Keymare dice adiós a la Asobal
Ganó a Arrate pero también lo hicieron sus rivales Teka Cantabria se mantiene y Algeciras baja
VÍCTOR J. HERNÁNDEZ BRU
Jueves, 15 de mayo 2008, 04:09
KEYMARE Almería perdió ayer la categoría en la mejor liga del balonmano mundial, la Liga Asobal. El descenso se vino a materializar en una aciaga ... jornada, aunque no es, ni mucho menos, un episodio que responda a lo que sucedió ayer, sino a una trayectoria que el club ha descrito en los últimos tiempos y que le ha conducido a la División de Honor B.
Ayer, como decía el propio presidente, Antonio Miras, pasó lo que tenía que pasar, es decir, que «han ganado los que tenían que ganar». El deporte, hoy por hoy, está así, guste más o menos; y cuando un equipo depende de la derrota de otros, que a su vez tienen enfrente rivales que no se juegan nada, normalmente pasa lo que tiene que pasar, es decir, lo que ocurrió ayer.
Nadie decía creer en un triunfo de Teka en León ni en uno de Algeciras sobre Ciudad Real, pero en el fondo, todo el mundo sospechaba que, en la última jornada, ganarían los que habían de hacerlo, los que lo necesitaban.
Keymare tuvo enfrente a un JD Arrate que no es que no jugara a tope, sino que se desentendió del partido en todo momento, que no atacó, no defendió ni quiso saber nada más que el transcurrir los minutos sin complicarse la vida, acaso exceptuando a un Kobine que parecía ir por libre y querer convertirse en el 'pichichi' del partido.
Pues bien, seguramente, lo mismo que ocurrió en el 'Florido' fue lo que pasó en Algeciras y en León, es decir, que los dos equipos que no se jugaban nada, por muy campeón de Europa y del resto de torneos que haya sido en esta temporada uno de ellos, BM Ciudad Real, ejercieron a la perfección su papel de 'convidados de piedra' y dieron las victorias a quienes las necesitaban.
Al final, Teka se mantiene porque ganó su partido y Algeciras y Keymare, dos equipos con serios problemas económicos, pierden la categoría y se marchan a la División de Honor B. Sin duda, ha acabado un ciclo.
Esperanzas amenazadas
A pesar de todo, la tarde había comenzado con emociones y dos golazos de 'Veli' Petric, haciendo gala de una espectacular suspensión desde nueve metros. Antes, Francis Miras no había podido evitar derramar alguna lágrima al recibir, desde el centro de la pista, el escudo de oro de la ciudad, de manos del alcalde, Luis Rogelio Rodríguez. El capitán jugó 59 minutos y fue sustituido en el último del partido, para recibir la ovación de la afición almeriense.
El Florido presentaba, sin duda, la mejor entrada de la temporada, sin llenarse de modo absoluto, pero con un ambiente digno de lo que se vivía, una de las grandes ocasiones.
Sin duda, ello espoleó a los jugadores, que saltaron al terreno de juego cumplimentando al milímetro el guión marcado, aquel que dictaba que los naranjas debían hacer valer su necesidad, por encima de cualquier otra circunstancia. Así, a los seis minutos, 5-1 y subiendo.
El primer tiempo discurría con total calma en las filas naranjas, con el equipo jugando a un ritmo alto, aunque no tanto como en el arranque.
Lo malo era que de Algeciras llegaban las peores noticias, con el equipo local superando por cinco goles al campeón de Europa, Ciudad Real, en lo que llevaba camino de ser la campanada de la jornada.
Los minutos pasaban y el ataque local no bajaba el rendimiento. Íker Serrano empezaba a impartir clase de juego de espaldas al aro a sus compañeros de la próxima temporada -firmará por Arrate- y Keymare disparaba sus guarismos (11-6), cuando restaban menos de diez minutos para el descanso.
En la recta final de la primera parte, el partido de Almería apenas existía ya para nadie. El equipo de Guillermo Plaza se paseaba ante un Arrate indolente, que no defendía ni apenas atacaba y que daba pie al lucimiento de Serrano y Nikcevic por el extremo. El croata no jugará la próxima campaña en Portland por casualidad.
Pero los escollos seguían estando lejos, a muchos kilómetros, adonde la influencia del equipo naranja no podía llegar de ninguna manera. Al descanso, BM Algeciras vencía por tres goles y Teka perdía por sólo dos en León. A los naranjas se les ponía cuesta arriba la permanencia pero no por el partido de ayer, sino por lo que no había sido capaz de hacer antes.
A partir de ese momento, el resto del partido constituyó la más amarga derrota que se ha vivido nunca en el balonmano almeriense, en toda su historia.
Transistores agónicos
La crónica de la segunda mitad fue una agonía de idas y venidas, preguntas, angustias, caras de sorpresa y transistores pegados a la oreja, con o sin auriculares.
Algeciras había tomado la delantera y llegó a ganar hasta por siete goles a BM Ciudad Real, que celebraba su Copa de Europa alzando a la victoria a su rival. En León, a Teka le iban peor las cosas, casi siempre por detrás en el marcador, aunque por poco. Y en Almería, ya casi nadie atendía a la pista.
Los extremos, Ivan Nikcevic y David Tavares, campaban por sus respetos, al igual que Íker Serrano en los seis metros y 'Veli' Petric en los nueve, mientras que la defensa visitante había puesto el 'cerrado por vacaciones' y en ataque los de Viktor Debre -el otro protatonista a decir adiós también a su equipo- sólo tenían un recurso en ataque: los lanzamientos de Kobine.
Así se llegó al final. Keymare vencía en su partido y en el pabellón reinaba la confusión, puesto que había quien defendía que el triple empate hubiera salvado a Keymare, cuando en realidad es Algeciras el equipo que se hubiera beneficiado de tal situación.
Sin embargo, no hubo opción para disquisiciones. Por si alguien lo dudaba, Teka ganó en el último instante del partido y lograba una permanencia agónica y basada en los dos fichajes de última hora que ha realizado el equipo cántabro.
Sobre la pista del Pabellón Municipal Rafael Florido, la desolación más absoluta. Lágrimas combinadas con sudor y desesperación en una mezcla letal de aroma a fracaso. Los seguidores de Francis Miras inmortalizando el momento de su retirada, mientras que resto de jugadores deambulaban por la pista atendiendo a aficionados y periodistas.
Aunque se podía prever, el plantel parecía no estar preparado para la terrible noticia. Almería ha dejado de estar en el Olimpo del balonmano español y mundial. Ahora el camino es duro. Se ha cerrado un ciclo.
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