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Almería necesita un club

El problema de fondo es que sus dirigentes no viven la ciudad, no viven la provincia y no se sienten implicados con su sociedad

Ángel Iturbide

Domingo, 31 de julio 2016, 23:57

Quedan tres semanas para que la liga dé comienzo y la UD Almería se estrene en lo deportivo con nuevos objetivos. Menos mal que a ... sus dirigentes y a los medios de comunicación nos ha entrado el sentido común y, de momento, no hablamos de ascensos ni de equipo de primera ni de nada por el estilo. Lo mejor, a la vista de los resultados, es estar callados e ir sumando objetivos con el mismo discurrir del campeonato. Desgraciadamente somos de memoria débil y selectiva. No hace tanto que la temporada 2015-2016 terminó y ya parece que no nos acordamos del esperpento deportivo que protagonizamos. Aquellos apuros deportivos dieron paso al silencio y si eso es para mejorar y para olvidarnos de nuestra prepotencia (la que teníamos justo hace un año) y asumir un papel más humilde bienvenido sea. Ahora bien el peligro es que no hayamos aprendido la lección, pero lo lamentable es que hay muchas lecciones que aún no hemos ni empezado a estudiar. La temporada pasada acabó con dos protagonistas, desde mi punto de vista, destacados, si bien con distinto signo. En el negativo un presidente que actúa a golpes de corazón para, la mayoría de las ocasiones, errar. En el positivo un jugador, Fernando Soriano, que se hizo cargo del equipo y en cuatro jornadas logró su salvación. No sé si lo hizo de manera brillante o no, pero a juzgar por el resto de la temporada lo hizo como pocos habían soñado. A los pocos días de evitar sumirnos en el pozo y en los despachos de Águilas, Soriano firmó su continuidad. No hubo presentación oficial ni reconocimiento, otro de los fallos clamorosos e injustos de este club. El problema de fondo es que sus dirigentes no viven la ciudad, no viven la provincia y no se sienten implicados con su sociedad. Almería necesita un club para poderse equiparar a otras aficiones y a otras ciudades. Nos guste o no la UD Almería no representa a esta ciudad. Los dirigentes rojiblancos deben trabajar lo deportivo, pero también lo social. Tan importante es la ciudad deportiva como un proyecto a medio-largo plazo que trabaje la afición desde la escuela, desde los niños. Almería necesita que el club y sus jugadores se impliquen en la provincia y que ese sentimiento que existe en otras ciudades vaya creciendo poco a poco, desde la base. Solo así, y dentro de unos cuantos años, la provincia tendrá una verdadera afición y un verdadero proyecto deportivo. Lo contrario está abocado al fracaso o, cuando menos, a seguir como estamos, con unos dirigentes que no los conoce nadie y que únicamente tienen Almería en el nombre del equipo; con unos jugadores que más parece estar de paso; con una afición que se saca el abono pero no acude al campo; con una legión de seguidores que sólo van cuando el equipo está a punto de fracasar y las entradas son baratas; con aficionados que miran al terreno de juego, pero están más pendientes de lo que hagan el Madrid o el Barcelona. Urge crear un sentimiento en torno al equipo, pero urge aún mucho más que el equipo tenga un sentimiento cómplice hacia esta provincia.

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