Andrés Góngora

«Este año es un ejemplo claro de inestabilidad de precios y así no se puede afrontar el futuro»

–Son ya muchos años al frente de la organización...

–19 años al frente de COAG Almería, pero muy contento y con energías renovadas. Salimos de un Congreso en el que se han cerrado filas. Ha habido mucha participación y mucha unión de los Delegados de todos los territorios. El acto de clausura fue el sábado, pero un Congreso así requiere casi dos meses de trabajo, porque hay que ir Asamblea a Asamblea en todos los pueblos, haciendo asambleas previas al Congreso y creo que es importante el trabajo que se ha hecho de comunicación de la organización en todas ellas y que finalmente hayan decidido que yo continúe al frente es una parte más del Congreso. Pero, sobre todo, una ejecutiva que se mantiene de forma firme con mucha presencia territorial y con comités renovados, gente nueva y un debate interno muy importante.

–En estos 19 años al frente de COAG Almería, ¿cómo han cambiado los temas importantes del campo?

–Hay algunos temas que desgraciadamente no han cambiado y siguen estando como objetivos dentro de la organización. Evidentemente, en un sector como el nuestro, el tema precios está permanentemente en la mesa, es nuestro gran caballo de batalla. Pero sí ha habido cambios.

–¿Cuáles destacaría?

–El tema de la fiscalidad agraria ha cambiado. Si echamos la vista atrás, hace años teníamos muchas más dificultades con todo lo relacionado con los temas fiscales. Ahora, aunque seguimos peleando, estamos bastante mejor. En aquellos años el módulo estaba situado de forma estable en el 37%. Todo lo que tenga que ver con modernización de invernaderos e incorporación de jóvenes, en aquellos años era mucho más difícil también y las partidas presupuestarias para incorporación de jóvenes eran bastante más pequeñas. Ahora contamos con más presupuestos. Ahí se ha generado conciencia, aunque seguimos pidiendo más porque se queda mucha gente fuera. Todo el tema de jubilación es otro gran caballo de batalla que nos queda por delante, aunque los sellos de los autónomos se han reformado.

–Y la Interprofesional.

–Hace 20 años era un objetivo a conseguir. Ahora la tenemos. Nos gustaría que funcionara mejor, que sirviera para más cosas, pero está al menos ese foro de debate y diálogo. Quedan cosas por hacer, el sector sufre sobre todo con el tema de importaciones. Pero se han conseguido cosas, sobre todo visibilizar al sector agrario que era fundamental. Ahora se habla mucho más que nunca de agricultura.

–¿Cuáles son los retos que se marcan desde COAG Almería para los próximos años?

–En primer lugar todo lo que tiene que ver con el mercado. La Ley de la Cadena hay que conseguir que funcione. Los agricultores queremos y necesitamos estabilizar nuestros precios. El ejemplo más claro lo hemos tenido en la campaña de primavera. Hemos visto cómo en el mes de abril se podían estar vendiendo sandías por encima de 80 céntimos y en apenas 48 horas se va la campaña al garete y hemos tenido el peor mes de mayo de la sandía casi de los que yo recuerdo.

–¿Cómo se afronta?

–Eso hace replantearse el modelo de comercialización. No podemos seguir así. La Ley de la Cadena tiene que servir para estabilizar los precios, que cubran los costes de producción y que dejen un margen de beneficio razonable. Este año es un ejemplo claro de inestabilidad de precios y así no se puede afrontar el futuro de un sector. Cualquier agricultor, lo que quiere es estabilidad y ante esta situación del mercado es imposible. De fondo están las importaciones de terceros países. Vamos a seguir insistiendo en ello. Pero también hay que tener cuidado con esto, porque nos damos cuenta cómo, cada vez más, hay comercializadoras y entidades relacionadas con el comercio que lo justifican todo con las importaciones de terceros países y a veces el desplome de los precios no es solo por esos productos de terceros países. Es un análisis demasiado simple. ¿En abril no había sandía de fuera, y en 24 horas nos inunda? Creo que a veces las cosas se utilizan de forma torticera y esto requiere que el sector tenga más datos, que la información que llegue sea real y no en función de los intereses de cada uno.

–¿Y el agua?

–El tema de agua ha sido otro eje central dentro del debate. Almería necesita inversiones en materia de agua y eso son desaladoras, trasvases, reutilización de aguas regeneradas y tener más capacidad de embalsar agua en los meses que pueda sobrar, y eso pasa por inversiones. Almería necesita garantías de abastecimiento de agua. El invernadero no puede depender de si llueve o no. Hay que invertir y además son inversiones que la Administración recupera de forma rápida.

–¿Y retos personales?

–COAG Almería es una organización fuerte, está reconocida por todo el mundo, eso no genera dudas, pero creo y sigo insistiendo en la necesidad de que COAG Almería trabaje para que COAG Andalucía y COAG a nivel nacional sean organizaciones fuertes, muy representativas, con mucha capacidad de interlocución, ya lo son pero tienen que serlo más. Se ha conseguido que la relación con el resto de organizaciones sea muy buena y fluida. La unidad de acción está más que afianzada. Para eso todos los que formamos parte de COAG Almería tenemos que participar y arrimar el hombro para que nuestras organizaciones sea cuanto más fuertes mejor. Ese sería mi reto más inmediato. Y en el futuro dejar COAG en buenas manos. Son muchos años y tenemos que ir pensando ya en un relevo al frente de COAG Almería.

–¿Ha sido la última vez que se presenta al cargo?

–Es muy pronto para decir eso. Vamos a dejarlo ahí. Agradezco la confianza, pero tienen que entender que esto son etapas y que tienen que ir posicionándose para coger las riendas de la organización. Estoy muy agradecido de que confíen en mí, pero esto no es un cargo vitalicio.

–El Congreso llegaba con el eslogan 'Unidos en defensa de la soberanía alimentaria europea. ¿Hemos aprendido algo de la pandemia en este sentido?

–Nuestros dirigentes políticos no han aprendido absolutamente nada y no hay nada más que ver los planteamientos de futuro tan cercanos que se están haciendo en la agricultura. Por eso hace falta una organización fuerte, para poder influir, porque se están tomando decisiones desde muchos despachos y no solo Bruselas, como son el Cuaderno Digital de Campo, el Reglamento Sostenible de Productos Fitosanitarios, medidas que vienen a restar competitividad a este sector a favor de las importaciones o de quienes han decidido irse a terceros países a producir. Eso quiere decir que se pierde soberanía alimentaria y de ahí el eslogan y en la necesidad de que Europa se dé cuenta que necesita garantías de abastecimiento de alimentación.

–España tiene la presidencia de la UE el segundo semestre del año, con elecciones en el inicio. ¿Esto va a ser una oportunidad perdida por ese motivo?

–No tengo ninguna esperanza de que se arregle absolutamente nada. Va a ser un carrusel de mentiras por parte de los que se presentan a las elecciones que van a decir que nos lo van a arreglar todo y que todo va a ir mejor, pero la falta de compromiso a la hora de legislar sobre todo a nivel europeo es muy evidente. Se escucha mucho mensaje político y luego no se traslada al Boletín Oficial. No espero nada de la presidencia europea ni del proceso electoral. Desgraciadamente la política no está ayudando al sector agrario.

–En el Congreso se habló de relevo generacional, unido a la rentabilidad del campo.

–La agricultura almeriense continúa incorporando jóvenes. A día de hoy seguimos siendo de media de edad la agricultura más joven de toda España y eso es positivo, pero hacen falta y así se le pidió a la Consejera de Agricultura, poner dinero. Es un sector al que cuesta mucho dinero incorporarse y siendo sinceros solo se están incorporando hijos de agricultores, no gente ajena al sector. Esa es mínima. El coste de incorporación en un invernadero o ganadera de intensivo, solo se puede si vienes del sector. Los hijos se quedan en el sector porque ven un alternativa laboral y tampoco hay muchas alternativas laborales en nuestra provincia, pero incorporar jóvenes cuesta trabajo, por eso se necesitan ayudas de la PAC para incorporar más jóvenes, porque si no vamos a presenciar un cambio en el modelo y eso es preocupante.

–¿A qué cambio se refiere?

–Si no se incorporan jóvenes, la agricultura va a continuar, porque va a seguir habiendo el mismo número de hectáreas, pero va a caer en menos manos. Y si cae en menos manos, cambia el modelo. Pasamos de la explotación familiar o donde el agricultor es el eje central, a los modelos de fondos de inversión que estamos viendo en la región de Murcia o el norte de la provincia de Almería. Y eso en COAG tenemos claro que no es el modelo que queremos, porque a esos modelos no les tiembla el pulso de llevarse la producción a otras zonas.

–¿Qué valoración de campaña haría en estos momentos?

–La campaña se vuelve a repetir una vez más y llevamos bastantes años hablando de esto. La campaña es una noria en la que unos se van a quedar arriba y otros abajo. La incertidumbre en la configuración del precio, la inestabilidad de los mercados, hace que una misma campaña tengamos agricultores a los que les han ido muy bien las cosas, porque han acertado, y otros que se van a ver en serias dificultades y que están pidiéndonos en COAG información de créditos oficiales porque no van a cubrir costes de producción. Hay que estabilizar los precios. Esta campaña se ha vuelto a demostrar que la falta de una estructura comercial que genere garantías en cuanto el precio es de lo que adolece nuestra agricultura. Los datos globales estoy seguro de que van a ser buenos, que hemos producido más kilos y probablemente en ingresos brutos estemos en nivele similares o incluso mejor en algunos cultivos, pero eso no va a ser una radiografía fiel de cómo está el sector, porque hay muchas diferencias de una explotación a otra.