando que haya una PAC justa para esos agricultores y unas condiciones dignas para seguir trabajando, pero para nuestras hortalizas es fundamental tener unas condiciones en mercado a las que podamos hacer frente, y si no tenemos estabilidad económica y rentabilidad tendremos que dejar el sector e irnos. Eso es un trabajo continuo que hay que hacer. Si hoy día estamos en la situación que estamos, trabajando como estamos trabajando, si no estuviésemos haciendo un trabajo de pico y pala diario, es posible que nuestro sector estuviera en unas condiciones muy distintas.

A ver si dentro de cuatro años puedo decir que hemos conseguido una estabilidad en los precios y una rentabilidad para el agricultor, que es uno de los objetivos principales que tenemos.

–¿Qué lectura hace de las elecciones europeas de este mes de junio?

–Si atendemos exclusivamente al mapa europeo que se nos queda, creo que es más de lo que teníamos. Siguen con las mayorías los que había, no quiero decir con esto si es bueno o malo pero estamos en la misma situación. Tenemos a dos partidos mayoritarios y uno que no es tan mayoritario pero se apoya, por lo que el escenario y el mapa sigue siendo el mismo a nivel general. Hay una cuestión que nos preocupa mucho, aunque parece que ha retrocedido un poco y eso nos pueda llevar a que las políticas sean menos agresivas que hasta ahora, que es el retroceso de los verdes, con sus políticas ecologistas radicales. Esperemos que se hagan políticas menos radicales porque nos estaban haciendo mucho daño.

Cuando se forme el nuevo Parlamento habrá que seguir con todos los temas que tenemos pendientes. Además, ya estamos negociando la siguiente PAC y ahí hay que trabajar de una manera bastante consistente.

–¿Algún aspecto positivo?

–Como punto positivo creo que es que tenemos una persona en Bruselas que tiene un trabajo muy duro por delante porque yo creo que todos esperamos mucho de ella, que es Carmen Crespo, conocedora de nuestra agricultura perfectamente. Con sus defectos y virtudes, hasta ahora ha sido persona que ha demostrado que nuestro sector le importa, que ha podido acertar más o menos, ha podido hacer más o menos, teniendo en cuenta que siempre se puede hacer más y siempre le vamos a reclamar más, pero ha puesto a nuestras hortalizas en Andalucía en el punto de mira y esperamos mucho de ella, por trayectoria y por cómo ha funcionado.

Entre los temas pendientes, la Ley de la Cadena que creo que se debe hacer extensiva a nivel europeo, el reglamento de uso sostenible de productos fitosanitarios y otras muchas cuestiones que engloba la Agenda 2030, sobre todo en la parte del ecologismo, donde consideramos que se tienen que suavizar.

-Sorpresa con la aprobación una semana después de las elecciones europeas de la Ley de Restauración de la Naturaleza.

-La aprobación de la Ley de Restauración de la Naturaleza para ASAJA supone una grave traición para el campo español. Hace pocos días estábamos inmersos en unas elecciones europeas en las que los candidatos y principalmente nuestra ministra de Medio Ambiente aludían a las necesidades y a la importancia que tenía el campo en Europa y con esta aprobación y este voto favorable lo que está haciendo una vez más es traicionando al campo, no teniendo en cuenta sus intereses.

Entendemos que no es el camino que debe seguir Europa si quiere defender el campo. Esto supone una vez más anteponer el medioambiente a la agricultura y a la ganadería, y hay que recordar una vez más que nuestros agricultores y ganaderos son nuestros principales valedores del medio ambiente, son los más interesados en que estemos dentro de unas condiciones favorables para poder producir, pero no puede ser que una vez más se imponga ese ecologismo radical que está imperando en Europa frente a las necesidades que tienen los agricultores y ganaderos. Indignación total con esta aprobación y con la postura que está manteniendo nuestro ministerio al respecto.