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TRIBUNA

Deretil

JOSÉ AÑEZ

Lunes, 31 de diciembre 2007, 04:13

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TERMINA un año más y no les voy a aburrir con un resumen de esas cosas que deberíamos recordar, porque otros ya se van a encargar de ello, así que me voy a centrar en una cuestión que me ha llamado especialmente la atención durante estos días.

Me refiero a Deretil, una de las pocas industrias que ha tenido tradicionalmente Almería y que en su día se pintaba como una compensación más de las que llegaron tras el suceso del 17 de enero de 1966. Muchos no se acuerdan por la fecha, pero sí les recuerdo que fue el día en que dos aviones estadounidenses colisionaron sobre Palomares y que cayeron nada menos que cuatro bombas atómicas. Eso de los aviones americanos sobre el cielo de Mojácar era algo habitual, y los vecinos estaban acostumbrados a verlos, porque diariamente, en el mismo punto, un avión nodriza proporcionaba combustible a los bombarderos que 'patrullaban el Mediterráneo'. Almería fue tomada por el ejército para limpiar de radioactividad la zona y, desde entonces hasta ahora, siempre se ha tenido una especial sensibilidad con la comarca. Pero pasados 42 años de aquel suceso, parece que ya no hay nada que recordar.

Puede que no sean los suficientes como para armar el ruido necesario para ser escuchados, pero esa industria forma parte de la historia de Almería, del levante, y no vemos los movimientos políticos que se han producido en Cádiz o en cualquier otra parte cada vez que se ve amenazado un puesto de trabajo de una multinacional.

Lo que creo de todo esto es que se está a punto de desmantelar una industria importante e instituciones económicas y empresariales no hemos mostrado enérgicamente el rechazo a esta situación, a la vez que solicitar a la Junta de Andalucía que intervenga. En esta provincia no sólo es substancial un campo de golf y sus chalets de alrededor, hacen falta industrias y evitar que se pierda una sola por pequeña que sea. Esta industria farmacéutica, creó expectativas y puestos de trabajo para muchos almerienses.

Me duele como político, y me desespera como persona, que no seamos capaces de tomar partido, de manera colectiva, en esos asuntos que realmente son importantes y que tienen un especial calado en la sociedad, en comarcas enteras. No debemos olvidar que si no estamos en el vagón de cola no es por otra cosa que por la agricultura, por el esfuerzo de la gente de aquí y de los transportistas locales, que se hacían rutas interminables para llevar el producto de Almería a cualquier destino. Pero esa unión de las personas que es necesaria para hacer funcionar a esta provincia tiene que darse, y esta vez no para activar un sector productivo, sino para activar a la propia sociedad, hacerla reactiva, exigente y solidaria con las cosas que pasan en la provincia, en cada pueblo, en el intento de cierre de cada fábrica, de cada empresa. Nosotros, desde el PAL, intentaremos aportar nuestro granito de arena en la búsqueda de una solución, ya que otros partidos están más interesados en engañar a los vecinos de Loma Cabrera con una tubería que el Ayuntamiento de Almería no les quiere poner -porque cuando hay interés en hacer las cosas no hay montaña que se interponga en el camino de nadie-, que en ayudar a los centenares de familias del levante que ven cómo su futuro se esfuma con los planes estratégicos de Deretil y su inminente traslado.

Se me olvidaba. ¿Feliz 2008!

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