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Así es el polémico santón violador

Así es el polémico santón violador

Ninguno de sus seguidores osaría discutir su santidad o filantropía, pero es que además ha publicado diversos álbumes de 'rock religioso'

ZIGOR ALDAMA

Miércoles, 30 de agosto 2017, 01:22

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El surrealismo se vive a diario en India con total naturalidad. Y Gurmeet Ram Rahim Singh es un buen ejemplo de ello. Líder de una secta que en Facebook se define como «santo, doctor y mensajero de Dios», el diario 'The Indian Express' lo considera uno de los cien indios más poderosos. Y, a juzgar por el caos que ha provocado su juicio en el norteño Estado de Haryana, el periódico no anda desencaminado. El viernes Sinhg fue considerado culpable de haber violado a dos mujeres en 2002, y los enfrentamientos entre sus enfurecidos seguidores y las fuerzas del orden han dejado ya 38 muertos y unos 200 heridos. Tan preocupante es la situación que ayer, cuando se conoció la condena de diez años de cárcel por ambos delitos, el Gobierno tuvo que poner en alerta al Ejército y los cuerpos especiales de la Policía recibieron órdenes de disparar a los alborotadores.

Todo por un iluminado multifacético que en 1990 se puso al timón de la secta Dera Sacha Sauda, autodefinida como «una organización espiritual que trabaja por el bien de la gente». En el resto del mundo casi nadie la conoce, pero gestiona 48 'ashrams' -complejos espirituales para la meditación, populares también entre occidentales- por toda la India y, según asegura Singh, tiene sesenta millones de fieles. Fueron precisamente dos de ellas las que lo acusaron de violación, y el fiscal asegura que hay otras 48 mujeres dispuestas a testificar en su contra por diferentes abusos sexuales. Si el caso prospera y se demuestra su culpabilidad, el gurú podría pasar el resto de sus días entre rejas. O colgando de la horca.

Singh no es el primer santón que acaba a la sombra, pero sí el más extravagante. Y no solo por los kilos de oro que lleva repartidos por su estridente indumentaria o por la flota de coches Lexus antibalas en la que viaja. Eso es algo relativamente habitual entre los gurús indios. Pero pocos pueden describirse a sí mismos cómo hace Singh en Twitter, donde tiene 3,74 millones de seguidores: «Santo espiritual, filántropo, cantante versátil, deportista todoterreno, director de cine, actor, director de arte, director de música, escritor, compositor, autobiógrafo». Y, seguramente, no añade más habilidades porque no caben en el máximo de caracteres de la red social.

Conexiones poderosas

Lo curioso es que no miente. Ninguno de sus seguidores osaría discutir su santidad o filantropía, pero es que además ha publicado diversos álbumes de 'rock religioso' -el último vendió tres millones de copias en los tres primeros días desde su lanzamiento- y ha ofrecido más de cien conciertos. El 'Rocking Baba', como también se le conoce, ha codirigido, escrito, compuesto la banda sonora, cantado y actuado en su película 'MSG: Mensajero de Dios', y ha participado en carreras de motos -cuanto más grandes sean, más le gustan-. Por si fuese poco, en la secuela de su primera película -'MSG 2'- logró acceder al libro de los récords de Asia porque desempeñó 43 trabajos diferentes, entre ellos interpretar a varios personajes. Pero no todo lo hace para mayor gloria de su propia persona: han sido sus contribuciones a la sociedad, entre ellas la promoción de programas de desarrollo, las que su abogado esgrimió en el juicio para tratar de arrancar una sentencia piadosa. Y lo consiguió.

No está nada mal el currículo de Singh para un hombre de 50 años. Pero a sus geniales destellos le acompañan también multitud de oscuras sombras que han terminado llegando a los tribunales. Además del actual caso por violación, el gurú estuvo involucrado en el misterioso asesinato de un periodista que investigaba a su secta y también se le ha acusado de forzar la castración de varias decenas de sus seguidores «para que estén más cerca de Dios».

Él siempre ha defendido su inocencia, pero afirman sus detractores que si la Justicia no ha actuado antes es por las conexiones con el poder que ha labrado desde 2007. Ese fue el año en el que apoyó públicamente al partido BJP, actualmente en el poder. En 2014 volvió a hacerlo, y el actual primer ministro, Narendra Modi, le agradeció en un tuit su respaldo, así como la participación de la secta en «un programa para limpiar India, una de las grandes necesidades del país». No es una frase simbólica: Singh ha sido un ferviente defensor del proyecto de Modi para erradicar la insalubre costumbre de defecar al aire libre que tienen casi 600 millones de indios. El santón también se codea con los políticos de mayor rango en el Estado de Haryana, y puede que eso le haya protegido. Pero parece que ahora el dios al que representa le ha dado la espalda.

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