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Viernes, 15 de septiembre 2017, 11:51
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Es sabido que cuando alguien bosteza nosotros tendemos a hacerlo también. Se trata de un gesto que hacemos de forma involuntaria y que, además, es una señal de mayor inteligencia.
Así lo determinad una investigación realizada por psicólogos de la Universidad Estatal de Nueva York en torno a los bostezos de los mamíferos.
Estos profesionales han encontrado una relación entre la duración del bostezo y la del tamaño del cerebro, estableciendo además predicciones en relación al tamaño: cuanto mayor sea y mayor sea también peso del cerebro, mayor número de neuronas.
En este sentido, el bostezo más duradero es el del humano, seguido del de chimpancés, caballos y camellos. En cambio, los más cortos son los de ratones, conejos y ratas.
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