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ACTO. Imagen de la orquesta, del coro y de los asistentes sentados durante el concierto. /CONTRA
Aplausos y bravos para un concierto sacro
Cultura-Almeria

Aplausos y bravos para un concierto sacro

La Orquesta y el Coro Ciudad de Almería interpretan 'El Mesías' en una abarrotada Iglesia de San Sebastián .Se agotaron los 800 programas del concierto

I-F. A

Domingo, 30 de diciembre 2007, 02:58

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Y luego dicen que las iglesias están perdiendo atractivo. Pues quien sostenga este aserto seguramente no vio la concentración producida el pasado viernes en la Iglesia de San Sebastián, de Almería, aunque no se trataba de participar en una ceremonia religiosa -había textos bíblicos- y puede ser que alguno, varios o muchos de los congregados ni sean ni se consideren feligreses. La Orquesta Ciudad de Almería y el Coro de la Orquesta Ciudad de Almería interpretaron 'El Mesías', de Haendel, y repetían la experiencia de las pasadas navidades.

La cita estaba programada para las nueve de la noche, pero a las ocho estaban prácticamente ocupados todos los bancos y más de uno de esos ocupantes asistió con decisión y por propia voluntad al oficio de la Eucaristía o lo aguantó con tal de tener asegurada una buena colocación. Y media hora después no quedaba ya ningún hueco en las naves laterales de tal modo que al comienzo del concierto más de uno, más de tres y más de diez se apostaron en las distintas puertas del templo a la espera de alguna deserción o de que los disimulados empujones sirvieran para lograr un hueco.

Las basas de las columnas, las paredes de los confesionarios, los reclinatorios y hasta algún elemento de los altares fueron habilitados por parte de los asistentes para seguir con la mejor de las comodidades posibles la interpretación de uno de los oratorios más populares de la música sacra occidental. «Solamente encuentro una palabra: grandioso. Desde el primer coro he pensado que había muchos más cantantes. Ha sido grandioso», comentó al final una señora con experiencia en el canto coral mientras un joven sostenía que «mejor que un concierto de rock. Para mí, mucho mejor».

Bravos

Los aplausos fueron tímidos y escasos al final de la primera parte tal vez por algún que otro gesto del director, mucho más vibrantes y generales llegaron al acabar la segunda porque sin duda alguna es la rúbrica prácticamente inconsciente después de que la emoción haya recorrido, desde lo más bajo de los talones a lo más elevado de la cabeza, con la interpretación del coro 'Aleluya' y rotundos con bravos al concluir el oratorio, casi cuando sonaba en último 'amén', antes del primer respiro de los cantantes y sin que el director hubiera bajado la batuta.

«¿Qué otro bis, qué otra propina se puede ofrecer después de haber repetido el 'Aleluya'?». Fue la respuesta del director Michael Thomas para justificar la decepción de los asistentes al ver que no había un segundo bis, a pesar no solamente de los aplausos y de los bravos que volvieron a resonar con fuerza por esa propina sino también del ritmo de petición que habían adoptado las palmas.

Doctores tiene la santa madre iglesia -en este caso la santa madre música- para calibrar la calidad de la interpretación. Con todos los respetos a los miembros de la orquesta y del coro así como a los solistas, la belleza y la inspiración de los solos, de los recitativos y de los coros de 'El Mesías' estarán siempre por encima de los intérpretes. No se consideró fallo la parada que el contratenor se vio obligado a realizar en el recitativo que casi concluye la primera parte. Se produjo porque el clavicembalista tomó la partitura de otro número.

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