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J. A. SALVADOR
Domingo, 25 de enero 2009, 03:19
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En un horario no muy habitual el Motril obtuvo un resultado nada usual en la presente temporada, y es que en el undécimo partido jugado como local los de Diego Martínez perdieron los primeros puntos en casa. Calco a la primera vuelta. Megías adelantó al Motril, en el 14 de juego, y el ex blanquiazul Ferradas empató para el Arenas, en el 29 con la inestimable colaboración del portero Bacas, que no se atrevió a salir de su área en un balón que venía llovido del cielo antes de ser rematado por el delantero visitante.
¿El huevo o la gallina? El Motril nunca estuvo cómodo sobre el terreno de juego. ¿Mérito del Arenas o demérito de los blanquiazules? De lo que no cabe duda es que el doble pivote armillero supo maniatar al motrileño y Alves - expulsado en el 81 de juego- y Fernando no dejaron nunca desplegar el juego habitual de toque de la pareja Raúl Espínola y Juanlu que nunca estuvieron sueltos. Esto desembocó en poca continuidad en el juego local y por lo tanto pocas ocasiones de gol para un equipo motrileño que de estar acostumbrado a manejar a su antojo el partido pasó a jugar más con el corazón que con la cabeza.
Cuando no tienes el santo de cara al menos no has de perder, ésta es una máxima del fútbol que en esta ocasión sonrió a un Motril que a pesar de no tener su día en el último cuarto de hora dispuso de hasta tres ocasiones para lograr el triunfo, momento en el que Fernández salvó los muebles.
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