Los hogares almerienses mantienen hábitos de crisis en la cesta de la compra
La única novedad es que las marcas blancas dejan de ganar terreno, pero es porque las de toda la vida han contraatacado bajando precios
Daniel Olivares
Martes, 28 de abril 2015, 01:32
En su último informe macroeconómico el Banco de España dibujaba un panorama más alegre en el mapa financiero español. Sin embargo, ese optimismo, trasladado a ... la arena doméstica, no se atisba de momento en las colas de los supermercados. La recuperación que observa dicho informe y otros relacionados con la economía española no se deja notar en la cesta de la compra. Los hogares españoles, en general, y los almerienses, en particular, mantienen fresca su particular 'economía de guerra'. Los hábitos son similares a los que los consumidores adoptaron con la llegada de la crisis hace ya unos años. Así lo atestigua el último estudio Nielsen 360, asociaciones de consumidores como UCA, OCU y las propias cadenas de distribución. El gasto en alimentación se ha estancado después de la caída acumulada desde 2007, que según la Encuesta de Presupuestos Familiares del INE, en Andalucía es de casi el 6%.
«A pesar de la mejora de las grandes cifras económicas, las familias todavía se encuentran en lo más duro de la crisis», opina Enrique García, portavoz de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). El presidente de la Unión de Consumidores de Andalucía (UCA), Juan Moreno, coincide y afirma que en un estudio que han realizado en colaboración con un gran cadena de supermercados han detectado que el perfil del consumidor ha cambiado con respecto a los años de bonanza. «La crisis ha marcado muy mucho el hábito en el consumo. No hacemos la compra alimentaria en el mismo punto. El consumidor es más consciente del gasto y es más inteligente, selecciona más lo que compra. Saber elegir es fundamental», desgrana Moreno.
Volver a las rutinas comerciales de antes de la crisis conllevará más tiempo, a pesar de que las estadísticas apuntan a cierta mejora económica en los bolsillos de las familias. De hecho, según el presidente de la UCA, la costumbre de hacer una gran compra semanal de «70, 80 ó 100 euros» se ha cambiado por compras «puntuales y más pequeñas». Pero es que, además, el consumidor ha empezado a optar por hacer esas pequeñas compras en las tiendas de barrio en lugar de, como antes, en las grandes superficies. «No hay más que ver que compañías de grandes superficies han empezado a abrir supermercados más pequeños en las ciudades y pueblos. Se han dado cuenta de que han perdido mucha clientela», señala Moreno.
Datos estadísticos que manejan cadenas de supermercados como Covirán le dan la razón. «La tendencia es que la gente compre más ahora en los llamados supermercados de proximidad, aunque las compras se hayan fragmentado y sean menores en su cuantía», apunta un portavoz de la cooperativa andaluza.
Los hábitos de consumo propiciados por la crisis siguen igual de vigentes. El informe Nielsen 360, que retrata cada año al consumidor español, refleja en su edición de 2014 una novedad. La marca blanca ha frenado su ascenso, que parecía imparable. Lo ha hecho en un momento en el que representa el 38,7% de la cesta de la compra. No se trata desconfianza de los consumidores hacia esos productos, sino que las marcas de toda la vida han redoblado esfuerzos promocionales. Nielsen afirma que el año pasado vendieron con ofertas y descuentos el 28% de sus productos. «Las marcas han preferido recortar en publicidad y centrar su esfuerzo en las ofertas porque el consumidor ha advertido que las marcas blancas son a veces de la misma calidad o son productos fabricados por las propias marcas originales», justifica Juan Moreno.
Aunque, eso sí, algunas fuentes aseguran que los fabricantes se han confiado y han empezado el año relajando su política de descuentos, lo que ha provocado que la marca blanca retome protagonismo. Algunos precios han aumentado y el consumidor se ha dado cuenta. Y es que tres de cada cuatro consumidores se mueve por promociones cuando acude al súper. Según el estudio de Nielsen, el 12% reconoce que varía de marcas debido a las promociones, el 37% busca activamente los productos en promoción sin cambiar de tienda y, finalmente, el 24% es infiel a su establecimiento habitual en función de la mejor oferta. Juan Moreno incide en que los consumidores «han aprendido a seleccionar promociones y precios». Además, ahora no le importa visitar varias tiendas en lugar de una.
Otra tendencia que no ha remitido es la de hacer menos visitas al súper y gastar menos. El tique medio en un supermercado de cercanía ronda ahora los seis euros, cuando en 2008 era de más de nueve. Y las idas al supermercado se han ampliado hasta tres días por semana. «Así se controla más el gasto», afirma Moreno. Nielsen estima que sólo durante 2014, aumentó un 1,3% la frecuencia media de visita a establecimientos de distribución. A la vez, el importe medio por compra cayó el 1,1%.
Además, la apuesta por los alimentos frescos (fruta, verdura, carne y pescado) se han incrementado en los hogares. De hecho, la cadenas de supermercados de proximidad han ganado siete puntos de cuota al canal especialista de frescos, pasando del 51% de 2008 al 58% en 2014. Y el pan, por ejemplo, se ha convertido en producto reclamo en la gran distribución, plantando competencia a las panaderías tradicionales. Como curiosidad, uno de los productos que ha crecido en ventas es el vino.
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