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Una pica en Nueva York

Una pica en Nueva York

¡Por fin! Cuando llegas y estás allí, en medio de aquel pedazo de la historia de Almería, no defrauda

DAVID BAÑOS

Domingo, 18 de junio 2017, 00:33

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Los que han estado allí dicen que la experiencia «es un subidón de almeriensismo». Como disfrutar de un plato de migas un día lluvioso o «pegarse una púa» en El Cabo un día de calor. Desde que entras en el museo se apodera de ti un 'cosquilleo' agradable. Debe ser parecido al momento en el que estás en la cola de los abanicos de la feria y ya casi toca. Vas recorriendo las salas, esperando con ansia el momento de reencontrarte con un pedazo de tu tierra. ¡Come on! Lo has visto en fotografías, has oído hablar de su belleza una y mil veces, pero nunca lo has tenido tan cerca. ¡Por fin! Cuando llegas y estás allí, en medio de aquel pedazo de la historia de Almería, no defrauda, al contrario, emociona y hasta provoca que se escape alguna lágrima. Es la foto más preciada para nuestros paisanos en la gran urbe. Y es que Nueva York, además de rascacielos, taxis amarillos, puentes, tiendas cool y restaurantes modernos, esconde entre sus muchos tesoros una de las joyas del renacimiento de nuestra provincia. El patio de honor del Castillo de Vélez Blanco es nuestra 'embajada' en la gran urbe norteamericana.

Sí, es una pena que una obra de arte de estas características se encuentre a seis mil kilómetros de distancia en línea recta de su lugar de origen, pero son cosas que pasaron, pasan y seguirán pasando donde usted y yo vivimos. Podemos ponernos en modo negativo y seguir llorando por las esquinas tan destacada pérdida o por el contrario, armarnos de optimismo y aprovechar la oportunidad para poner en valor Almería, utilizando uno de los mejores escaparates del mundo. Desde que en 1.904 su propietario, el marqués de los Vélez, lo vendiera a un anticuario francés, el patio ha pasado por Marsella o París, hasta que en 1.945 fue donado al Museo Metropolitano de Nueva York, donde se montó, pieza a pieza, y hoy puede contemplarse. Hasta la fecha nunca le habíamos sacado partido. La relación de los almerienses con él se limitaba a quejarnos en la barra de un bar por este expolio y a la fotografía de rigor para aquellos que viajaban a la ciudad de la 'Gran Manzana'. Por fortuna, esto ha cambiado. Hemos abierto los ojos convirtiendo el defecto en virtud para que nuestra tierra, su materia prima, sus profesionales y sus empresas se proyecten al mundo.

Sin complejos

Existen pocos lugares tan especiales como éste para el sector de la piedra natural de nuestra tierra. Sí, la Alhambra también es importante, porque el elemento más destacado de su patio de los Leones, la fuente, está realizada en mármol blanco de Macael. Lo que sucede es que el monumento nazarí está aquí cerca. Al otro lado del charco, la obra que se exhibe en el MET neoyorquino fue realizada con el mismo material en el siglo XVI. Los empresarios de la del Almanzora acaban de poner su pica en Nueva York. Y lo han hecho a lo grande, apoderándose de éste escenario para presentar la 'Marca Macael'. Pocos como ellos han sabido trabajar juntos, de la mano, sacudirse los complejos y tomar decisiones acertadas para promocionar su sector dentro y fuera de nuestras fronteras. Esta semana, se han plantado en el Metropolitan y han congregado a lo más granado de la arquitectura y el diseño en la capital financiera de los Estados Unidos. ¡Ole, ole y ole!

Las once firmas almerienses que han participado de la cita han mantenido sesenta reuniones comerciales. EEUU es el primer mercado exterior (40% de las exportaciones) para el sector almeriense de la piedra, con unas ventas de 136 millones de euros durante 2016, de ahí la relevancia de esta ambiciosa iniciativa. Los americanos conocen como nadie la importancia de los símbolos para construir una sociedad próspera y hacer buenos negocios. El más importante para ellos es la bandera. En nuestro caso, además del Indalo, tenemos numerosos emblemas. Uno de ellos éste que nos arrebataron, no hace tanto, durante el siglo pasado.

Imagino que el viaje transoceánico habrá servido también para reforzar el compromiso de la administración autonómica de replicar el famoso patio dentro de la fortaleza de la que nunca debería haber salido. A finales de 2008 quedaron listos los trabajos de digitalización de todos los elementos. Era el paso previo para poder continuar con el proyecto pero seguimos esperando. ¿Por qué? Tenemos los archivos digitales, la materia prima y las mejores empresas para ejecutarlo. ¿Qué falta? ¿A qué estamos esperando? La Junta adquirió la propiedad del castillo del Marqués de Los Vélez en 2005. Le costó tres millones de euros. Ahora le falta dar el siguiente paso, el definitivo.

El camino emprendido por el sector del mármol en promoción es un ejemplo a seguir por otros sectores productivos locales. El agro almeriense debería mirarse en este espejo. Ahora que se conmemora el cincuenta aniversario de la llegada a Almería del tomate que más nos diferencia, el mismo que se ha convertido en seña de identidad de nuestra agricultura, estamos ante una buena oportunidad de hacer algo importante.

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