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Imágenes de las nanocápsulas.
Virus bacterianos encapsulados para evitar infecciones

Virus bacterianos encapsulados para evitar infecciones

Las nanocápsulas permitirán aumentar su resistencia dentro del estómago y alargar los efectos antibacterianos

redacción

Martes, 14 de junio 2016, 18:14

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Gracias a un sistema de nanoencapsulación que aumenta la eficacia de los bacteriófagos, virus inocuos utilizados para eliminar infecciones bacterianas, se ha logrado incrementar la resistencia al ácido del estómago y alargar la actividad de estos virus una vez están en el intestino. El trabajo ha sido desarrollado por la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y el Instituto Catalán de Nanociencia y Nanotecnología (ICN2) y probado con éxito en animales con Salmonella. Ahora sólo falta comprobar su efectividad con seres humanos.

Publicado en Applied and Environmental Microbiology, el estudio utilizó envoltorios de lípidos para encapsular los virus, lo que confiere a los bacteriófagos una mayor resistencia a la acidez del estómago y aumenta su tiempo de residencia en el tracto intestinal en un modelo de pollos de engorde que simula las condiciones de las granjas de producción aviar. La tecnología desarrollada podría aplicarse a bacteriófagos con diferentes morfologías para su uso en terapia fágica, tanto en animales como en seres humanos, explican los investigadores.

«La eficacia de los bacteriófagos encapsulados se ha probado tratando los animales con bacteriófagos específicos contra la bacteria zoonótica Salmonella», se dice en el artículo. «Los resultados muestran una significativa reducción de la concentración intestinal de Salmonella, más prolongada en el tiempo cuando la terapia aplicada ha sido con bacteriófagos encapsulados, en comparación con el efecto de los no encapsulados».

Esto significa un paso adelante pues supera trabajos anteriores que toparon con las limitaciones propias del uso de los bacteriófagos en la terapia oral: la reducida estabilidad de los bacteriófagos en ambientes extremadamente ácidos, como el del estómago, y su bajo tiempo de residencia en el tracto intestinal. «Se han desarrollado cápsulas a escala nanométrica con un diámetro medio de 320 nm y una carga positiva de 33 mV, prosiguen los investigadores. «El recubrimiento con lípidos permite que los bacteriófagos encapsulados sean significativamente más estables en los fluidos gástricos. El recubrimiento también mejora significativamente la retención de los bacteriófagos en el tracto intestinal de los pollos de engorde (con los que se hicieron los experimentos). Después de 72 horas se detectaron bacteriófagos encapsulados en el 38,1% de los animales, mientras que los no encapsulados fueron detectados sólo en el 9,5% de los animales».

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