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Vivir en Nueva Almería

Vivir en Nueva Almería

En este barrio de doctores y políticos se hace una vida tranquila, como dicen miembros de la nueva junta directiva de la asociación vecinal, con quien IDEAL repasa el ayer, hoy y mañana

Sergio González Hueso

Domingo, 13 de diciembre 2015, 00:29

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Como Bernie LaPlante en Héroe por Accidente Sara Sánchez tras una mirada a su izquierda y derecha caía en la cuenta de que sólo un arranque de valentía podía sacarle del atolladero moral en el que se había metido su fuero interno. Apenas dudó. Con el impulso propio del 'no me queda más remedio' decidió dar un paso hacia delante para que no desapareciera la asociación de su barrio. Esa que había estado trabajando por Nueva Almería desde hace más de 25 años.

«Yo siempre he estado pidiendo soluciones por un tema que me afecta directamente. Una suerte de despropósito secular que apareció el día justo en el que caigo que la casa a la que me mudo no tiene salida». Sara creyó que este problema, que afecta a una calle interior de la urbanización Maframar y que ya se ha puesto en conocimiento del Ayuntamiento sin demasiada suerte, podía canalizarlo fácilmente encabezando una junta directiva a la que arrastró prácticamente sin aceptar un 'no' por respuesta a Carmen y a Trini: ahora secretaria y administradora, sucesivamente.

Las tres reciben a IDEAL en una acogedora estancia de la sede de la asociación de vecinos 'Nueva Almariya'. Por la ventana asoma el mar al que mira el barrio, privilegiado entorno en el que confluye la naturaleza y la armonía de una arquitectura propia de residenciales. Lo que hace años no eran más que «cuatro chalets aislados» en mitad de La Vega, como bien dicen sus vecinas durante la charla, hoy es un barrio de lujo y cada vez menos periférico con todos los servicios disponibles. Una metamorfosis paulatina que lo único que no se ha llevado por delante por suerte para los que allí viven es la tranquilidad que anega estas espaciosas calles jalonadas de coches de alta gama o de zonas verdes bien cuidadas.

Al ver el conjunto, nadie hoy pensaría que existió un tiempo en el que el metro cuadrado de terreno allí no subía de las 200 pesetas. Lo recuerda bien Carmen, que lleva viviendo entre estas calles más de 35 años. Según explica, en todos estos años Nueva Almería ha dado un salto hacia el progreso al mismo ritmo que lo ha hecho la ciudad a la que le robó un día el nombre. «Todo era un erial a unos tres kilómetros del centro», reconoce.

Aislados, los primeros vecinos, gente a la que se les reconoce hoy como visionaria, han tenido que esperar décadas para que la zona adquiriese la autonomía y servicios que en la actualidad disfrutan unos vecinos orgullosos, pues muchos han tenido que batallar para que se hiciera posible.

En el trance se han perdido por el camino verdadera y queridas instituciones como 'la tienda del olvido', como llamaban al establecimiento de comestibles de Pepa, ya jubilada. Hoy no existe, porque a esta tienda y a otras parecidas les ha sustituido un Mercadona, que ha llegado al albur del desarrollo de un barrio en el que ya existe hasta un colegio o se acaba de inaugurar hace relativamente poco tiempo un centro de atención primaria.

En paralelo, en el frente litoral también estos vecinos han visto crecer al paseo marítimo, que se está haciendo tan kilométrico que ya es seguro que va a acabar por pasar de largo a este barrio. Se han levantado asimismo unos bonitos apartamentos con vistas, el residencial Oliveros -los pisos de La Térmica-, que ya forma parte de un Nueva Almería que hoy puede dividirse en dos mitades sobre la cartografía de la ciudad: la 'zona nueva' y la de toda la vida, la que comenzó aquellos «cuatro chalets».

La calle que marca la línea divisoria entre ambas se llama Nueva Bayyana. El que aún conserve las estrechas aceras con las que fue inicialmente proyectada, hace que estas vecinas recuerden que esta es también el camino para ir al colegio. «Ya hemos pedido que se hagan más anchas», comenta Sara, que además de ser la presidenta de la asociación, es pediatra. Como ella, muchos médicos viven en esta zona de la capital, que ha ido con el tiempo dando la bienvenida a un nuevo tipo de vecino: el político. Nueva Almería es el barrio de Luis Rogelio Rodríguez-Comendador (PP), Rafael Hernando (PP) o Marta Bosquet (C's), entre otros. Lo que deja a las claras de cuál es el nivel adquisitivo de la mayoría de sus vecinos.

Nueva Almariya

La presidenta deja claro que en Nueva Almería no se viviría tan bien de no ser por la existencia de la asociación de vecinos, que ha sustentado siempre su trabajo altruista en el sacrificio de sus miembros y en el cultivo de unas cuidadas relaciones con los distintos gobernantes que han pasado por las dependencias de Plaza Vieja.

Así lo están haciendo también ellas -y él, Serafín Felices, el vicepresidente- desde que tomaron hace unos pocos meses las riendas de este colectivo. En todo este tiempo no sólo han logrado amplificar las demandas ciudadanas hasta que han calado, también se las han apañado para dinamizar un barrio cuya estructura hace más complicada la creación de una identidad vecinal. De ahí que tengan la costumbre de encomendarse la organización de, por ejemplo, todo tipo de talleres de baile... etc. o de actos festivos tan populares como los carnavales, las cruces de Mayo o La Noche de San Juan.

Pero si tuvieran que destacar algo estás 'recién llegadas' sobre la labor que ha tenido hasta ahora la asociación, esta es sin duda la de siempre estar dispuesta a ayudar a todos y cada uno de los vecinos del barrio que así lo pidan. «Queremos que sepan que pueden contar con 'Nueva Almariya', que estamos a su completa disposición», dice taxativa Sara, quien deja asimismo claro que se equivoca aquel que crea que en su barrio no existen problemas o asuntos susceptibles de mejora.

Mientras pronuncia estas palabras, Trini chequea en el ordenador varios temas que van surgiendo a lo largo de la conversación. Cuenta como están funcionando por el momento: «Tenemos una lista de correos electrónicos de los vecinos que se han ido apuntando y así nos ponemos en contacto con ellos», expone. No es el método más eficaz pero así se las arreglan. Aunque llevan relativamente poco tiempo de representantes vecinales, su dilatada experiencia como habitantes de Nueva Almería lo compensa.

A su juicio, uno de los mayores inconvenientes con los que cuenta hoy su barrio es el de la falta de paradas de autobús en la zona cercana al centro de salud. La expansión y desarrollo del barrio ha dejado anticuados en muchas zonas de Almería las rutas del transporte público. Pasa en esta zona de la capital, por lo que la asociación ya la tiene en la lista de 'pendientes'. Al igual que el asunto de las aceras en Nueva Bayyana, las mejora de saneamientos en algunos puntos del barrio -ya lo tiene proyectado el Consistorio- o la creación de un parque biosaludable para que los mayores puedan disfrutar también del ejercicio a su edad.

Al respecto tienen hasta un dossier que han elaborado. El mismo que plantan encima de la mesa del despacho de la asociación, por el que entra un haz de luz tenue una mañana soleada de invierno.

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