Hasta la mitad de las habitaciones que los hoteles mallorquines tenían reservadas para este puente han sido canceladas. Hoy en lugar de recibir clientes, reciben llamadas, mails o burofax con cancelaciones. Y mientras, los turistas que terminaban ayer sus vacaciones en Mallorca han tenido que alargar su estancia. Pero ni con eso la situación compensa a los hoteleros.Los hay que no pueden esperar e intentan escapar en barco de la isla, que se ha convertido desde ayer en una auténtica ratonera. Y aunque las compañías navieras han reforzado sus frecuencias ya es casi imposible encontrar un pasaje...