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Desarrollan un compuesto de té verde para la mejora cognitiva de los niños con síndrome de Down

Desarrollan un compuesto de té verde para la mejora cognitiva de los niños con síndrome de Down

El ensayo, financiado por la Fundación Mutua Madrileña y la Fundación Jérôme Lejeune, se realizará a lo largo de diez meses con 70 niños en varios hospitales

J. L. A.

Madrid

Lunes, 19 de marzo 2018, 19:53

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Investigadores del Programa de Neurociencias del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) han puesto en marcha un ensayo clínico para evaluar la eficacia de un preparado dietético que contiene epigalocatequina galato, compuesto natural del té verde, en la mejora del desarrollo cognitivo de niños de seis a doce años con síndrome de Down y síndrome X-Frágil.

El ensayo, financiado por la Fundación Mutua Madrileña y la Fundación Jérôme Lejeune, se realizará a lo largo de diez meses con 70 niños en el hospital Niño Jesús (Madrid), el Instituto Hispalense de Pediatría (Sevilla), el hospital Marqués de Valdecilla (Santander), el hospital del Mar (Barcelona) y en el Instituto Jérôme Lejeune (París).

«Hemos incluido niños con síndrome de Down y con X-Frágil porque, aunque el origen genético de ambos síndromes es diferente, el mecanismo por el que la epigalocatequina galato proporcionaría efectos terapéuticos sería común y pensamos que los pacientes con X-Frágil también se podrían beneficiar», explica el director del Programa de Investigación, Rafael de la Torre.

En el ensayo colabora también el Centro de Regulación Genómica, que junto al IMIM, presentó hace dos años los resultados de la fase 2 de un ensayo clínico con el mismo compuesto hecho en adultos jóvenes, de entre 16 y 34 años, con síndrome de Down. Los resultados mostraron que los que habían tomado el preparado habían mejorado su memoria de reconocimiento visual, la atención, el autocontrol y el comportamiento adaptativo o autonomía en actividades del día a día, y que estos cambios se podían correlacionar con cambios biológicos en su conectividad cerebral.

«Fue la primera vez que un tratamiento demostraba eficacia en la mejora de algunas funciones cognitivas en personas con síndrome de Down, a pesar de que en la población adulta la plasticidad cerebral es limitada ya que el cerebro está totalmente desarrollado», destaca De la Torre.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el síndrome de Down -cuyo día mundial se celebra este miércoles- afecta aproximadamente a un de cada 1.000 personas en el mundo y es la causa más común de discapacidad intelectual de origen genético. Está causado por una trisomía en el cromosoma 21, es decir, que las personas con este síndrome cuentan con tres copias y no dos del cromosoma 21. La epigalocatequina galato modula la actividad de uno de los genes localizados en el cromosoma 21, el DYRK1A, que está relacionado con la plasticidad cerebral y algunas capacidades cognitivas.

Por su parte, el síndrome X-Frágil es un trastorno genético de transmisión familiar ligado al cromosoma X, que puede causar dificultades que pueden ir desde problemas de aprendizaje hasta una disminución en la capacidad intelectual. Afecta a uno de cada 4.000 niños y uno de cada 6.000 niñas.

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